23.04.2024 |
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Órdago sin respuesta

La Federación Española no ha respondido al planteamiento de la ACT y mantiene el Campeonato de España en sus fechas, por lo que corre serio peligro

Segunda tanda clasificatoria del Campeonato de España del 2016, en la que sólo hubo dos traineras y tres en la anterior.
Segunda tanda clasificatoria del Campeonato de España del 2016, en la que sólo hubo dos traineras y tres en la anterior.
Órdago sin respuesta

‘La ACT confirma su órdago a la Federación’, tituló este periódico el pasado 28 de marzo, el día después de la asamblea que celebró la asociación que organiza la máxima categoría de traineras. El día antes, en estas páginas ya se había explicado cuáles eran los planes que iban a aprobar los clubes y que pasaban por no parar, como es costumbre, el primer fin de semana de agosto para que se pudiera celebrar el Campeonato de España. Su intención era conminar a la Española a que adelantara la disputa por dicho título al 26 y 27 de junio y que una semana antes se organizaran los provinciales y autonómicos. No hubo negociación previa, sino que entendían que las diferentes federaciones se amoldarían a sus planes. Sin embargo, no tiene pinta de que lo vayan a hacer. Al menos, no la Española. El órdago no ha tenido aún respuesta y eso puede significar la puntilla que le faltaba a un campeonato que ha sufrido un desprestigio tremendo en la última década por culpa del abandono al que le ha abocado su propio organizador.

Desde la Española critican que la ACT no se hubiera puesto nunca en contacto con ellos y argumentan que su calendario ya estaba aprobado en diciembre, por lo que eran los demás los que debían haberse amoldado. Consideran, por lo tanto, que vale más el suyo que el liguero por haberse diseñado antes. Cuestión de tiempos. De hecho, incluso critican no haberse enterado del nuevo movimiento de la ACT hasta principios de este mismo mes, días después de la asamblea donde se confirmó el órdago de la asociación. Y, al parecer, no ha habido ningún acercamiento ni por parte de unos ni de otros desde entonces. Todo está, por lo tanto, en punto muerto, en plena carrera por ser más digno que el otro. Si mantiene sus fechas, la Federación se vería abocada a organizar un campeonato que no tendría ningún sentido porque sólo podría contar con las traineras de la ARC 1 mientras que las embarcaciones de la máxima categoría se quedarían, por su parte, sin la posibilidad de engordar un palmarés con un título que, a pesar del desprestigio sufrido, aún gusta ganar.

La historia del Campeonato de España en los últimos años es la historia de una agonía. Y ésta comenzó en el 2010, cuando, en plena crisis económica, la Federación no sólo pasó a no repartir premios en metálico, sino ni tan siquiera a repartir dietas, por lo que a los gallegos les empezó a costar mucho dinero remar por el título nacional cuando se ha disputado en esta parte del Cantábrico, lo mismo que a vascos y cántabros en las pocas veces que ha sucedido lo contrario. La diferencia es que mientras que los clubes de Galicia han cortado por lo sano y desde el 2012 han dejado de desplazarse para pugnar por el campeonato, los vascos lo han seguido haciendo. Aunque en la actual situación exista la tentación de culpar a estos últimos de lo que pueda suceder este año con el Campeonato de España, lo cierto es que han sido ellos los que lo han salvado de su hundimiento en los últimos tiempos.

El cambio en ese 2010 fue drástico. Fue a finales de los noventa cuando la Federación Española comenzó a repartir premios en metálico con la intención de mejorar la participación en el Campeonato de España, pringada por entonces más por temas políticos que deportivos. Con todo, el salto de calidad fue en el 2006, cuando la cita se celebró en Santander y, bajo el patrocinio del Año Jubilar Lebaniego, el Gobierno de Cantabria repartió 60.000 euros en premios. Por ejemplo, el ganador se llevó 15.000, que fueron 3.000 más de los que ganó el ganador de La Concha ese año. Ese alto nivel de premios revalorizó el título y se mantuvo hasta el 2009 gracias a la participación de ayuntamientos y ejecutivos autonómicos, pero se cortó el grifo del dinero público y desde la Española nadie movió nunca un dedo por buscar al menos patrocinadores privados que permitieran, como mínimo, que los clubes no perdieran dinero por participar. Se pasó de repartir 60.000 euros a nada. El dinero debían ponerlo los propios clubes mientras veían cómo desde Madrid subía una amplia caravana de directivos, jueces y demás personal que sí cobraban sus dietas.

Pedreña, el cambio. El cambio se produjo el pasado año, cuando el campeonato lo organizó Pedreña. El club celebraba su 125 aniversario y consiguió reunir un presupuesto con el cual poder repartir cantidades entre los participantes para volver a dignificar la prueba. Y, en parte, lo consiguió. Fue un buen campeonato, los dirigentes del club lograron que pudieran participar los cántabros porque se movieron bien para que la ARC, por vez primera desde su fundación, parara por el Campeonato de España y ganó una trainera que se quedaría a trece segundos de ganar La Concha un mes más tarde. Con todo, no se completó el cartel, sólo hubo siete participantes y siguió muy presente la ausencia de representantes gallegos.

Este año la cita vuelve a ser en Castro, donde la Federación se ha venido aprovechando de la implicación de la SDR Castreña y del Ayuntamiento. Y sigue fijado para el sábado 31 de julio y el domingo 1 de agosto, pero la ACT tiene regatas en esas fechas aunque la ARC no. La Española tiene ahora la opción de amoldarse a lo aprobado por los doce clubes con traineras más potentes del Cantábrico y buscar una nueva fecha, o lanzarse a organizar el campeonato con sólo las traineras de la ARC 1, que sí ha contemplado parar ese fin de semana, o, directamente, no organizar el campeonato. Al final, da la sensación de que van a tener que llegar a un acuerdo. Lo interesante sería que entre todos intentaran volver a prestigiar un título que ha quedado para el arrastre por puro abandono. Hasta ahora, han sido los clubes los que lo han mantenido en pie (el año pasado fue Pedreña quien hizo buena parte del trabajo) y con su movimiento de este año quizá estén obligando a actuar a quien ha venido haciendo como si no pasara nada, como si no hiciera daño a los ojos ver tandas clasificatorias de todo un Campeonato de España con sólo dos traineras. Seguían las sonrisas, la entrega de bandera, las fotos y las gafas de sol y, al año siguiente, otra vez igual.

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