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El Diario de Cantabria

Todo se queda en casa

‘La Marinera’ ganó su segunda bandera consecutiva ante su gente, la octava del curso, y se proclamó campeona | Culminó el verano con otro apretado duelo con Lapurdi

Los remeros de ‘La Marinera’ ondean las banderas conseguidas ayer, una por ganar la regata y otra por ganar la liga.
Los remeros de ‘La Marinera’ ondean las banderas conseguidas ayer, una por ganar la regata y otra por ganar la liga.
Todo se queda en casa

La fiesta no pudo ser más completa ayer en Castro. ‘La Marinera’ ganó la regata, con ella se llevó la bandera y, de postre, sumó el campeonato al ascenso conseguido el día anterior. No dejó nada a nadie. Ni las raspas. Los demás sólo se llevaron el juego del programa, los aplausos del respetable por haber estado ahí en una temporada compleja y complicada. Y especial fue el que se llevó Lapurdi, la embarcación que ha dado una dimensión verdaderamente importante al éxito castreño. Es cierto que el dominio del campeón ha sido tremendo alzándose con ocho triunfos en doce jornadas, pero los duelos que ha mantenido con el bote galo quedarán para el recuerdo.

El último de ellos fue ayer. Ambos dieron forma al final perfecto a un verano en el que prácticamente todas las traineras cántabras han cumplido sus objetivos. Quizá sólo IRC Santoña confiaba en haber estado mejor y por lo menos haber competido en más regatas, pero esa sensación de haber ido a más y, por ejemplo, llegar muy por delante de Santurtzi B el día más complicado de todos, que fue el sábado, le ha permitido retirarse a descansar con un mejor sabor de boca del que tenía en julio. Ayer volvió a ser último, pero sólo porque la mar se mostró mucho más tranquila que el día anterior. Seguía habiendo ola, pero el bote se hizo mucho más controlable.

El mejor ejemplo de ello fue Lapurdi, cuyo patrón sufrió como nadie en la primera regata del fin de semana realizando un par de guiñadas en los largos de vuelta que le sacaron completamente de juego. Ayer le volvió a tocar la calle uno pero se mostró mucho más sólido. Su problema quizá pudo estar en el rumbo que siguió en los últimos metros. Quizá por ahí estuvo el motivo para la reflexión.

Que ‘La Marinera’ se mueve mejor popa a la ola que su gran rival volvió a quedar confirmado ayer. En el segundo largo, le remontó los cinco segundos que le había sacado Lapurdi en el primero hasta conseguir cruzar el ecuador prácticamente dados de la mano. El tercer parcial, en el que Castreña era consciente de que se la jugaba porque el viaje de vuelta iba a ser para él, lo comenzó mejor la embarcación local porque su giro había sido más rápido. Había regata. Los castreños se lo querían quedar todo porque, aunque ya lo tenían todo en su mano, deseaban quedarse con esa última bandera y para completar la fiesta que se preparaba en el pueblo. De este modo, Enrique Vitoria no aprovechó para mover a su equipo y dar la oportunidad de remar en casa a los menos habituales. Fue a por todo e introdujo sólo tres cambios, los que posiblemente habría realizado cualquier otro fin de semana.

Aunque los jueces dijeron que había ciabogado por última vez Lapurdi antes que Castreña, no dio la impresión de que hubiera sido así.  Desde la otra punta, el consenso era que habían sido los castreños. Lo que era impepinable era que todo estaba en juego y que no había nada decidido. Se lo iban a jugar en el último largo y ahí tenía que destacar ‘La Marinera’. Y lo hizo. Cruzó el rompeolas por delante y a partir de ahí Lapurdi marcó de manera más brusca la diagonal que venía marcando buscando la calle cuatro a pesar de haber comenzado por la uno. Hizo más metros que nadie y los hizo quizá en poco tiempo. Eso ayudó a que los castreños se presentaran en meta con más de una trainera de ventaja, por lo que hubo tiempo de levantar las manos y disfrutar de un verano en el que todo les ha salido bien.

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