20.04.2024 |
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‘La Marinera’, sin mirar atrás

Los remeros de Castro posando con una nueva bandera.
Los remeros de Castro posando con una nueva bandera.
‘La Marinera’, sin mirar atrás

La capital de Getxo es Castro. Una de sus traineras ganó allí la primera tanda y la otra ganó la segunda, además de la bandera y la consolidación de un liderato cada vez más asentado. ‘La Marinera’ va camino de acostumbrarse a remar en solitario. Lo hizo el sábado en Getaria y también ayer, cuando la competición salió por vez primera de Gipuzkoa para estrenar Bizkaia. El próximo fin de semana hará lo propio con Cantabria. Allí llegará la trainera castreña como líder de una clasificación que avanza al ritmo que ella misma impone. Frente al Puerto Deportivo getxotarra, los patroneados por Mikel García superaron en nueve segundos a Lapurdi, su antagonista de este verano, que ha entrado a agosto viendo la verdadera pelea por la bandera a cierta distancia. De hecho, estos días no ha habido pelea, sólo luchas en solitario.

Tocó ayer remar en un experimento con seis calles donde apenas había espacio para respirar. La fortuna quiso que las tres traineras rojas de la categoría de bronce se colocaran en las tres primeras calles y que, sobre todo, los dominadores de la liga remaran juntos. Mejor así. Se evitaban suspicacias porque era fácil de entender que las condiciones entre el primer pasillo y el sexto tenían que ser diferentes a la fuerza por mucho que la organización apurara el reglamento para limitar las distancias entre balizas, lo que hizo que la ‘Virgen del Puerto’ tuviera problemas en la segunda maniobra con Hibaika, ya que cuando uno entraba el otro salía. Los santoñeses avanzaron durante buena parte del segundo largo por la calle tres buscando mejores condiciones de viento y marea, entraron abiertos a la maniobra y tuvieron que rectificar mientras que la embarcación negra se quedó un tanto estancada.

No pasó nada más. Tres segundos de castigo para Santoña que no fueron a ningún sitio. En el fondo, las distancias entre balizas eran similares a las que hay en el campo de regatas de Portugalete. Y el historial de golpes allí es importante. No llegó en Getxo la sangre al río. El problema vino con la boya de la bandera blanca, la de la calle uno. Se enredó la estacha cuando iba a empezar la tanda de honor y por allí iba Lapurdi, por lo que había que apurar al máximo porque había anunciada una férrea batalla. Se quedó corta y, por tanto, su proa estaba más atrás. Lo solucionaron pero garreó la baliza y hubo que recolocarla. El resultado fue que la salida se retrasó veinte minutos, lo que siempre hace que se vaya acumulando el nervio y la ansiedad a bordo de la embarcación. Al final, el bote galo terminó saliendo con una mínima distancia de retraso y lo hizo peor que ‘La Marinera’, que lo hizo como una bala sin querer saber nada de nadie.

Como el día anterior, cerrando los ojos y sin necesidad ni deseo de mirar a los lados. Castreña sólo pensaba en sumar otra victoria y demostrar que también sabía ganar fuera de Getaria. Quique Vitoria no realizó demasiados cambios, sólo entró Sergio Colino en babor por Andrés Quintana y Rubén Sisniega por Cristian Alegría en la proa. La banda de estribor ni la tocó.

Y no se notó la acumulación de esfuerzos porque el desarrollo de la película fue muy similar al del día anterior. En los dos primeros largos, Castreña le sacó tres segundos en cada uno de ellos a Lapurdi, por lo que después le bastó con mantener la situación bajo control. Tanto es así, que la embarcación gala comenzó a vigilar más a Hondarribia B que a ‘La Marinera’. Los meritorios de la ‘Ama Guadalupekoa’ transmitían la sensación de coger una ola más limpia por fuera, de conseguir unas empopadas más largas que, aún así, no les dio para poner emoción a la champa final. Los tres primeros puestos fueron muy claros y sin discusión. No hubo que recurrir a la ‘foto finish’ en ningún momento.

Con una autoridad similar a la de Castreña en la tanda de honor ganó AN Castro la primera. Los de verde comenzaron por detrás de Hibaika, que salió con potencia, pero empezó a sucumbir en el largo de vuelta. Todo lo que costaba salir fuera se convertía en viento a favor y cuesta abajo volviendo. Las traineras tardaron ayer medio minuto menos en volver que en marchar porque tenían la marea y a Eolo a su favor al mirar al Puerto Deportivo. Porque fue allí donde se colocaron las balizas ayer, ya que la ARC apostó por recuperar el campo de regatas más clásico de Getxo.

A AN Castro le tocó la calle uno. Dio la impresión de que las embarcaciones botaban menos al salir fuera cuando viajaban más cerca de tierra mientras que a las que avanzaban por las balizas exteriores se las veía menos estables. Sobre todo, cuando salían de los límites de Algorta, cuando la regata ya iba dos minutos y los botes se encontraban con unas condiciones más extremas, con un sube y baja repentino que casi les cogía de sorpresa. A la hora que remó la ARC 2, el viento era intenso y la mar se presentó picada y con una ola poco aprovechable. Al menos, por dentro. Quizá por eso buena parte de las embarcaciones acabaron su trabajo entrando por las calles cuatro y cinco. También AN Castro, que se dio el gustazo de ganar con autoridad entre los suyos.

‘La Marinera’, sin mirar atrás
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