El enfrentamiento entre el Burgos CF y el Racing de Santander estuvo marcado por una serie de incidentes que llevaron a la detención de dos aficionados del Racing por presunto atentado a la autoridad. La llegada de numerosos seguidores cántabros a Burgos provocó que la Policía Nacional desplegara un operativo especial, considerando el partido como de alto riesgo.

El primer arresto tuvo lugar antes del partido, cerca del estadio El Plantío, cuando un hincha del Racing se negó a ser identificado y mostró una resistencia grave a los agentes policiales. El segundo arresto ocurrió durante el encuentro, cuando la policía intervino en el Fondo Norte para solicitar la documentación a otro aficionado que estaba causando molestias a los presentes y se negó a identificarse.

A pesar de estos incidentes, prevaleció un ambiente relativamente pacífico entre las aficiones tanto en el centro de la ciudad como en las inmediaciones del estadio antes del inicio del partido.

La Policía Nacional, en colaboración con la seguridad del estadio, tomó medidas drásticas al expulsar del feudo blanquinegro a otra decena de aficionados rivales por comportamientos contrarios a la Ley del Deporte. Las acciones podrían resultar en sanciones administrativas, ya que los atestados detallan las conductas inapropiadas de estos individuos.

Además, una vez finalizado el partido, las autoridades policiales llevaron a cabo varias identificaciones en el área de la calle Vitoria, donde se produjo una altercado entre seguidores de ambos equipos. A pesar de la tensión, no se realizaron detenciones, según han confirmado fuentes oficiales.