Pedreña se queda con todo

Los remeros de Pedreña posan con su segunda bandera liguera, la cuarta sumando el Autonómico y la de Camargo, en seis días.
  • Ganó su segunda bandera y también un colchón de nueve puntos respecto al tercero  
  • Lo contrario le sucedió a astillero, que fue último y tiene la salvación a seis puntos  
  • Camargo mantuvo su evolución y ya pelea con Deusto y Arkote

El padre de Cristóbal Balenciaga era pescador y su madre costurera. Con un origen tan humilde, resulta un milagro haber muerto dejando un nombre para la Historia. Suele ser complicado romper los límites de las clases sociales pero a ese joven talento guipuzcoano se le presentó una oportunidad. Él era de Getaria y en Getaria veraneaba la marquesa de Casa Torres, cuyos descendientes terminarían siendo reyes de Bélgica. Vio a ese joven mozo apasionado por el oficio de la moda y, a modo de juego, le entregó un trozo de tela junto a uno de sus vestidos más elegantes para que lo copiara y demostrara su talento. Y el resultado fue espectacular. Ahí, en el mismo lugar que ha servido como despegue definitivo de Pedreña este verano, se rompió el orden establecido y ese joven getariatarra de pantalón corto y uñas sucias terminó siendo una figura de referencia mundial en el mundo de la moda. Sólo necesitó una oportunidad, como la que se le presentó a Pedreña con un 125 aniversario que significó su relanzamiento. Estaba perdido en la mediocridad pero ya suma dos banderas de las tres que se han disputado.

Getaria, el pueblo del ratón convertido en isla de donde salió aquel hijo de pescador y costurera que alteró su propio destino, se le da bien a Pedreña. Allí ha firmado un dos de dos que le permite afrontar hoy la cuarta jornada liguera como líder en solitario y, lo que es más importante, con nueve puntos ya respecto al tercer clasificado. Tres jornadas han bastado para abrir tremendos huecos tanto respecto a las plazas que dan acceso al playoff de ascenso como las que condenan al descenso. Y en este último agujero está enterrado Astillero, que ayer no sólo volvió a ser el más lento, tal y como había sucedido en la primera jornada, sino que ahora ve cómo la salvación la marca ahora una embarcación que ayer remó en el segundo acto. Es decir, una que tiene bastantes más puntos. En concreto, seis más, que son muchos teniendo en cuenta a qué velocidad avanzan los que suelen ir con retraso.

En medio de todo esto, ajeno a las guerras y los ruidos, avanza Camargo, que ayer confirmó su evolución silenciosa. Cualquier día, Deusto, Arkote o San Juan despertarán y los de verde ya estarán por delante. Ayer se quedaron a sólo uno y dos segundos, respectivamente, de los dos primeros mientras que el tercero se fue más lejos al ganar con autoridad su tanda y terminar en segunda posición de la regata, lo que fue todo un favor a Pedreña. Lo malo fue que si los de rosa se fueron muy hacia delante, los de blanco de Donostiarra B se quedaron rápidamente muy cortados. Tanto es así, que su tiempo se terminó colando entre el de Getxo y el de Astillero, lo que significó un golpe todavía más duro para la ‘San José’, que estuvo fuera de regata en todo momento tras un primer largo para olvidar. Atravesó el ecuador de la prueba siguiendo aún la estela del bote getxotarra, a quien había mantenido a raya seis días antes en ese mismo escenario, pero se acabó viniendo abajo.

El gran duelo de esa segunda tanda fue entre Camargo y Deusto. Los cántabros giraron por vez primera a la par que San Juan pero no encontraron la manera de sacar partido a esa compleja ola de Getaria en el primer viaje de vuelta. Fue ahí cuando rompió amarres la ‘Erreka’, con quien apenas volvería a perder tiempo la ‘Virgen del Carmen’ en la segunda mitad de regata. La pelea estuvo con Deusto firmando ambos una enorme champa final. La ‘Tomatera’ había atravesado el ecuador de la regata con tres segundos de ventaja aprovechando ese mal segundo largo de los de Gabancho pero, desde ese momento, éstos fueron recortando un segundo por largo. Llegaron a los últimos doscientos metros metidos en un pañuelo pero el bote vizcaíno, entrenado por el castreño Alexander Esteban, logró mantener el tipo.

Lo de Pedreña tuvo menos discusión. Le tocó, junto a San Pedro, ocupar una de las calles centrales, por lo que ambos avanzaron en similares condiciones, que ayer enseñaron un viento que, precisamente, fue a más en esa tanda final, lo que quizá ayudó a hundir a Getaria. Esta liga ya ha demostrado que cuando uno se despista puede caer muy abajo y dejarse un puñado de puntos que pueden ser claves en una liga tan corta. Por eso los trasmeranos son conscientes de que no se pueden andar con contemplaciones. Ayer iniciaron el camino con el motor revolucionado consiguiendo, junto a su gran rival, ser el único en bajar de cinco minutos en ese primer cuarto de regata. Ambos giraron prácticamente al unísono pero la trainera negra rompió todo tipo de relaciones en el viaje de vuelta. No quería ni ver a la ‘Libia’ confirmando su mayor destreza a la hora de aprovechar esos largos pares.

Fue en estos últimos en los que Pedreña ganó la regata. Sumando el primer y el tercer largo, la renta de los pedreñeros fue de un solo segundo, pero el segundo largo lo hicieron cinco segundos más rápidos y el cuarto dos. En este último, ya se sabían campeones los trasmeranos y les bastó con vigilar el avance de la trainera morada mientras tenían muy en mente que hoy tocará volver a remar. Será en un escenario bien diferente, en las aguas interiores de Pasaia y con la exigencia de cinco ciabogas.