La ARC va a proponer a todos los clubes, tanto a los de la categoría de plata (ARC 1) como a los de la de bronce (ARC 2), sendas ligas con sólo nueve regatas que se disputarán en tres sedes: Castro, Getaria y Pasaia. Se disputarían entre el primer fin de semana de julio y el primero de septiembre, con sólo una prueba por semana y sin premios a repartir entre los remeros. Cada uno de los socios de la asociación se libraría de pagar el precio de organizar su regata, algo a lo que están obligados cada año, pero, a cambio, deberán sufragar 2.000 euros para cubrir con los gastos del calendario previsto y que debería ser aprobado en la asamblea que se celebrará el próximo día 23.

Los clubes ya tienen la propuesta en su poder en forma de documento de 21 páginas a las que ha tenido acceso este periódico. Será el próximo viernes cuando sea debatida en una reunión informativa que ha convocado la ARC para plantear dudas, ofrecer alternativas o mejoras y debatir lo que supondrá un cambio absoluto en el modelo de competición respecto a lo que suele ser tradicional. Con lo que salga de ahí, se celebrará días después una asamblea general en la que ya quedará todo cerrado y aprobado a la espera de cómo evolucione la pandemia, ya que ésta aún podría provocar que haya que romperlo todo.

La ARC afirma que las modificaciones planteadas tienen «como objetivo principal la celebración de una edición de la liga ARC 2020, tanto en el grupo 1 como en el grupo 2, que permita a los clubes y deportistas obtener una recompensa al enorme esfuerzo que están realizando durante estas semanas de confinamiento». Para ello, entienden obvio que las características de la competición deberán cambiar para proteger «la salud de todas las personas implicadas en la organización y desarrollo de la competición». Así, aseguran que han estado trabajando «en contacto con las autoridades e instituciones» para elaborar una propuesta que, a día de hoy, entienden que es la única posible.

Para la ARC, ha sido «una prioridad reforzar la cohesión entre asociados y ofrecer las mismas garantías de competición» a las traineras de ambos grupos sin entender de categorías y privilegios. A esto hay que sumar que son conscientes de la «dependencia» que el deporte de las traineras y los propios clubes tienen de las administraciones públicas y, en concreto, de los ayuntamientos. De hecho, tienen claro que «una parte importante de los presupuestos de las regatas que se organizan a lo largo del verano son soportados por las administraciones municipales». Y, según advierten desde la ARC, ya había habido algunos consistorios que habían trasladado la imposibilidad de afrontar los gastos que conlleva la organización de una regata. Es por todo ello por lo que, según afirman, han optado por reducir el calendario y por concentrar todas las regatas en sólo tres sedes. Entienden que, de esta manera, se podrá cumplir con las «recomendaciones realizadas por las autoridades sanitarias» y se dará forma a un «modelo de competición sostenible desde el punto de vista económico de la asociación y de los clubes participantes». «Es un modelo de competición factible y viable que hemos contrastado con la administración para que, llegado el momento, pueda contar con su aprobación definitiva», añaden.

Elegir sólo tres localizaciones para celebrar todas las regatas garantizará, en opinión de la asociación, «asegurar la implantación efectiva del protocolo de prevención en todas las jornadas de competición». Así, cada jornada de regatas que se celebre en cada localización acogerá en un mismo día a las tres competiciones que organiza la ARC: las dos masculinas y la liga ETE femenina. Obviamente, se celebrarán en diferentes franjas horarias habiendo pruebas tanto por las mañanas como por las tardes.

Variedad de campos. Se han elegido las sedes de Castro, Getaria y Pasaia atendiendo a los siguientes criterios: «requerimiento de espacio exigido para la implantación efectiva del protocolo; mínima influencia de las mareas sobre el campo de regatas para ampliar la franja horaria; diversidad de campos de regatas (orientación de la ola, mar y aguas tranquilas) y buena accesibilidad por carretera y equilibrio geográfico». Han decidido que haya una sola jornada por semana para «minimizar al máximo la movilidad y el volumen de desplazamientos generados» por la actividad liguera. «Este hecho, unido a la concentración de las tres competiciones en una misma localización, permite reducir la movilidad total de la liga 2020 en un 60% aproximadamente respecto a una temporada ordinaria», añade la asociación en el documento enviado a los clubes. Eso sí, éste detalla que aquellas entidades que mantengan el apoyo de sus ayuntamientos y empresas patrocinadoras podrán «dar nombre a una de las regatas celebradas durante la temporada». Otra cosa es que, por ejemplo, a Dynasol, que siempre pone nombre a una de las pruebas organizadas por Pedreña, quiera hacer lo propio con una que se celebre en Castro o en territorio guipuzcoano.

A la hora de elaborar el calendario, han entendido factible comenzar el primer fin de semana de julio manteniendo tres o cuatro semanas de entrenamiento previo. Con todo, son conscientes de que todo depende de la evolución de la pandemia y, si no se pudiera iniciar la temporada en dicha fecha, se pospondría el inicio liguero. Todo ello, bajo la condición de que «las jornadas no disputadas no se recuperarán», ya que entienden «primordial mantener el criterio de una única jornada de competición a la semana y a su vez no alargar la temporada más allá de la fecha indicada». De este modo, lo de habilitar el mes de septiembre e incluso plantearse llegar a octubre, algo que se habló en la anterior asamblea de la ARC, ya ha quedado para el olvido.

Para que la liga se considere válida, bastará con haber disputado seis regatas. No habrá playoffs y, en el caso de que ambas categorías hayan podido disputarse, habrá dos ascensos y dos descensos siempre en función de la clasificación general. Y si es posible que uno de los dos grupos no complete el calendario es porque se abre la posibilidad a suspender una liga en el caso de que dos o más traineras hayan apostado por abandonar la competición. Esto último puede suceder si se detectan casos positivos de Covid-19 en el seno de un equipo. Los tests nunca serán obligatorios porque desde la ARC entienden que los clubes no se los pueden permitir y la asociación como tal tampoco tiene músculo financiero para adquirirlos, por lo que, simplemente, la localización de los infectados dependerá de que muestren síntomas o no. De hecho, ni siquiera se habla en el protocolo de frenar la participación de una embarcación si se ha producido un infectado.