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El Diario de Cantabria

TRAINERAS

Traineras cántabras. Un paso hacia delante

Las tres traineras cántabras mejoraron en Zumaia respecto a la primera jornada | Pedreña, que fue tercero, y Camargo, que fue octavo, ganaron sus tandas  | ‘La marinera’ acabó sexta | Arkote y San Pedro confirmaron su gran superioridad

Camargo ganó su tanda y aspira a ascender a la segunda el próximo fin de semana, cuando habrá dos regatas.
Camargo ganó su tanda y aspira a ascender a la segunda el próximo fin de semana, cuando habrá dos regatas.
Traineras cántabras. Un paso hacia delante

La ​ mar pone a cada uno en su sitio. Y no está mal el sitio en el que puso a las traineras cántabras porque todas ellas dieron ayer un paso hacia delante respecto a la primera jornada. Las sentaron bien las olas. Se sintieron más rápidas, guapas y poderosas y avanzaron posiciones hasta alcanzar unas que se corresponden mucho más con sus expectativas. Y a todas ellas las gustaría volar más alto, pero el siguiente paso parece más caro. Delante de Pedreña, Castreña y Camargo se abrió un pequeño abismo. Van a necesitar gasolina de la buena para seguir escalando.

Las dos primeras tandas tuvieron dominio cántabro porque la primera la ganó Camargo y la segunda Pedreña. A éste le dio para ser tercero y, de esta manera, borrar de un plumazo las dudas que alguien pudiera haber tenido después de la jornada inaugural. Hay motor para estar en la tanda de honor pero, a día de hoy, no para alcanzar a Arkote y San Pedro, que parece que van a necesitar una categoría propia este verano. Ambos avanzaron prácticamente a la par los dos primeros largos hasta que la ‘Plentziarra’ impuso su remada en la segunda mitad de la regata. Ganó su segunda bandera en dos jornadas con cinco segundos de renta sobre la ‘Libia’. Si siete días antes habían sido las dos únicas embarcaciones en bajar de los 21 minutos, ayer fueron las únicas que bajaron de los 22. Y la tercera, la ‘Pedreñera’, acabó 21 segundos más tarde que la campeona. Hay ahí una enorme grieta a librar.

‘La Marinera’ acabó sexta, dos posiciones mejor que en Pasaia, pero el quinto, que fue San Juan, empleó trece segundos menos. También mejoró Camargo, que fue octavo y demostró que tiene nivel para subir a la segunda tanda, pero la séptima plaza se quedó a ocho segundos. Ésta la ocupó Hondarribia B, un bote que tiene que ir a menos a la fuerza. Ayer confirmó que lo sucedido en la jornada inaugural no fue del todo real y, a partir del próximo fin de semana, perderá tres remeros que estarán más en la ACT que en la ARC 1, por lo que puede ser un objetivo a ambicionar por los entrenados por Carlos Rodríguez, que firmaron una sólida regata en Zumaia. La ‘Virgen del Carmen’ transmite fiabilidad, da la sensación de ser una trainera regular, seria y en la que se puede confiar. Ayer ganó su tanda con autoridad y sin ponerse nerviosa cuando vio alejarse a Zumaia a siete segundos durante el primer largo.

Las tres embarcaciones cántabras quitaron kilos de sus alineaciones respecto a la regata pasaitarra. Pedreña y Castreña hicieron un solo cambio pero en el caso de los trasmeranos hubo un buen número de rotaciones internas, de cambio de posiciones para adaptarse más y mejor a las exigencias del exigente campo de regatas de Zumaia, que ayer presentó una ola limpia y constante y un viento que comenzó siendo de entre quince y veinte kilómetros por hora que fue amainando. Nadie quería la calle cuatro y los hechos acabarían por ratificar dichos temores. Tampoco la uno era la mejor pero por ahí le enseñó la ‘Pedreñera’ la popa a la ‘Enbata’. Ese era el primer paso a dar ayer en aguas guipuzcoanas.

Esa calle más cercana a los acantilados parecía mejor para alejarse de las balizas de salida y meta. Había quedado ratificado en la regata femenina que se había disputado anteriormente y también en la primera tanda, en la que Zumaia le llegó a sacar siete segundos a Camargo que se quedarían en nada en el viaje de vuelta. Pedreña también le sacó cinco a Zarautz al culminar el primer largo y, sobre todo, tras completar muy rápido los últimos metros del mismo, pero esa renta prácticamente desapareció volviendo al punto de partida. Por eso para la trainera blanca fue fundamental mantener el acoso al que se vio sometido en ese segundo parcial. Sentía el aliento y el peso de los precedentes que se habían escrito entre las calles uno y dos pero se aferró a ese primer puesto hasta volver a girar en cabeza y empezar el tercer largo con la certeza de que ahí se lo iba a jugar todo.

La ventaja con la que terminó Pedreña dicho parcial fue de sólo tres segundos. Preocupante. Parecía insuficiente. Más aún, teniendo en cuenta que, a la hora de la arrancada, la ‘Enbata’ recibió la ayuda de una ola que le facilitó el trabajo. Tanto es así, que en seguida se redujo la ventaja a dos. El campo de regatas exigía ir yendo poco a poco a estribor para aprovechar la ola y el viento y, por lo tanto, a la ‘Pedreñera’ la tocaba defender su posición y su calle. No quiso jugar con fuego el bote azul, que confiaba en su mejor condición para asestar un golpe a la tanda en el momento clave. Y a punto estuvo de hacerlo.

