El 16 de julio será un día importante para la historia del boxeo cántabro porque se celebrará una velada con dos combates profesionales femeninos como cabezas de cartel. Abrió el camino Marian Herrería el pasado año y el próximo mes la seguirá su compañera Mariluz ‘La Joyita’ Peral. Ambas llevan semanas preparando la gran cita y desde hace unos días ya conocen quiénes serán sus rivales. En concreto, ‘La vikinga’ se medirá a la francesa Narymane Benloucif mientras que la debutante se encontrará en el ring con la boxeadora catalana Ivette García Morales.

La cita está prevista para el sábado día 16 en el pabellón de La Albericia. Está organizada por el propio Daniel Rasilla, que ha contado con la colaboración tanto del Ayuntamiento de Santander como de la consejería de Deportes del Gobierno Autonómico. En breve se dejará ver por muchas esquinas de la comunidad toda la cartelería y se pondrán a la venta las entradas. Para Marian Herrería será su tercera experiencia rentada después de haber solventado las dos primeras tras mostrar una patente evolución entre su debut y su segundo combate. En Santander será el tercero ante una púgil que llegará con una victoria y una derrota en su  historial particular.

La cita santanderina supondrá un paso más en la carrera de la boxeadora cántabra, ya que está pactado a seis asaltos. A tres será el de Peral, que deberá cumplir con el siempre peligroso debut, cuando no sólo hay que superar a la rival que hay delante, sino también a los nervios del momento y a todo lo que supone abrir una nueva página para escribir un nuevo capítulo después de una brillante trayectoria amateur.

La velada contará, como aperitivo antes de los combates profesionales, con siete amateur que servirán también para dar salida a las promesas que necesitan acumular horas de ring. La factoría Rasilla ya ha convertido en costumbre organizar una o dos veladas al año en Santander pero será la primera vez que venga con combates profesionales de la mano. Además, serán femeninos. Después de romper el hielo el pasado año, ya que Cantabria nunca había tenido una púgil profesional, ahora toca ir haciendo camino mientras se atrae a más aficionados a la causa.