23.04.2024 |
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Pedreña se gusta en Orio

La trainera trasmerana logró su segunda bandera liguera de la temporada y se asentó en puesto de playoff  | Camargo y Castro mantuvieron un intenso duelo que se vino abajo en el último largo por el poderío de ‘La Marinera’

Los remeros de Pedreña posan con la bandera de Orio, la segunda de la temporada en liga.
Los remeros de Pedreña posan con la bandera de Orio, la segunda de la temporada en liga.
Pedreña se gusta en Orio

Pedreña ya tiene dos banderas: una en ría y otra en mar. El dato es importante. Quiere decir que la trainera en solvente sobre todo tipo de superficies, que tiene potencia para ganar a puro ergómetro pero también la técnica suficiente como para librar las olas que se vayan presentando. La que enseñó Orio ayer no llamó la atención desde fuera, pero tenía su dificultad. Desde que el club amarillo ha apostado por cambiar su campo de regatas, éste se ha vuelto un poco más incómodo. Hay que saber remar ahí, ser lo suficientemente listo como para saber sacar el mejor partido de lo que ofrece la mar y, a partir de ahí, dar el hachazo definitivo. Ayer la trainera blanca ganó porque fue la mejor, pero lo más valioso de todo es la confirmación de que es un equipo solvente y regular. Es lo que le permitió salvar el fin de semana guipuzcoano en segunda posición, a sólo un punto del liderato y con un colchón de dos sobre el tercero.

La clasificación se ha vuelto más compleja porque este fin de semana ha pasado a funcionar a partir de coeficientes. Al final, pasó lo que tenía que pasar y llegaron los positivos por Covid a la categoría. El sábado faltaron Lapurdi y Zumaia y ayer este último y Deusto. El bote galo, finalmente recibió luz verde para participar y estuvo en el agua. Nadie está a salvo de caer en las redes del maldito virus a lo largo del verano y por eso lo mejor es ir metiendo muchos puntos a la cartera para que, si hay que parar, a uno le coja bien situado y con un buen promedio de puntos.

Pedreña va en camino. Desde el petardazo de San Juan, no se ha bajado del tercer puesto. Y es así como se avanza de manera solvente por una liga que este pasado fin de semana cruzó el ecuador. Y hay que valorar dicha regularidad teniendo en cuenta, por ejemplo, que Getaria, que ganó el sábado en Zumaia, ayer sólo pudo ser quinto. O que Kaiku, que ayer fue segundo a sólo tres segundos de los cántabros, el día anterior había sido sexto. Hay tanto nivel entre los siete primeros que un mal día te puede hacer perder mucho. Y eso a los entrenados por Joseba Fernández, por ahora, no les está pasando. El próximo sábado llegarán a la regata de casa enchufados y con la confianza de ganar ante su gente su tercer entorchado. Sería la mejor manera de acabar con el mes de julio liguero y, a partir de ahí, afrontar con toda la ambición del mundo la oportunidad que se les ha presentado en el Campeonato de España.

Si el sábado se tomó la decisión de dejar en tres la primera tanda y en cuatro las otras dos, ayer fue la del medio la que dejó una calle libre. Por eso en el acto inicial, a pesar de la reaparición de Lapurdi, volvieron a coincidir los tres cántabros que están luchando por la supervivencia. Y anunciaron una dura pugna de partida, pero con el paso de los minutos se fueron abriendo distancias entre ambos hasta llegar cada uno en solitario e incluso eligiendo por qué calle cruzar la meta.

Los tres se están jugando mucho. Y eso se nota. Sólo hay que ver esas caras de concentración conforme cada uno de los botes se acerca a la salida para seguir las indicaciones del juez de tierra. Quien más cerca del eterno espigón oriotarra remó fue Lapurdi, que, quizá afectado por esa incidencia médica que le impidió remar el día anterior, quedó pronto fuera de juego. Cuando tocó girar por vez primera, ya sabía que iba a marcar el peor tiempo. La batalla de verdad estaba por delante.

Fue ‘La Marinera’ quien mejor comenzó la contienda. Con su potente salida, quiso marcar territorio desde un principio porque quería rectificar lo sucedido el día anterior. La ‘Virgen del Carmen’, en cambio, quería corroborarlo. El sábado por fin había cortado la trainera verde su errática trayectoria de las últimas semanas marcando el octavo mejor tiempo y camino fue de repetirlo ayer tras su esperanzador segundo largo. El primero lo había hecho a rebufo tanto de Castreña como de Astillero, que era quien navegaba en medio de ambos. En concreto,  entre entrenados por Quique Vitoria y los de Gabantxo, que ayer, como el sábado, se quedó en tierra, hubo cuatro segundos de diferencia en el primer cambio de dirección. Era mucho tiempo, pero entonces llegó la reacción camarguesa. Fue un largo que, sumado a su actuación del día anterior, podría haber servido para confirmar que algo estaba cambiando.

