18.04.2024 |
El tiempo

«Lo hecho hasta ahora no va a valer para nada»

  • Enrique Vitoria, entrenador de ‘La marinera’, asume que tras el confinamiento todos empezarán «de cero» en cuanto al trabajo con la trainera se refiere  
  • Confía en que este año su equipo tenga mayor fortaleza mental
«Lo hecho hasta ahora no va a valer para nada»

Las pretemporadas de las traineras son muy largas. Cada entrenador tiene su manera de trabajar y su diseño propio, pero más o menos todas son muy similares. Es complicado inventar algo a estas alturas. Sin embargo, la de este año será diferente. Estará partida en dos: una parte hasta el parón y otra la que vendrá después del confinamiento. Y de poco valdrá lo hecho en los primeros meses de trabajo. «Al final, todos empezaremos de cero porque lo hecho hasta ahora no servirá prácticamente para nada», reconoce Enrique Vitoria, entrenador de ‘La Marinera’ por tercera temporada consecutiva. Por eso entiende que lo fundamental en estos días de secuestro entre cuatro paredes es «mantener el estado físico y también las ganas, ya que, si las pierdes, es cuando pierdes de verdad».

Lo bueno es que parece no preocuparle ese extremo porque percibe que la gente «está enchufada», a lo que ayuda saber que tienen «potencial para pelear por el ascenso otra vez». Y eso es importante. La trainera castreña ya estuvo peleando de tú a tú por el objetivo el curso pasado y esta vez confía en no morir en la orilla. Para ello, Vitoria cuenta con una cuadrilla que considera «muy similar a la del año pasado». «El potencial de vatios es muy parecido. No ha habido demasiados cambios y quizá la mayor diferencia esté en que hay más gente de casa», explica el entrenador castreño.

En lo que confía el técnico y remero de ‘La Marinera’ es en que este verano, si finalmente pueden salir a competir, consigan ser «más compactos a la hora de remar». Y es que, al final, el proyecto ha gozado de una cierta continuidad y ese año más de trabajo en común se tiene que notar: «Espero que aprendamos de los errores que pudimos cometer el año pasado». Porque los hubo. Y lo sabe él como lo saben sus remeros. Y, sobre todo, se debió a un tema mental porque llegaron a la hora de la verdad, que era el playoff, «tocados». Y la decepción fue mayúscula porque se habían generado muchas expectativas.

Éstas eran enormes desde el primer día y, de pronto, llegó la primera regata y no estuvieron a la altura, lo que les hizo ir «a remolque toda la liga». El margen de error fue cada vez menor y, para colmo, asegura que en las regatas a las que llegaron bien y con todo de cara para ganar y dar un golpe encima de la mesa, no tuvieron suerte. «Y eso lo pagó el equipo mentalmente». «No tienes fortuna en el sorteo y luego ya sales sabiendo que no puedes ganar por esa calle. Por eso hubo regatas que condicionaron mentalmente el resultado porque no llegamos como deberíamos haber llegado», apunta. Y pone el ejemplo de la de Hondarribia, que se antojaba decisiva para el tramo final del campeonato, pero les tocó la calle uno: «Mi deber era animar al grupo una vez que nos la dieron, pero, por la reacción de la gente, ya sabías cómo iba a acabar la regata». Y así acabó: mal.

«Fue un quiero y no puedo, un cúmulo de cosas. Cuando estás igualado con una tripulación como Orio, no puedes tener errores o ni siquiera puedes tener mala suerte», reconoce Quique Vitoria. Y ellos tuvieron de las dos cosas. Por eso uno de los progresos que espera tener este año es una mayor fortaleza mental, algo que considera «importante a la hora de competir en una liga porque eso te va a hacer más regular que los demás».

Cambio de preparación. Lo que está claro, porque después la actuación de la trainera en el playoff resultó decepcionante, es que el equipo no llegó bien al tramo final de la liga. Por eso han cambiado algunas cosas con vistas al curso de este 2020. «Hablamos con Jesús (Arco, el preparador físico) y le dijimos que la idea era llegar fuerte al verano», explica. Incluso se mostró dispuesto a sacrificar los bateles y las trainerillas porque lo primordial iba a ser lo que sucediera con el bote grande. «El objetivo es subir y todo va enfocado a la temporada de trainera porque para eso hemos comprado material nuevo y para eso se ha formado un equipo majo, competitivo y con experiencia». A todo ello hay que sumar que la temporada pasada aún está «muy latente» y confía en que todos hayan «aprendido mucho» de ella. «Tenemos que ser más fuertes mentalmente para que no nos suceda lo mismo y para que, ante la adversidad, podamos dar lo mejor que tengamos. Hay que ser competitivos incluso en los peores momentos», resume el entrenador del equipo castreño.