Sucedió a falta de 550 metros para el final. En ese momento, el GPS precisó que ambas proas estaban emparejadas. La ‘Enbata’ venía desde atrás y con sangre en el colmillo. Era su momento. Sin embargo, justo en ese momento se subió Pedreña a una ola sobre la que, entre la buena labor de Kewin Ruiz con el remo de gobernar y la de sus remeros, se lograron mantener. La sacaron máximo provecho y, cuando se marchó, de nuevo adquirieron una renta de tres segundos. Aquello les permitió crecerse y los de blanco entraron en meta triunfales sabedores de que habían hecho los deberes y dejando bien claro a todos que habían vuelto.

Por las calles tres y cuatro de esa misma tanda navegaron ‘La Marinera’ y Deusto, que en seguida se quedó descolgado. Los bilbaínos adquirieron en seguida la certeza de que su pelea no estaba ahí, que no era con sus compañeros de viaje, sino con quienes habían actuado antes. En concreto, con la referencia que había dejado Camargo previamente. Y no pudo con ella. El gran segundo largo que completó la ‘Virgen del Carmen’ resultó definitiva porque, al paso por la segunda ciaboga, la ‘Tomatera’ perdía ocho segundos respecto a los camargueses. Mejoró, pero no le dio para salvar un punto que se fue para Punta Parayas.

Castro realizó una regata un tanto irregular. En el primer largo, llegó a ir nueve segundos por detrás de Pedreña, pero en el segundo se llegó a colocar a cuatro. Sin embargo, a partir de ahí se cayó. Sobre todo, tras la tercera maniobra. No encontró la remada que le llevara a donde quería, se quedó en tierra de nadie, muy por delante de Deusto y también de los tiempos que había dejado Camargo. Lo suyo demandó una importante fuerza mental, asumir que remar a la velocidad de Zarautz y Pedreña se ha puesto complicado y pensar en superar a Hondarribia B, algo que hizo, e intentarlo con San Juan. Pero el bote rosa, a pesar de ir por la calle cuatro, aún empleó trece segundos menos en completar el recorrido que el rojo. Está ‘La Marinera’ en una zona templada, sabiéndose muy superior a los que han de pegarse por huir del fuego y a la espera de que se junten un día los elementos para dar una campanada.

Camargo comenzó muy bien, con unas paladas iniciales cargadas de optimismo. Sin embargo, en 80 segundos, Zumaia ya había adquirido dos de renta. Como siete días atrás, hubo un momento en el que Orio B quiso irse hacia delante y amenazó con marcharse de paseo junto a la ‘Telmo Deun’, pero fue sucumbiendo poco antes de llegar a la primera baliza. A la misma llegó la ‘Virgen del Carmen’ con siete segundos de retraso respecto a la cabeza de la tanda pero eso no sumó nervios ni precipitación a bordo. Los hombres entrenados por Carlos Rodríguez mantuvieron la cabeza fría y comenzaron ahí su mejor parcial. A un ritmo de 35 paladas, más largo que el de Zumaia, que remaba de forma más viva, comenzó a recortar distancia. El GPS sólo transmitía buenas noticias porque, al contrario de lo que pareció que iba a suceder, los anfitriones no rompieron la regata. Y eso supuso un golpe moral para ellos. Tenían a su lado un incómodo compañero de viaje que vestía de verde.

Zumaia dio facilidades para completar el ‘sorpasso’ por su mala segunda ciaboga. Justo le llegó una ola inoportuna cuando inició la maniobra y se fue demasiado lejos. Así, cuando comenzó el tercer largo, Camargo ya iba en cabeza. Y de nuevo tocó poner la maquinaria en marcha, una maquinaria pesada de 34 paladas por minuto que fue haciendo camino, ya que a ochocientos metros para la última ciaboga, ya tenía una trainera de renta. Comenzó con cuatro el largo final y a falta de mil metros la renta era ya de siete segundos, por lo que tenía vía libre para virar a estribor e ir aprovechando la calle de Zumaia para sacar máximo partido a los elementos naturales. Hasta doce segundos llegaron a tener los cántabros mientras por detrás los anfitriones veían venir muy rápido a los de atrás. Busturialdea, con Asier Arego en la popa, realizó un gran largo de vuelta hasta superar a Orio B y quedarse a sólo cinco segundos de la ‘Telmo Deun’. Se le quedó corta la regata.

Fue la de ayer la primera prueba marinera del calendario y, como era de prever, aumentaron las diferencias. Entre el primero y el último ya hubo más de un minuto cuando siete días atrás apenas fueron cuarenta. Lo que ha quedado bien apretado es el segundo vagón de la categoría, que ocupan aquellos que están entre el tercer y el sexto puesto, ya que todos están metidos en un solo punto. Entre el segundo y el tercero hay ya un espacio en blanco de cinco y bueno sería colocar ahí un puente que pusiera aliciente en la categoría, que perdería sin el interés por clasificarse para el playoff. Quizá Pedreña pueda realizar ese trabajo.

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