El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha generado un nuevo episodio de tensión política al vetar expresamente la presencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la inauguración del AVE Madrid-Asturias. Este acto, programado para el próximo miércoles y que será presidido por el Rey Felipe VI, se llevará a cabo en Madrid, pero la ausencia de Ayuso ha levantado críticas y especulaciones sobre la relación cada vez más fracturada entre ambas administraciones.

Fuentes cercanas a la presidenta Ayuso han calificado este hecho como un "grave error" por parte del Gobierno, advirtiendo que tendrá "consecuencias" en las relaciones políticas entre la Comunidad de Madrid y el Ejecutivo central. Además, desde la Puerta del Sol, sede del Gobierno regional, han anunciado que esta decisión generará como respuesta la exclusión del Gobierno central de futuros eventos organizados por el Ejecutivo autonómico, siguiendo el principio de "golpe por golpe".

El veto de Sánchez a Ayuso se interpreta como un gesto personal, evidenciando la creciente hostilidad entre ambos líderes políticos. Esta acción se suma a otros desencuentros recientes, como la denuncia presentada por Ayuso ante el Tribunal Supremo por el Plan Hidrográfico del Tajo, que, según la presidenta madrileña, afecta negativamente al sistema de abastecimiento de agua de Madrid.

El acto de inauguración del AVE contará con la participación del Rey Felipe VI, Pedro Sánchez, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, y los presidentes de Asturias y Castilla y León, Adrián Barbón y Alfonso Fernández Mañueco, respectivamente. El AVE Madrid-Asturias, cuya construcción ha requerido 19 años y una inversión de 4.000 millones de euros, conectará Madrid con Oviedo, reduciendo significativamente el tiempo de viaje entre ambas regiones y representando un hito en la historia ferroviaria del país.