25.04.2024 |
El tiempo

El boxeo cántabro está de luto

José Luis Torcida fallece a los 78 años después de una dilatada trayectoria profesional, primero como púgil y después como preparador y organizador | Debutó un 31 de mayo de 1959 y los guantes le han acompañado hasta sus últimos días

El fallecido expugil y preparadorJosé Luis Torcida. / alerta
El fallecido expugil y preparadorJosé Luis Torcida. / alerta
El boxeo cántabro está de luto

El noble arte del pugilismo está de luto. 22 de abril de 2021. Luce el sol como si su querida Santander quisiera despedirse más bonita que nunca. Aunque cuando escribo esto comienza a llover. El cielo llora la pérdida de José Luis Torcida Rodríguez. Cerquita de ‘su’ Sardinero pasó sus últimos meses. Nunca perdió el buen humor que le caracterizaba, ni tampoco su genio, porque también lo tenía, pero con la bondad daba sus mejores ‘golpes’. Sonó la campana. Decidiste que había llegado el momento de irte. Dejas un gran vacío en Mila, en Chano, en Vanesa… y en tantos que te hemos querido desde lo más profundo de nuestro corazón, pero siempre te recordaremos como un ‘grande’ arriba y abajo del ring. En ese lugar privilegiado en el que todos los que lo hacen bien en la vida tienen reservado ‘allá arriba’ te vas a encontrar con grandes amigos -uno muy especial, tu querido Pepe- con los que debatirás, con la misma pasión que siempre, de boxeo, de ciclismo, de fútbol y… de todo lo que haga falta. ¡Ah! y no se te olvide contarles lo del sacacorchos… «No existen las despedidas. Allí donde esté te llevaré en el corazón» (Mahatma Gandhi).

José Luis Torcida Rodríguez nació en Santander un 21 de diciembre de 1942. Desde que debutó en el boxeo un 31 de mayo de 1959, es decir, más de 60 años, no ha dejado de estar directamente involucrado con el pugilismo, como boxeador amateur, profesional, entrenador y organizador. No ha habido velada en la que no se haya dejado ver, porque ha sentido verdadera pasión por el deporte de los guantes, el ring y las campanas -hoy replican en su honor-. Y eso que estuvo a punto de ser ciclista en vez de boxeador.

Fue en 1952, con solo diez años, cuando participó en la primera Quincena Comercial en Santander con una bicicleta alquilada. Quedó tercero y aún conservaba la medalla de bronce que le entregaron. Aquel día ganó Santiago Revuelta, otro personaje cántabro lleno de historia deportiva, especialmente del ciclismo. Pero Torcida se inclinó por el boxeo y en esos 62 años ha realizado una carrera pugilística para llenar una enciclopedia de varios volúmenes. Su padre tenía una peluquería y él le ayudaba de vez en cuando. Uno de sus clientes era Rodrigo Campos, que cada vez que pasaba por la calle del Martillo animaba a aquel niño a que se apuntara al gimnasio que regentaba. Debió verle maneras. Un buen día envió hasta allí a Eliseo Aja, uno de los preparadores de la época. ¿Quién es el chaval que quería practicar boxeo?, preguntó de primeras. Y entonces Torcida se animó y dijo: «Pues yo. Yo quiero ser boxeador». Fue ahí cuando comenzó todo.

Arrancó entonces una intensa carrera que sumó 103 combates amateur, de los que ganó 83, perdió 17 e hizo tres nulos. Fue subcampeón de España tras ganar cuatro peleas y perder frente a Enrique Lewi, mientras que llegó a pelear en Escocia contra Dick Mac Taggart, que venía de ser campeón olímpico en Melbourne-56 y de Europa en l958 con más de 500 combates a sus espaldas. Entonces Torcida solo sumaba 19, pero se subió al ring con la decisión que siempre le caracterizó.

Dentro de ese campo aficionado destaca con luz propia su medalla de plata en los Mundiales de Münich tras superar a los representantes de Francia, Alemania e Italia y perder únicamente en la gran final ante el de Estados Unidos. Su incipiente trayectoria no pasó desapercibida para nadie. Defendió los colores de la selección española en 36 ocasiones.

Como boxeador amateur se caracterizó por tener un elegante estilo propio, por su buena técnica y por administrar bien sus golpes huyendo siempre del mano a mano. Era todo un estratega; analizaba bien y sin prisa a sus rivales y por dónde podía meterles mano. Fue creciendo hasta que el 19 de enero de 1963, con solo 20 años pero más de cien experiencias ya sobre el ring, debutó como profesional. Fue en Madrid ante Toni Alonso. Sin medias tintas ni pasos intermedios pactó su primer combate a ocho asaltos ganando a los puntos y poniendo su nombre en la capital de España.

Fue después de 26 combates cuando, el 18 de septiembre de 1966, disputó su primer título. La gran cita fue en la Plaza de Toros de Santander. Lleno ‘hasta la bandera’ para ver el envite entre Torcida y el asturiano José González Riveiro. La ciudad se volcó con el acontecimiento y el boxeador local respondió ganando a los puntos el combate pactado a doce asaltos.

Su récord en el campo profesional sería de 89 combates, 79 victorias, siete derrotas y tres nulos. Dichas derrotas fueron siempre ante nombres reputados -algunos lucían coronas mundiales o europeas- José Legrá, Velázquez, Ken Buchannan o Bruno Arcari, que fue el único capaz de tumbar a Torcida.

Fue tras aquella derrota en Bolonia -en cuyo viaje compartió aventuras con el padre de David Bisbal, por entonces también boxeador- cuando José Luis Torcida decidió colgar los guantes, pero ganamos un extraordinario preparador, con título nacional. El ‘profe’, como siempre le han llamado sus pupilos. Acumuló una carrera rica en logros. Sus discípulos han acumulado más de 40 medallas de oro, 54 de plata y 140 de bronce en Campeonatos de España. Además, púgiles suyos como Esteban Eguía, Javi Martínez o José Ignacio Barruetabeña se retiraron sin haber perdido sus títulos profesionales. Ha sido una figura clave para mantener la actividad pugilística en Cantabria en etapas complicadas no solo ‘fabricando’ boxeadores, sino también organizando veladas.

Como queda aquí relatado ‘a vuela pluma’ muchos éxitos contemplan el palmarés deportivo de José Luis Torcida, que si por algo se ha distinguido ha sido por su carácter competitivo, tanto sobre la lona como en la esquina y no digamos nada durante la preparación -y sino pregunten a sus alumnos-, pero toda esa personalidad arrolladora estaba envuelta de un corazón inmenso, que hacía que todos fuesen como sus hijos, yendo las enseñanzas más allá del pugilismo. 50 años contemplan a la Asociación creada por él. Primero en la calle Nicolás Salmerón, en un local cedido por la familia Viota, y después en el pabellón de La Albericia, gracias al Ayuntamiento de Santander, han sido donde tantas y tantas horas ha dedicado a su pasión, una pasión que ha transmitido a su hijo, José Ignacio, que es el que ahora lleva el ‘peso’ de la preparación de los jóvenes que siguen interesándose por el boxeo.

El deporte de Cantabria ha perdido a un ‘grande’ con letras mayúsculas, pero para siempre nos quedará su legado.

El funeral en recuerdo de José Luis Torcida Rodríguez será hoy, viernes, a las cuatro de la tarde, en la Iglesia de los Padres Pasionistas (calle Nicolás Salmerón) en Santander.

El boxeo cántabro está de luto
Comentarios