No hubo nervios en el debut, sino un ímpetu irrebatible de superar cuanto antes esa barrera y dejar una gran carta de presentación. Porque Jesús Laso no volverá a disputar nunca más su primer combate como profesional porque ya lo ha hecho. Pasó ese peaje y dejó propina, ya que solventó el compromiso por la vía rápida, sin dar a sus paisanos y seguidores la oportunidad de alargar la fiesta.

Ni dos asaltos le duró su oponente, lo que da muestras de la voracidad con la que salió al ring. No quiso el joven boxeador de Suances dar oportunidad a su contrincante de buscar argumentos para dar la réplica a su oponente. Los dos saltaron a la lona sin saber mucho uno de otro y por eso el cántabro quiso ir directamente al grano. Había preparado su debut contra el venezolano Sandro Hernández, un perro viejo con más de cuarenta combates en su haber, pero a última hora le cambiaron la foto que durante varias semanas tuvo puesta en el espejo del baño.

El rival acordado tuvo problemas con su ficha y hubo que buscar otro a última hora. Se presentó voluntario Nelson Altamirano, un tipo conocido por quien sigue la actualidad pugilística y que aceptó desplazarse a Suances a contrapié y con la intención de dar la cara. No la dio. Se la partieron. Entre los rivales que Altamirano ya había tenido delante en su ya dilatada trayectoria estuvo incluso Sergio ‘El Niño’ García.

Y es que, está acostumbrado a boxear con gente incluso de más peso que Jesús Laso, pero éste le tumbó a la primera. El cántabro salió con intención de comérselo, se hizo dueño del ring desde su primera zancada y comenzó a alcanzar directos al mentón del boxeador nicaragüense que en seguida se hicieron notar. Laso no confundió su ambición con la precipitación, sino que se tomó su tiempo para echar un vistazo a su oponente, adivinar la distancia adecuada y, a partir de ahí, comenzar a disparar.

Su rival ni acertaba a responder. Intentó zafarse y contragolpear pero sin apenas éxito. Finalmente, tras apenas dos minutos de combate, un buen recto de derecha conectó de lleno al rostro de Altamirano, que se fue al suelo visiblemente castigado. Quiso levantarse y, de hecho, se puso en pie antes de que el colegiado llegara hasta diez, pero antes incluso de que sonara la campana por segunda vez, decidió parar la pelea porque entendía que podía resultar peligroso para quien por había probado el veneno de Laso como profesional por primera vez. La imagen que dejó el púgil suancino fue buena aunque, por otro lado, se quedó sin la posibilidad de haber sumado más asaltos con los que ir cogiendo experiencia en el campo profesional. Da igual. Ya tendrá tiempo para eso porque lo principal el pasado fin de semana era romper el hielo, quitarse un peso de encima y confirmar que está más que preparado para dar la talla.

«Ha sido el debut soñado y Laso ha ofrecido unas sensaciones extraordinarias no sólo sobre el ring, si no también en lo que se refiere a concentración previa, enfoque en su cometido, etc. Ahora hay que ser pacientes y dejar que vaya adaptándose y creciendo como boxeador profesional», afirmaba José Luis Celaya, rostro visible de la promotora Euskobox que lleva la carrera del cántabro. En los enfrentamientos amateur que precedieron al combate profesional, Alejandro Desiré ganó por puntos a José Represa en categoría joven 62 kilos; Youseff Bachrem se impuso por puntos a Dany ‘Boy’ Vélez en categoría júnior 62 kilos; Ismael Ezzaidani venció por puntos a Mario Arriarán en categoría júnior 52 kilos; Jorge de la Fuente ganó por puntos a Héctor ‘Huracán’ Herrero en categoría élite 69 kilos; Diego Sánchez venció a Anthony ‘La pantera negra’ Rojas en categoría élite pesos pesados; e Isaac Fernández ‘El chino’ se impuso por RSC a Jon Ferreras en categoría élite 64 kilos.