El Campeonato de España de traineras lleva años agonizando y perdiendo prestigio e interés a marchas forzadas. Y este año podría dar un salto de calidad en esa dirección autodestructiva porque incluso corre el peligro de no disputarse por la imposibilidad de que las traineras acudan a la cita. Al menos, en la fecha prevista por la Federación en el calendario que ha aprobado y publicado, ya que, en principio, tanto la ACT como la ARC 1 tendrán regatas ese primer fin de semana de agosto que se mantiene inamovible.

Fue el pasado curso cuando la asociación que organiza la máxima categoría de traineras lanzó un órdago al incluir en su calendario regatas el primer fin de semana de agosto, que es el que tradicionalmente ha reservado en los últimos tiempos la Federación Española para organizar el campeonato. La liga ACT siempre paraba para que sus traineras pudieran acudir a pelear por el título estatal pero el año pasado no pudieron, algo que votaron ellos mismos. Por eso a la cita acudieron sólo las embarcaciones de la ARC 1, que sí paró, y de la LGT 1 y por eso pudo ganar Getaria. Sin embargo, ni siquiera eso se podrá repetir en el 2022 si los calendarios previstos se mantienen como están.

La ACT ya dejó bien claro el curso pasado que su apuesta por comenzar un poco más tarde su liga y no detenerla hasta la celebración de la Bandera de La Concha había llegado para quedarse. Y así será, salvo sorpresa el día que se apruebe el calendario definitivo, el próximo verano. Por su parte, tal y como se relató ayer en estas páginas, la ARC 1 ha enviado a sus clubes un calendario en el que tiene previsto disputar la regata de Hondarribia el domingo día 7, que es para cuando la Federación Española tenía previsto celebrar la final.

A día de hoy, por lo tanto, los organizadores del Campeonato de España no tendrían ni participantes ni tampoco sede, ya que, como precisaron cuando dieron a conocer el calendario de este 2022 hace apenas dos semanas, nadie se había ofrecido a ser la sede del mismo. No le interesa a nadie hacerse con esa patata caliente porque es consciente de que ahora mismo sólo traería problemas.

OPCIONES. Tal y como están las cartas ahora mismo, si la Federación quiere mantener la fecha establecida, sólo le quedaría la opción de conseguir que alguna de las ligas cambie el calendario que está aún por aprobar definitivamente o, en el caso de que la liga gallega sí respete ese primer fin de semana de agosto, llevárselo a Galicia para reeditar un campeonato autonómico con la bandera rojigualda en juego. No sería la primera vez que sucede algo así porque recientemente el Campeonato de España se convirtió en una revancha del Campeonato de Euskadi al haber sólo botes vascos.

La Federación justificó que el curso pasado no cambiara la fecha para amoldarse a los intereses de los clubes en que la asamblea, que estaba en pleno proceso electoral, no podía cambiar su calendario. Ahora sí podría hacerlo. A principios de año, antes de que se fabricara la fracasada moción de censura contra la actual presidenta, Asunción Loriente, se puso sobre la mesa la posibilidad de estudiar organizar los campeonatos de España de traineras y banco móvil en la primera quincena de junio, antes de que arrancaran las ligas. Como los autonómicos todavía no se habrían celebrado, incluso se planteó la posibilidad de que el sábado la participación fuera libre y que el domingo se celebrara la final, pero parece que todo ha quedado en el cajón.

Es difícil que la ACT vaya a cambiar su postura, ya que el año pasado se mostró decidida a dar el paso y lo dio sin consultar ni siquiera a la Federación. Hubo contactos por ambas partes para trabajar con vistas al 2022 pero no ha habido avances en esa dirección. Sólo le queda a la Española moverse pero es complicado que lo haga cuando en la última década ha visto agonizar en vivo y en directo la competición sin inmutarse. De hecho, han sido los clubes los que la han salvado aunque parece que dijeron basta el año pasado. Cabe la opción de mover ficha, alterar el calendario aprobado y adelantar la cita a junio o proponer un día entre semana con la confianza de que los equipos aceptaran. Aún hay tiempo para reaccionar y salvar un título que en su día disfrutó de cierto prestigio.

Pedreña, Colindres y Santoña compiten el sábado en Bilbao

Tres traineras cántabras han formalizado su inscripción para participar en la segunda edición de la vuelta a la isla de Zorrozaurre que organiza Deusto. La cita será el sábado a partir de las cuatro y media de la tarde y, en total, saltarán a escena 19 embarcaciones, cinco de ellas femeninas.

Entre estas últimas no habrá representación cántabra. Sí lo habrá en la masculina con la presencia de Pedreña, Santoña y Colindres. Las dos primeras profundizarán así en la preparación y puesta a punto con vistas a su participación en la ARC 1 y ARC 2, respectivamente. En el caso de la ‘San Ginés’, está en pleno levantamiento de un proyecto a medio plazo y su objetivo fundamental es acumular horas de agua, por lo que no se está perdiendo ninguna oportunidad de salir a competir.

El recorrido es novedoso. La isla de Zorrazuarre, que actualmente está viviendo una remodelación dejando atrás su pasado industrial, avanza en paralelo a los barrios de Deusto y Sarriko hasta llegar a San Ignacio. La salida y la llegada se situará a la altura del pabellón de remo del club de la ‘Tomatera’. De partida, las embarcaciones enfilarán su proa ría abajo para, al superar la isla, realizar una ciaboga para cambiar de dirección y volver por el otro costado de la misma.

Cuando las embarcaciones lleguen al otro extremo de la isla, de nuevo a la altura del barrio de Deusto, las embarcaciones femeninas realizarán el cambio de dirección para volver de nuevo a meta mientras que las masculinas seguirán hasta el Puente Euskalduna, que está unos metros más adelante, para realizar allí la ciaboga.

Para Pedreña y Colindres, será la tercera regata consecutiva en tres semanas tras salir a competir en Castro y Astillero. A esta última cita no acudió IRC Santoña. En el agua habrá cuatro traineras de la ACT: Zierbena, Ondarroa, Isuntza y Kaiku.