fácil concluir que quien quisiera llevarse la Bandera de La Concha debería ser el más rápido en la segunda jornada. Y así sucedió. Tanto Arraun Lagunak en chicas como Santurtzi en chicos tuvieron que ganar la regata de ayer para llevarse el premio más preciado después de dos tandas de honor que a buen seguro quedarán grabadas en la memoria de quien tuvo la suerte de disfrutar de ellas por televisión.

Y tuvo que ser por la pequeña pantalla porque apenas unos pocos privilegiados pudieron acercarse al entorno del acuario donostiarra. Como el año pasado, los campeones lo festejaron casi en solitario sin disfrutar del masivo desembarco en la rampa. Son imágenes que ojalá se puedan repetir a partir del próximo año. En tiempos pandémicos, sólo algunas embarcaciones de patrocinadores pudieron ‘disfrutar’ de aglomeraciones.

Las dos tandas de honor fueron enormes. En la femenina, Orio, que partía con la necesidad de remontar algo más de segundo y medio, se puso con dos de ventaja en el primer largo, pero Arraun Lagunak puso las cosas en su sitio en los primeros metros del segundo, cuando logró igualar su proa con la del bote amarillo. Con la marea bajando y el viento en contra a partir de ese cambio de dirección, la regata se hizo dura. Apenas había ola pero todos buscaban las teóricas mejores condiciones de las calles cuatro y cinco. Eso habían hecho en la tanda de consolación pero los dos grandes favoritos no lo hicieron.

Orio iba por la calle uno y Arraun Lagunak por la dos. Y el gran secreto de la victoria de esta última estuvo en su sangre fría para defender su calle. El bote amarillo le intentó llevar hacia estribor pero la patrona donostiarra mantuvo el tipo obligando a que la jueza de mar interviniera para enviar a las oriotarras a babor hasta en dos ocasiones. Se llegó a estar cerca del toque de palas pero no sucedió. Al final, Orio terminó aceptando que no iba a poder pasar y acabó sucumbiendo en los metros finales llegando con una trainera de desventaja.

Más apretadas aún estuvieron las cosas en la bandera masculina. Se decidió por sólo 48 centésimas, que no son nada teniendo en cuenta que se contabilizaron 38 minutos y 19 segundos entre las dos jornadas. En Hondarribia, obviamente, se acordaron mucho de los tres segundos de penalización que sufrieron siete días atrás por una salida nula que terminó siendo decisiva. Se puede decir que era lo último que querían.

Los dos grandes favoritos tuvieron encima durante más de media regata el tiempo que había marcado anteriormente Donostiarra, que debía remontar nueve segundos y que llegó a estar ocho por delante de las referencias que marcaron después Hondarribia y Orio. Sin embargo, la trainera local ya había dejado cantado que no había completado un buen segundo largo porque sólo fue capaz de hacerlo dos segundos mejor que Urdaibai, a quien no llegó a soltar del todo. Fue una mala señal que se confirmaría después en la tanda de honor, ya que, tras el paso por ciaboga, la ventaja que llegó a tener la embarcación local se fue diluyendo.

Orio fue quien más rápido salió y en sólo un minuto sacó dos segundos a todos. Cuatro y medio más tarde, eran los demás los que le sacaban dos a Orio. La igualdad fue absoluta girando todos los protagonistas de la tanda de honor en tres segundos. Eso hizo que se acercaran mucho Hondarribia y Santurtzi por las calles tres y cuatro y Zierbena y Orio por la uno y dos. A la ‘Galipa’ la llegaron a ordenar irse a babor para no estorbar a los oriotarras pero lo que hizo Borja Gómez fue irse con descaro hacia estribor para realizar, en la práctica, un intercambio de calles. No hubo polémica porque los vizcaínos se escaparon.

Éstos intentaron seguir el ritmo de los dos primeros pero no pudieron. El segundo largo fue tremendo. Los dos grandes favoritos avanzaban prácticamente a la par, muy juntos y sin permitir que nadie se escapara. Hondarribia intuía que su momento había pasado cuando llegó a la isla a la misma altura que su contrincante. Tenía menos de dos segundos de renta que defender pero ahí se impusieron los vatios de la ‘Sotera’, a la que sólo le sobraron 48 centésimas.