Las regatas de mar suelen ser las mejores y más espectaculares, pero van a ser las menos en la presente edición de la ARC 1. Menos de la mitad de las pruebas puntuables sacarán a las traineras a competir contra las olas, lo que puede ser una mala señal para las tripulaciones más técnicas y una buena para las más fuertes y potentes. Unos lo agradecerán y otros se verán perjudicados, pero son las cartas con las que hay que jugar.

El inicio de campeonato no puede ser más interior, ya que de las seis primeras regatas, sólo una vez habrán tenido la posibilidad las embarcaciones de navegar sobre la mar. Ya lo han hecho. Fue en Getaria en la segunda jornada. Fue como una estación extraña en medio de un primer tercio de campeonato con claro predominio de la ría donde a los cántabros no les termina de ir bien del todo. De hecho, están pasando una semana en la que no encuentran la manera de cambiar su gesto de preocupación.

La competición se abrió con la contrarreloj de San Pedro, que tenía la baliza exterior en la mar, pero apenas unos metros más allá de puntas. Fue lo suficiente para intuir el cambio de superficie y el movimiento y el vaivén de las olas, pero las traineras apenas pasaban un par de minutos sobre ellas. En seguida se volvían refugiar en el interior. Esa primera regata terminaba apenas un puñado de metros antes de donde se situaron las balizas ‘exteriores’ de la regata del pasado domingo, también en Pasajes pero organizada por San Juan.

En esa tercera jornada, las traineras aún compitieron en aguas más resguardadas. Además, lo hicieron con poca agua, con la marea tocando fondo justo al terminar la segunda de las cuatro tandas y, por tanto, encontrándose con unas condiciones aún más complicadas de las que anunciaba la regata en sí. Eso hizo que disfrutaran los que más vatios llevaban a bordo, las tripulaciones más potentes y poderosas. También las que más suerte tuvieron, ya que el sorteo de calles tuvo mucho que ver.

Es algo que suele suceder en las rías, ya que las desigualdades del campo de regatas suelen ser mayores por culpa de las corrientes que genera la cercanía de la desembocadura. Y es algo que volverá a repetirse este próximo fin de semana, cuando de nuevo toca competir en aguas interiores. Esta vez, será en San Juan de Luz y en Portugalete, en el clásico y tradicional escenario bajo el Puente Colgante bajo la organización de Kaiku, que fue quien se llevó el gato al agua el pasado domingo.

La localidad gala que toca visitar pasado mañana es costera, pero la regata se disputa en el interior de los grandes diques que protegen su puerto de las embestidas marinas. Desde que cambió su campo de regatas, éste ha pasado a constar, como el del pasado domingo, de seis largos y cinco ciabogas, que es otro factor que premia a quien más músculo lleva a bordo. Además, en anteriores experiencias vividas allí ya han quedado patentes las desigualdades de calles que se producen en función de la marea y de la cercanía o la lejanía de la desembocadura del Urdazuri.

En 2019. La última vez que la categoría de plata se desplazó hacia territorio lapurtano fue en el 2019. Y, por ejemplo, a Pedreña no le sonrió la fortuna. Le tocó competir por la calle uno que condenaba a quien viajaba por allí. Quienes lo hicieron fueron los más lentos de cada tanda y lo peor es que alejó a los trasmeranos de los puestos de honor de manera definitiva. Se presentó en San Juan de Luz tras firmar un tercer puesto en la Bandera Adegi, que es la misma que se celebró el pasado domingo. Aquel día, sólo estuvo a seis segundos de Zarautz, el gran dominador del verano, pero en aguas galas fue sexto a más de medio minuto de la ‘Enbata’. Algo no cuadraba. De allí se fue quinto en la general, fuera de una tanda de honor que ya no recuperaría.

Esta vez, los pedreñeros se van a presentar tras un mal resultado en aguas sanjuandarras. Está obligado a escribir el relato contrario y a firmar una buena actuación en San Juan de Luz para recuperar los puestos de privilegio. Por vez primera, competirá en una tanda con sólo tres embarcaciones y confía en tener a su favor la calle buena o, al menos, simplemente pedirá que no le toque la que condena a quedarse fuera de juego.

Quien tiene una experiencia bien diferente de lo que es remar en la localidad gala es Camargo, el otro cántabro que por aquel entonces estaba en la ARC 1. A la ‘Virgen del Carmen’ le correspondió una calle tres en la que se sintió muy a gusto y terminó quinta marcando un tiempo diez segundos mejor que el de Pedreña. Hizo evidente la gran diferencia que se había producido cuando venía de ser 26 segundos más lenta el fin de semana anterior.

Las regatas cercanas a una desembocadura pueden ser una trampa y lo malo es que este fin de semana habrá doble ración, ya que el domingo toca ir a Portugalete, un escenario tradicional donde todas las traineras tienen ya un buen cúmulo de experiencias. Como han sido tantas, todos las tienen tanto positivas como negativas, en función de cómo le fueran las cosas. De hecho, la última bandera que ganó Astillero en la ACT fue bajo el Puente Colgante. La parte positiva que tienen este tipo de citas es que dan opciones a quienes, en igualdad de condiciones, difícilmente las tendría.

Lo malo es que los cántabros se jugarán mucho. Castro, Astillero y Camargo por salir del agujero y Pedreña por recuperar los puestos que perdió el pasado domingo. Y es momento de jugar en este tipo de escenarios porque la mar no volverá hasta el día 17 y no tendrá una cierta continuidad hasta agosto. Y es que, tras salir a competir en San Juan de Luz y Portugalete este próximo fin de semana, tocará hacerlo en Camargo el sábado día diez. Será el fin de semana siguiente cuando por fin se toque agua salada de verdad remando tanto en Zumaia como en Orio. Julio se cerrará en Pedreña, agosto comenzará en Astillero y, a partir de ahí, la mar adquirirá pleno protagonismo pasando por Getaria, Castro dos veces y Plentzia.

Asamblea de Astillero el próximo martes

La Sociedad Deportiva de Remo Astillero ha convocado a sus socios a una asamblea que ha quedado fijada para el próximo martes a las siete y media de la tarde en primera convocatoria y media hora más tarde en segunda. El lugar elegido es la sala Bretón y como principal punto de interés estará la posibilidad de abrir un proceso por el que se pidan responsabilidades sociales a la expresidenta del club, Elisabet Carral. Se trata de una cita que se iba a haber celebrado semanas atrás pero que se tuvo que suspender porque el departamento de Salud del Gobierno de Cantabria no permitió su celebración por motivos de seguridad. En esta ocasión, confían en que sí pueda desarrollarse.

En la convocatoria, se precisa que el club no dispone actualmente el libro de actas porque no lo depositó la directiva anterior, por lo que el punto primero de la convocatoria, que, como es costumbre, es el de «lectura y aprobación, si procede, del acta de la asamblea anterior», está condicionado. El segundo punto será informar «de la situación del club a 31 de diciembre del 2020» y el tercero reza así: «Deliberación, debate, valoración y toma de acuerdo en su caso sobre la derivación de responsabilidades sociales, si ello fuera procedente, para las personas responsables de la gestión del club, desde el 21 de octubre del 2017 (última asamblea) al cuatro de octubre del 2019», que es cuando entraron los nuevos dirigentes como junta gestora. El cuarto punto sería la «autorización para la contratación de los profesionales que fuesen precisos», el quinto la aprobación del presupuesto de la actual temporada y, por último, los habituales ruegos y preguntas. Como se ve, puede ser una asamblea donde se decidan cosas importantes y a la que podrán acudir y en la que podrán votar los socios del club.