Castro aprovecha la oportunidad

La trainera consiguió ayer una victoria que supone todo un premio a su buena temporada.

‘La Marinera’ ganó ayer en Plentzia tras dominar con autoridad su tanda y aprovechar las peores condiciones con las que remaron  en la tanda de honor | Pedreña reaccionó en el último largo para llegar antes que Arkote

El remo tiene para todos. No olvida a nadie. Tiene en cuenta tanto a los actores principales como a los secundarios. Intervienen en él tantos factores que incluso traineras que han visto la pelea de gallos muy de lejos a lo largo del verano se pueden ver, de pronto, ondeando una bandera. Porque a menudo es más factible ganar una regata en la segunda tanda que en la de honor. ‘La Marinera’ es consciente de que remando junto a San Pedro, Pedreña y Arkote tendría poco que hacer, pero haciendo su trabajo veinte minutos antes la mar puede aparecer en escena para tocar las campanas. Siempre aparece el misterio cuando uno abandona la playa y apunta la proa hacia el horizonte, hacia donde parece que se termina el océano y aparece el abismo. Se oyen sirenas, cantan las ballenas y surge el dios del viento para hacer y deshacer a su antojo. Ayer apareció en Plentzia y cogió la pintura negra de la galerna para colaborar con Castro y conseguir que se lanzaran los fuegos artificiales que durante tanto tiempo han estado guardados.

Parecía que Castro estaba alejado de los focos, que navegaba en un mundo paralelo absolutamente neutral, lejos de las emociones fuertes de los de arriba pero también de las penurias de los de abajo. Vivía cómodo, sentado en el porche junto a una nevera portátil con cervezas mientras veía la vida pasar. Había salido a no pasar apuros y no los estaba pasando. Estaba cumpliendo de sobra con el cometido del 2022, pero había quien pedía más. Sobre todo, quien pedía emociones fuertes, sentir algo, ya fuera peligro, alegría, sorpresa o decepción, algo. Y en Hondarribia comenzó a cambiar la historia porque ‘La Marinera’ ganó la tanda y fue tercera. Ayer dio un paso más. Ayer ganó. Está teniendo sin duda la capacidad de aprovechar bien sus oportunidades.

Fue una buena tarde para el remo cántabro porque no sólo Castro ganó la bandera, sin que Pedreña también cumplió con su cometido. Su guerra es con Arkote y con nadie más. Le da igual todo lo que suceda a su alrededor. Incluso firmaría quedar undécimo si la ‘Plentziarra’ queda duodécima. Ayer no cayeron tan bajo. Como al resto de embarcaciones de la tanda de honor, les tocó dar la talla en las peores condiciones, contra un intenso viento que hizo salivar a quienes esperaban acontecimientos a bordo de ‘La Marinera’. Ésta no sólo había ganado con tremenda autoridad su tanda, sino que había visto cómo empeoraban las condiciones. Ya en el primer largo, su tiempo fue diez segundos mejor que el de los protagonistas del acto principal, pero faltaba por ver qué iba a suceder en el viaje de vuelta. No se pueden sacar nunca conclusiones antes del paso por el ecuador, antes de que cada uno haya ido y haya vuelto. Y lo que sucedió cuando los grandes cumplieron con la segunda maniobra hizo que todos en Castro se frotaran las manos.

La renta incluso se había incrementado. Era de esperar porque las embarcaciones del segundo acto incluso habían sido especialmente rápidas volviendo. Ellas ya habían sufrido más viento que las traineras del acto inicial pero la única consecuencia fue que apenas sacaron tiempo yendo hacia fuera. Con la proa apuntando a la playa, la historia ya resultó bien diferente.

Castro salió a competir con una alineación prácticamente idéntica a la que tanta ilusión generó en Hondarribia. La única novedad fue que entró Arrantz Villar en babor, lo que siempre supone una garantía de rendimiento. Y el bote fue rápido desde la champa inicial. A bordo eran bien conscientes de que podía ser su día porque conocían las previsiones meteorológicas. Sabían que la tarde se iba a complicar y que iba a haber que recoger con prisa los bártulos de la playa. De hecho, apenas un par de minutos después de que Markel Lujua, ese joven de quince años que gobierna ‘La Marinera’, ondeara la bandera, comenzó a llover. Bendita lluvia. Qué ganas de fiesta en Castro, que, para colmo, mañana mismo podrá disfrutar de su trainera en la regata de casa. Los castreños van a llegar como motos.

A la ‘Pedreñera’, la ganadora de las dos últimas regatas y de tres de las cinco últimas, le pareció bien que la bandera se fuera para otro puerto. Una vez que han saboreado las mieles del triunfo, lo que quieren ahora es un pasaporte para el playoff, que estaba a cinco puntos hace una semana pero que ahora está a nada. Ayer se marchó de Plentzia con los mismos puntos que Arkote. Si éste sigue segundo es porque ha terminado por delante en más regatas, pero esta situación no durará. Se anuncian truenos en las tres jornadas que quedan por delante.

Para Pedreña era fundamental mantenerse por delante de su gran rival para seguir marcando territorio, para no dar alimento moral al bote que ayer remaba en casa. Y lo cierto es que la tarde se llegó a complicar a partir del segundo largo, donde los trasmeranos no encontraron el camino bueno. Lo hicieron cinco segundos más lento, desventaja que se mantuvo durante el tercer parcial. La trainera vizcaína se iba y, para colmo, estaba muy presente el peligro de que traineras de la segunda tanda como Zumaia y Zarautz se colaran en medio. Había que reaccionar, la temporada estaba en juego y los patroneados por Kewin Ruiz no querían desprenderse del botín que habían ido recogiendo en las últimas semanas. De ahí que, tras el último cambio de dirección, escribieran una historia bien diferente a la que se había dado en el primer viaje de vuelta.

Reaccionó Pedreña. Lo hizo como lo hacen los equipos ambiciosos y, sobre todo, los que creen en lo que hacen y están seguros de sí mismos. A bordo de la ‘Pedreñera’ tienen ambición para repartir pero se la quedan toda dentro. Cuando por fin asomaron por puntas, dio la impresión de que lo hacían por delante de Arkote, que, poco a poco, vieron cómo la proa de la embarcación cántabra se asomó primero por su popa y, tras avanzar bancada a bancada, se puso a la altura de su proa para seguir su propio camino y llegar con una trainera de ventaja. El golpe moral fue tremendo. La regata de mañana en Castro forzará el desempate y, viendo cómo están las cosas, parece el lugar y el momento ideal para dar el golpe de gracia.

Quien lo recibió ayer fue Camargo. De nuevo volvió a ser sólo mejor que Orio B en su serie pero fue noveno porque fue mejor que la peor trainera de la segunda tanda e incluso que de la de honor. El problema fue que Deusto fue segundo, por lo que consiguió un puñado de puntos definitivo. Nadie va a salvar a la ‘Virgen del Carmen’ del playoff, algo que no puede decir Orio B después de lo sucedido ayer, ya que Busturialdea también dio un salto importante. La trainera de Elantxobe estaría salvada desde hace tiempo si toda la liga se disputara en la mar pero no es el caso. Hay regatas para todos y ayer se puso a tres puntos de librar el descenso directo.