A la hora de preparar este segundo asalto hacia la ARC 1, Vitoria reconoce que es posible que el suyo sea de los equipos «que menos horas de agua tiene hasta la fecha». Y explica que, fundamentalmente, es porque se tienen que desplazar para poder entrenar en ría, que es donde se suele hacer en invierno. «Nos tenemos que mover a Bilbao y hay días que no se puede porque unos trabajan y otros en los que ha hecho mal tiempo». Les habría gustado haber completado más sesiones a bordo del bote pero se consuela el entrenador castreño recordando que ahora mismo nadie está saliendo al agua. Todos están en casa y el confinamiento «es igual para todos». Y considera que de poco servirá lo hecho anteriormente porque toca empezar prácticamente otra vez. Será una pretemporada exprés. «Es cierto que antes del parón habíamos dado un salto en la preparación física y habíamos mejorado cogiendo un pelín más de ritmo», subraya el técnico de ‘La Marinera’. Pero eso quedó atrás. 

La ría está lejos porque lo que tienen cerca en Castro es la mar. Por eso el rojillo siempre ha sido un equipo al que se le ha dado «mejor la mar». «Somo un club que, en cuanto se puede, entrena todo en mar e históricamente hemos demostrado que siempre vamos mejor en la mar que en la ría», recalca. Él mismo lo prefiere pero también reconoce que le gusta competir en aguas más calmadas: «También me gusta remar en la ría aunque algunas sean a contrarreloj, que no son de las que suelen gustar, pero no hay excusas y, al final, si quieres ganar una liga, te tienes que amoldar a todos los campos de regatas».

Incertidumbres. Lo cierto es que, a día de hoy, en la actual situación, la mar se ve muy de lejos. Todos están confinados y los remeros han tenido que inventarse una nueva rutina. A día de hoy, Quique Vitoria confía en que no pase factura porque, además, les ve «motivados». «Se está entrenando bien, los entrenamientos diseñados por el preparador físico van muy bien y los comentarios del equipo es que todo va fenomenal», recalca. De hecho, para el día de ayer tenían preparada una especie de regata entre todos para sumar un poco de competitividad al trabajo diario. Eso sí, el entrenador confía en que la actual situación «no dure mucho porque, de lo contrario, el paso del tiempo sí que hará que pase factura».

El tiempo pasa y lo cierto es que el verano se va echando encima. Por eso el temor a que finalmente no puedan salir a competir se va haciendo cada vez más grande. Vitoria reconoce que sí ve peligrar la temporada. «Ahora mismo estamos encerrados en casa y no sabemos cuánto se va a alargar esto», recuerda. Subraya que estamos siendo víctimas de «una pandemia mundial que no se puede controlar tan fácilmente». En su deseo está que todo pueda recuperar una cierta normalidad en verano y puedan competir incluso teniendo que alargar un poco más el calendario. Y es que, todo lo que suele tener de perjudicial este deporte, puede correr en su favor este año, ya que está muy localizado geográficamente, muy concentrado en el tiempo y se disputa en espacios muy abiertos. «Nosotros entrenamos muchos meses para luego remar en verano, mientras otros están de vacaciones», recalca. Él prefiere ser optimista y pensar que sí van a remar.

Y espera hacerlo mejor y más rápido que el curso pasado. Esa confianza tiene aunque, a día de hoy, no se ve capacitado para afirmar con certeza que el bote vaya a ser más veloz porque el parón les cogió «en plena pretemporada y sin haber hecho gran cosa diferente para ser más rápidos». En lo que sí se ha estado centrando es en trabajar «el tema técnico viendo vídeos para conseguir que la gente reme como quiero que reme». Sobre todo, su intención es que el equipo sea «más compacto para aprovechar lo mejor que tengamos». A día de hoy, reconoce que «no es fácil» medir si va a ser más rápido o no pero sí destaca que hasta el último descenso que realizaron antes de tener que meterse en casa, que fue el de Colindres, habían realizado «mucho entrenamiento de carga y nada de velocidad». Eso sí, lo que ya intuyeron ese día era que el bote iba bien, ya se dieron cuenta a bordo de que habían dado «un pasito más».

«Lo hecho hasta ahora no va a valer para nada»
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