Jonathan Castanedo, patrón de la embarcación verde, encontró el camino bueno. Camargo firmó un primer giro muy rápido y prácticamente comenzó ese primer viaje de vuelta a la punta del espigón a la altura de Astillero, que se quedó bloqueado. Los azules no encontraron la manera de avanzar con fluidez y se fueron quedando fuera de juego sabedores de que sólo Lapurdi estaba por detrás. Pero ganar sólo a la embarcación de San Juan de Luz no es suficiente. Lo saben y por eso se hace duro ver cómo las dos embarcaciones paisanas a las que han de dejar atrás para abandonar los puestos pintados en rojo se van demasiado lejos. Y, sobre todo, lo hicieron en ese primer viaje de vuelta en el que perdieron más de diez segundos.

La remontada de Camargo durante esos metros permitió a su tripulación recuperar viejas sensaciones, tiempos no tan lejanos en los que el bote iba rápido y de vez en cuando incluso coqueteaba con la zona alta. Aunque habían girado por vez primera con cuatro segundos de retraso respecto a ‘La Marinera’, cruzaron el ecuador en cabeza. Esa segunda ciaboga la realizaron ambos prácticamente a la vez aunque dio la sensación de que eran los de verde los que metían primero la proa por las entrañas de la baliza. Había partido.

El duelo se mantuvo durante el tercer largo, en el que ‘La Marinera’, por su calle dos, logró mantener su estatus. Mantuvo su buena remada arañando tiempo en cada larga palada. Tanto es así, que devolvió la situación de regata al punto de partida, ya que la trainera roja logró iniciar el último largo con los mismos cuatro segundos con los que había iniciado el segundo. La situación de regata, por lo tanto, le sonreía, pero no podía ser una carcajada de fiesta al recordar lo que había sucedido diez minutos antes. Esa renta de poco más de un bote se convirtió en nada en el primer viaje de vuelta y en el segundo podía suceder lo mismo. Aún no había nada que celebrar.

Pero no sucedió. Lo que hizo Castro fue dar la puntilla moral a Camargo, que intentó acercarse a los patroneados por Mikel García pero no lo lograron. Los de rojo, con libertad de movimientos al tener a los inquilinos de las calles uno y tres muy atrás, encontraron las mejores condiciones para llegar al fondo del espigón y, cuando cruzaron la meta, su cronómetro marcaba unas cifras once segundos mejores que las que aparecían en el de Camargo. Los de verde no lograron repetir la historia del día anterior pero, por lo menos, en la segunda tanda vieron cómo Orio B, al igual que el sábado, sufría y marcaba un tiempo peor. No estaría nada mal meter a los de amarillo en la pelea por la supervivencia.

Arkote fue, de largo, el gran dominador de la segunda tanda. Sin embargo, en seguida quedó acreditado que sus tiempos no iban a estar a la altura de los mejores. Sí mejoraría los del campeón del día anterior, lo que acredita lo vulnerable que es cualquiera en esta categoría. Nadie puede dormir tranquilo. La ‘Esperantsa’ había girado por vez primera con siete segundos de renta sobre la ‘Plentziarra’ pero esa renta se quedó en nada al paso por el ecuador. En la tercera ciaboga, ya eran los vizcaínos los que disfrutaban de una ventaja de seis segundos. Una locura. Todo lo que el líder había guardado en la despensa gracias a sus dos últimas victorias, fue devorado en apenas quince minutos. Así se las gasta la ARC 1.

Pedreña salió con hambre y ambición. Quería rock and roll. En seguida cogió la proa de regata y ya no la soltó. Junto a Kaiku, fue el único bote de la mañana en culminar el primer largo en menos de cinco minutos. Su renta respecto a los de Sestao, que llevaban encima la presión de su mala actuación del día anterior, era de dos segundos, que pasó a ser del doble en la segunda maniobra. Todo parecía ir viento en popa, pero a partir del tercer largo, el relato comenzó a cambiar. Aumentó el suspense. La ‘Bizkaitarra’ dejó de perder tiempo y mantuvo el ritmo de la ‘Pedreñera’, que sabía bien que cualquier despiste le podía condenar. La amenaza no pudo ser más palpable.

Fue ahí cuando salió a relucir toda la solvencia de la embarcación entrenada por Joseba Fernández, que supo remar con esa presión de sentir encima el aliento de la trainera negra de Sestao. Ambas giraron por última vez con tres segundos de diferencia y con esa misma renta cruzarían los cántabros la meta, lo que incluso les permitió disfrutar de una champa final que desde un principio sabían que iba a ser ganadora. No había mucha gente en tierra porque no parecía una buena idea hacer coincidir la prueba con la de la ACT, pero había aficionados de Pedreña. Y con ellos festejaron los remeros de la ‘Pedreñera’ su segunda victoria de la temporada. Es una de las dos únicas traineras que tiene ya más de un ‘trapo’ liguero en el pabellón. Y todo ello, sin apenas bajarse de la tercera plaza.

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