23.04.2024 |
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REMO

«La situación es como para plantarse y no remar»

Israel García, remero de Camargo, asegura que lo harán por el club, al cual están agradecidos porque ha contado siempre con su opinión

08depremo
«La situación es como para plantarse y no remar»

A última hora de la tarde del pasado jueves, se hizo pública por sorpresa una carta firmada por «remeros y remeras» de la ACT. Después se supo que fueron Iñaki Errasti, entrenador de Ondarroa, y Osertz Alday, su homólogo en Isuntza, quienes estuvieron al frente de todo, pero no iba acompañada de ningún nombre ni especificaba si hablaba en representación de cuatro deportistas o de cincuenta. Lo verdaderamente noticiable fue la semilla de lo que podría terminar convirtiéndose en una asociación de remeros, algo que se echa de menos porque son éstos los grandes olvidados en la toma de decisiones. Habría sido importante oír su voz en estos tiempos pandémicos en los que incluso la salud estará en juego. Lo que sucede es que en la ARC no hay ni siquiera amago de formar un sindicato de remeros. «Y falta haría», dice uno de ellos.

Quien lo dice es Israel García, remero de Camargo y que, como tantos otros, ha estado siguiendo la actualidad de las últimas semanas sin entender muy bien lo que estaba pasando. «Llevamos ya muchos años con la necesidad de crear una asociación de remeros o algo parecido que vele por nuestros intereses. Y más en un año como éste», afirma. Sobre todo, porque ve cómo, en los últimos tiempos, la figura del bogador se ha ido haciendo cada vez más pequeña e incluso se le ha ido perdiendo cada vez más el respeto. Se ha ido metiendo el dedo en la llaga y, como nadie se quejaba, éste ha ido haciendo agujero: «Fueron sumando primero regatas de exhibición por la cara en las que no había premios, ni se pagaban desplazamientos, pero en cambio sí que eran puntuables de cara a la liga. Como no nos quejamos unidos, han seguido apretando y este año ya nos cuelan toda la liga sin premios».

Se abrió un melón peligroso que después siempre cuesta volver a cerrar. Se atravesó una línea roja, la de unos premios que se consideraban sagrados hasta antes de ayer, que ya no se puede desplazar. Al menos, no sin trabajarlo ni pelearlo. Con todo, recuerda el habitual proel de la ‘Virgen del Carmen’ que lo peor no es ya remar sin una compensación económica, sino el hecho de que, como se ha contado ya en estas páginas, van a hacer firmar a los deportistas que cada uno de ellos remará bajo su responsabilidad. «Entiendo que del Covid no tienen culpa, pero ni cotiza que va a haber lesiones», precisa. Además, recuerda que se va a cambiar el formato de la liga «con sedes fijas por una supuesta prevención de contagio que parece ridículo, ya que van a meter tres regatas en un día en un solo sitio triplicando así la exposición de los remeros».

Cuando se tomaron todas estas decisiones, no hubo nadie en la mesa representando a los remeros. Todo se decidió entre la junta directiva de la ARC y los propios clubes. Israel no sabe cuántos de estos últimos habrán hablado con su plantilla antes de defender una postura o tomar decisiones, pero intuye que serán «pocos». Considera que les están pasando por alto sin tenerles en cuenta para nada pero, en ese sentido, él se siente un privilegiado por estar donde está: «Camargo en todo momento ha contado con nuestra voz. Hemos tenido varias reuniones telemáticas de la directiva con cuerpo técnico y remeros y han velado por nosotros».

De hecho, Camargo fue uno de los clubes que en seguida se movió para someter a tests rápidos del coronavirus a su plantilla deportiva. El primero lo han hecho ya porque, más allá de la motivación inicial del club, ha pasado a ser obligatorio para poder sacar la trainera al agua hoy mismo, pero su intención es realizarlos de manera regular. Y desde dentro lo valoran porque supondrá «un esfuerzo económico» importante para las arcas de la entidad de Punta Parayas.

Los remeros, los olvidados. Con todo, lo importante es el colectivo y cómo se ha ido desarrollando la película. Y no gusta. «La situación es para plantarse y no remar», sentencia. Sin embargo, recuerda que, de dar ese drástico paso, «el único perjudicado sería el club, ya que descendería con todo lo que eso implicaría». Por eso anuncia que los remeros tienen la intención de salir a remar «por el club» y porque muchos de los integrantes de la plantilla conocen bien el esfuerzo que ha llevado llegar hasta donde ha llegado la ‘Virgen del Carmen’. «Muchos estamos en el equipo desde el 2016, que fue cuando la trainera volvió a saltar al agua, y hemos crecido paso a paso hasta llegar hasta aquí sin retroceder», rememora. Cada verano han ido evolucionando y avanzando hasta lograr primero el ascenso y, después, por fin en la ARC 1, conseguir «la permanencia sin apuros a pesar de las complicaciones de plantilla y demás».

Por eso no se plantean dejarse llevar por sus instintos más primarios y seguirán al pie del cañón. «Como para echar todo lo que hemos hecho hasta ahora por tierra», apunta Israel. Lo que no sabe bien es qué sucederá con vistas al curso siguiente. Si ya de por sí les cuesta a los clubes cántabros reunir a un número de remeros suficiente para salir a competir, intuye que más aún puede costar ante las incertidumbres que, a buen seguro, se mantendrán vigentes con vistas al próximo año. «A ver quién le dice a un remero que va a estar los próximos once meses sacrificados para que, al final, se rían de él. Quizá todo esto sea la muerte del remo fuera de la ACT, ya que se lo están cargando», advierte.

Lamenta el proel de la ‘Virgen del Carmen’ que, habitualmente, «siempre» sea el remero «el que más sacrifica en este deporte». Es algo que sucede «en condiciones normales» y entiende que más sucederá esta temporada. Porque pone en valor algo que, seguramente, vaya quedando poco a poco en el olvido conforme se vaya recuperando una cierta normalidad, y es que los remeros han tenido que estar entrenando «tres meses en una habituación sin apenas ventilación y respirando en plenas series nuestra propia condensación». Y, de pronto, cuando parece que vuelven a asomar los rayos del sol entre las nubes, se enteran de que les han quitado los premios. «Ahora, nos tenemos que sacrificar nosotros por la liga, como si no fuera suficiente el sacrificio que hemos hecho en el confinamiento y el sacrificio que ya de por sí hacemos en temporadas normales», subraya. Recuerda que los premios ni siquiera compensan todo el trabajo que hay detrás de una temporada de remo, pero supone una gratificación que, por lo menos, sirve para simbolizar un agradecimiento o un reconocimiento. Y les duele ver que de la partida presupuestaria de una regata se quite lo que les corresponde a ellos mientras siguen siendo las mismas las dirigidas a «jueces y personal de organización», tal y como quedó detallado en estas páginas en su día. «Sin ellos no hay regatas, pero parece que sin remeros debe ser que sí...», deja caer el cántabro. Al final, lo que más enerva a los que están en primera fila es que «los perjudicados siempre sean los mismos». Y es obvio que, para frenar esta dinámica, bueno sería que se reunieran y empezaran a tener voz propia, como parecía que estaba sucediendo en la ACT por mucho que, al final, sólo fuera un amago porque en seguida salieron plantillas de varios clubes a desmarcarse del documento. En definitiva, siempre hay intereses encontrados que lo hacen todo más complicado.

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