20.04.2024 |
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Duelo por la supervivencia

El sinfín busca una tercera victoria consecutiva a domicilio esta tarde en el pabellón del villa de aranda, donde permitirán la entrada de mil trescientos espectadores

El Sinfín jugará hoy en Aranda tras su importante victoria del pasado miércoles en Puerto Sagunto. / p. c.
El Sinfín jugará hoy en Aranda tras su importante victoria del pasado miércoles en Puerto Sagunto. / p. c.
Duelo por la supervivencia

El Sinfín jugó en Puerto Sagunto, provincia de Valencia, el miércoles por la noche, viajó de madrugada, llegó el jueves por la mañana a Santander, descansó, ayer estiró sus músculos y hoy le toca volver a subir al autobús para volver a jugar otro partido lejos de casa. De locos. El ritmo que le está tocando aguantar a la gran mayoría de equipos de la categoría para intentar recuperar todos sus partidos aplazados antes de que termine el año está siendo intenso y exigente para unas plantillas que no están acostumbradas a jugar prácticamente cada tres días. Sin embargo, es lo que toca en esta extraña temporada convertida en un sálvese quien pueda. Es un grito que se oirá, sobre todo, esta tarde en el pabellón Príncipe Felipe de Aranda de Duero. Allí, el equipo local recibirá al santanderino. Ambos caminan sobre el alambre, notan el calor del infierno y necesitan ganar para tomar aire y, sobre todo, enlazar dos victorias consecutivas, lo que significaría un tremendo empujón moral para ambos, ya que es algo a lo que no están demasiado acostumbrados.

Tanto el Sinfín como el Villa de Aranda afrontarán hoy su particular duelo después de haber ganado entre semana. Ambos lo hicieron ante un rival directo, el Puerto Sagunto los cántabros y el Nava los burgaleses provocando, incluso, la destitución del entrenador de éste. El triunfo de los de amarillo se cimentó, sobre todo, en un sorprendente arranque de partido que cazó a su rival con la cabeza en otra parte. Cuando quiso darse cuenta, ya iba perdiendo por siete goles, cifra difícilmente remontable.

El triunfo de los hombres de Víctor Montesinos fue mucho más sufrida. El marcador en el Ovni de Puerto Sagunto nunca abrió brecha entre un dígito y otro pero los cántabros supieron llegar bien, enteros y con las ideas claras al tramo final del encuentro. Defendieron y atacaron de manera correcta y, de esta manera, dieron continuidad a las buenas sensaciones que vienen transmitiendo desde que salieran del confinamiento que les privó de jugar partidos en noviembre. Tanto es así, que ha ganado cinco de los ocho puntos por los que ha jugado desde que retomó la competición. No está mal.

Las victorias han llegado a domicilio, en Cangas primero y en Puerto Sagunto el pasado miércoles. Esto quiere decir que no necesitan los jugadores del Sinfín sentirse como en casa para enseñar su mejor versión. De hecho, están sacando partido a esta extraña situación del presente curso que está obligando a disputar la gran mayoría de partidos a puerta cerrada. El factor cancha pierde valor y de ello se están aprovechando los cántabros. Sin embargo, hoy cambiará la historia. Precisamente ayer, dieron vía libre al Villa de Aranda para que el 33% del aforo de su gran pabellón fuera ocupado. Y eso quiere decir que hoy podría haber hasta 1.536 espectadores. Eso ya desnivela la balanza y, de responder el aficionado burgalés a la llamada de quien sigue siendo el colista de la categoría, se podría encontrar el Sinfín con una oposición con la que no se ha encontrado en otras plazas. Lo cierto es que es discutible que una liga como la Asobal no tenga en cuenta las desigualdades que pueden darse entre un equipo que puede contar con el apoyo de sus aficionados y otro que no. La asociación debería regular este tipo de asuntos para que todos jueguen con las mismas cartas, pero es mucho pedir cuando ni siquiera ha encontrado la manera de que se puedan seguir los partidos a puerta cerrada desde casa. En el 2021.

El Sinfín está ante una oportunidad de oro para dar un salto de calidad importante, sumar cuatro puntos en apenas cuatro días y, además, a las puertas de un partido en La Albericia contra otro rival directo como el Nava (el miércoles) y la visita a Pamplona para jugar contra Anaitasuna. Es momento de sumar muchos puntos a la buchaca para pasar un buen invierno y lo mejor es que el equipo afronta esta vital fase del calendario en plena ola de buen juego y mejores sensaciones. He ahí su principal garantía. Además, al contrario que el pasado miércoles, hoy reforzará su rotación Víctor Montesinos al recuperar para la causa tanto a Cristian Postigo como a Diego Muñiz. Ambos conocen muy bien la pista donde les va a tocar librar batalla porque el duelo entre santanderinos y arandinos llegó a ser un clásico.

Alberto Suárez, entrenador del Villa de Aranda, tiene claro que el encuentro de esta tarde a partir de las siete será «a cara de perro». Advierte de que los jugadores más habituales del Sinfín «tienen un nivel muy alto» pero también se fija en la escasa rotación que tiene, por lo que prevé un «importante desgaste físico» con el que querrá jugar. Sobre todo, teniendo en cuenta el eterno desplazamiento que tuvo que hacer a Puerto Sagunto entre semana. Por mucho que la paliza se hiciera más llevadera al volver con todo el botín de tierras valencianas, el peso de la acumulación de partidos y también de viajes puede acabar haciendo mella. Quizá por eso los arandinos, que, respecto a su partido en Nava de entre semana recuperan a Santiago Baronetto, confían en poner un ritmo alto al encuentro. Para ello, confían en el subidón que les produjo haber vuelto con una victoria de tierras salmantinas el pasado miércoles. Sobre todo, porque entendían que lo merecían por cómo estaban haciendo las cosas. Hoy, tanto a unos como a otros, les toca refrendar las buenas sensaciones en las que confían para escapar de la quema. El de hoy es un partido cargado de oportunidades pero también es un partido dramático.

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