25.04.2024 |
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El batel de Planchada va a por todas en la gran final

Ayer fue el bote femenino más rápido y Deusto, uno de sus máximos rivales, no pasó el corte | Habrá otros tres finalistas cántabros

Edurne Portilla y Anjana Núñez, con las hermanas Redondo atrás, llevando el batel a hombros tras su gran regata.
Edurne Portilla y Anjana Núñez, con las hermanas Redondo atrás, llevando el batel a hombros tras su gran regata.
El batel de Planchada va a por todas en la gran final

No sólo aspira Planchada a repetir hoy la medalla de plata que ganó el pasado año en Galicia, sino incluso a ir un paso más allá. Y eso supone volverse con el oro. No se puede subir más alto, no se puede aspirar a más. Suena ambicioso pero no se trata de ninguna utopía, sino de una probabilidad real teniendo en cuenta cómo fueron las cosas ayer, cuando el batel astillerense fue el más rápido de los diez tripulados por mujeres. Hay licencia para soñar y para romper una sequía demasiado larga sin victoria alguna en categoría senior.

El batel entrenado por José Luis Cruces fue uno de los cuatro cántabros que ayer se clasificaron para luchar por las medallas de los veintidós que se presentaron en aguas guipuzcoanas, a donde volvió el Campeonato de España más de treinta años después desde la última vez que lo había hecho. En categoría juvenil masculino, a pesar de llevar sólo dos representantes, uno de ellos, el de Castreña, también marcó el mejor tiempo de la mañana y, por lo tanto, entra en todas las quinielas para estar peleando por lo máximo. El cadete masculino de AN Castro y el infantil masculino de Planchada también pasaron a las finales. Por lo tanto, hoy Cantabria aspirará a los metales con dos embarcaciones astillerenses y otras tantas castreñas.

Camargo y Astillero fueron los bateles senior masculino que acudieron a aguas pasaitarras pero, como era de prever, ninguno de los dos tuvieron opciones de pasar el corte. Los demás estuvieron muy lejos. A Astillero le tocó salir al agua con Zierbena, Ares, Bueu y Castropol y, para colmo, le tocó remar por una de las calles exteriores (la cinco), que dieron la impresión de sufrir más las corrientes que las centrales. Aún así, los azules estuvieron fuera de juego desde el primer largo y se dedicaron a competir contra sí mismos.

A Camargo le tocó en la segunda tanda y, por lo tanto, sabiendo ya qué tiempo había marcado el tercer clasificado del primer acto, que había sido Bueu con 8,58. Había que bajar nueve minutos y para eso había que remar muy rápido. Los de verde, a los que les tocó la calle tres, avanzaron buena parte de la prueba en tierra de nadie, lejos de los tres que se estaban jugando pasar a la gran final y también muy por delante de Flix, el representante catalán que apareció en Pasajes. Los dos cántabros estarán hoy, por lo tanto, en la final de consolación mientras que todo apunta que los dos vascos y Ares pelearán por el triunfo.

La expedición cántabra era bien consciente que su mejor baza entre las edades absolutas eran las mujeres de Astillero. Presentaron la misma tripulación que se hizo con la plata doce meses atrás, lo que quiere decir que salieron al agua las hermanas Sonia y Soraya Redondo, Edurne Portilla y Anjana Núñez con Miguel Gómez como patrón. De pronto, da la sensación de que se las ha abierto una buena oportunidad para dar un golpe de autoridad porque con quien pugnaron el pasado año por el oro, el batel campeón de España (hasta que hoy ceda el testigo a otro) y de Euskadi, que es Deusto, no pasó el corte. Las bilbaínas no se sintieron a gusto en Pasajes, se las percibió incómodas y lejos de su mejor remada. Y se quedaron fuera al no ser ni tan siquiera capaces de terminar entre las tres mejores.

Las vizcaínas fueron doce segundos más lentas que las astillerenses. No las sobró nada a las de Garru porque  mantuvieron una apretada pugna con Ares, que aspira a hacer doblete, hasta el último momento. Por eso no hubo espacio para administrar esfuerzos con vistas a la jornada decisiva de esta mañana. El batel castreño de La Marinera, que era el otro representante cántabro, dejó a dos embarcaciones muy atrás y, por lo tanto, llegó en tercera posición y con la esperanza de entrar por tiempos, pero cuando cruzó la meta sabía que el suyo no era suficiente. Le sobraron doce segundos.

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