Karla Mérida y Marian Herrería volverán a verse las caras esta noche pero el Campeonato de España no estará en juego. Hubo que cambiar el guión a última hora después de que la boxeadora cántabra no pudiera cumplir ayer con la báscula. Todo iba bien, había cumplido con el trámite en los dos pesajes previos que exige la Federación Española pero unos problemas físicos la impidieron realizar la bajada final prevista para esta semana. Se trata del último tramo de la planificación que va dirigido a apurar los gramos y que exige la realización de unos ejercicios que ‘La Vikinga’ no ha podido hacer.

Lo bueno es que, aunque no se vaya a poner el título en juego, el combate entre la catalana y la cántabra sigue en pie en las mismas condiciones. Es decir, que pelearán a ocho asaltos con un nuevo peso acordado entre ambos equipos. El equipo de la actual campeona estuvo informado en todo momento y ha puesto todo de su parte para que el acuerdo se pudiera dar y todos los aficionados que estaban esperando durante tanto tiempo el enfrentamiento tuvieran su ración de buen boxeo. Además, ninguna de las dos boxeadoras quería echar por tierra la cuidada preparación que han mantenido en todo momento, sino enseñarla sobre el ring.

De este modo, no habrá campeonato pero sí revancha. En ese modo hay que ponerse. El primer episodio fue una gozada. Todo el mundo se quedó con ganas de más y lo bueno es que ambas partes habían firmado una secuela antes incluso de rodar la primera película. Era lo justo. Hoy peleamos en Barcelona, en tu casa, y mañana en Cantabria, en la mía. La cita es en el polideportivo de Revilla de Camargo, donde el aficionado al buen boxeo podrá disfrutar de una intensa velada con siete combates amateur y dos profesionales, ya que antes de la cita estelar se producirá el debut de Mariluz Peral. 

Las dos grandes protagonistas de la noche fueron coaspirantes al Campeonato de España en enero pero hoy una es campeona. Es Karla Mérida, a quienes, en una decisión ajustada y dividida, los jueces dieron ganadora en el primer campeonato supergallo. Marian Herrería volvió con la mirada torcida de aquel duelo porque entendió que no se había hecho justicia y tiene hambre de revancha. Lo bueno es que lo hizo sabiendo que tendría una segunda oportunidad en casa, donde es más complicado sentirse injustamente tratado. Hoy lo tiene en su mano porque lo tiene todo a favor salvo la calidad de su oponente. Depende de ella. 

‘La Vikinga’ comenzó su carrera profesional con tres victorias consecutivas que han sido seguidas por las derrotas encajadas en Polonia y Barcelona. Han manchado su expediente pero la han convertido en mejor boxeadora. Hay que demostrarlo. Se ha medido a contrincantes de nivel, de las que exigen un crecimiento, y por eso esta noche se presentará, a buen seguro, una púgil igual de valiente pero más madura. Toda virtud será poca cuando vuelva a sonar la campana.

Las dos rivales de esta noche han visto muchas veces el combate de Barcelona y a buen seguro que habrán introducido algunos cambios en su estrategia. Lo que no variará es el carácter de cada una. Y por eso es fácil prever que la cántabra va a ser la encargada de dominar el centro de la lona, de llevar la iniciativa, de boxear hacia delante y lanzar una buena cantidad de golpes. A la catalana, por su parte, le corresponde, de partida, el rol de boxeadora quizá más técnica, más ágil de piernas, más de pegar e irse, más de contragolpe. Todo eso tendrá que contrarrestarlo la púgil local.

La pelea es a ocho asaltos. Es un dato importante. Es vital ser consciente de que es muy probable que llegue hasta el final y que hay que llegar bien a ese momento, tener bajo control la ansiedad por querer dejar las cosas en su sitio demasiado pronto. Habrá que madurarlo. Para ello será importante sentirse arropada, que se note que Herrería pelea en casa. Sobre todo, teniendo en cuenta que Karla Mérida no va a estar sola, ya que se ha traído consigo un autobús más otro puñado más de aficionados que vienen por su cuenta y que han adquirido ya su entrada. Se espera a un centenar de seguidores procedentes de tierras catalanas y a buen seguro que se harán notar. No pueden ganar en la grada.

ALICIENTES

La gran revancha será el colofón a una notable noche de boxeo que tendrá como combate coestelar el esperado debut de Mariluz ‘La Joyita’ Peral. Y era esperado porque se presenta en el campo profesional una boxeadora que ha hecho sobradamente los deberes en el amateur. De hecho, en su currículum hay tres campeonatos de España más una Liga y una Copa Iberdrola. Con las puertas de la selección española cerradas, su progresión se vio estancada y por eso debía dar el salto al profesionalismo para poder comprobar hasta dónde llegaba su nivel. Le ha costado pero ya está aquí, dispuesta a demostrar toda su calidad como boxeadora desde el primer día.

Su rival será una italiana de 46 años que, a pesar de su avanzada edad, sólo tiene dos experiencias profesionales, ambas saldadas con derrota. Antes, se había especializado en artes marciales con dominio de las piernas, algo que hoy tendrá poco que decir. Debutar es siempre un trámite complicado porque hay muchas dudas e incertidumbres que saldar. Peral no sabrá hasta esta noche cómo va a reaccionar a golpes y ritmos profesionales. Será, de hecho, la primera vez que pelee a cuatro asaltos. Todos será nuevo.

La tarde - noche de boxeo arranca a las seis y comenzará con siete combates amateur de jóvenes valores del boxeo cántabro que aprovecharán para seguir acumulando asaltos. En concreto, dentro del peso gallo se medirán Manu Rivas (Rasilla) y Jorge Guillo (León). En 53 kilos se celebrará uno de los duelos más esperados de la jornada entre Mario Arriarán (Laso) y Bryan Quintana (Ubud); al ligero pertenece el combate entre Diego Macho (Ubud) y Héctor Fernández (Morebravo); al élite welter pertenece el duelo entre Félix Corada (Ubud) contra Raúl Pellitero (Nieto) mientras que también saldrá a escena el semipesado cántabro Ángel García (Ubud), que siempre da un buen espectáculo. El menú ya está preparado y sólo falta que comience a cocinarse cuando empiecen a sonar las campanas.