18.04.2024 |
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La ACT y la ARC asumen que la temporada corre peligro

«No descartamos ningún escenario», confiesa borja rodrigo, presidente de la máxima categoría, que aguarda acontecimientos

La ACT y la ARC asumen que la temporada corre peligro

En condiciones normales, el verano se vería todavía muy lejos. La primavera está contando sus primeros días de existencia y, a día de hoy, la preocupación de los clubes sería la de avanzar en la preparación de las plantillas de traineras y en ir afinando la puesta a punto con el batel porque se vendrían encima los campeonatos. Las ligas se verían como un pequeño punto en el horizonte que todo el mundo quiere alcanzar pero de las que costaría hablar ahora mismo. Los organizadores de las mismas sí estarían obligados a hacerlo pero buena parte del trabajo estaría ya hecho, ya que los calendarios están encarrilados, todos han enviado ya sus listas de pretemporada y están atados los contratos de patrocinio y las regatas privadas. Se van a cumplir dos décadas de esta forma de organizar las competiciones estivales y todo ha adquirido ya un cierto automatismo. Sin embargo, todo ha cambiado este año. Es el momento de las dudas y no de las certezas porque, aunque quedan más de tres meses para que se baje la bandera por vez primera, todos tienen miedo de que el verano, esta vez, se eche encima demasiado deprisa.

Todo está cogido con pinzas; todo escrito entre interrogantes. Tanto la ACT como la ARC han de organizar sus competiciones y seguir dando los habituales pasos a estas alturas del año pero siempre con la incógnita de saber cómo evolucionará la pandemia que, a día de hoy, tiene detenida toda la práctica deportiva. Ni se puede entrenar, ni se puede competir. Y nadie sabe cuándo se volverá a la normalidad. Cualquier vaticinio corre el peligro de sonar precipitado. Por eso ambas asociaciones son conscientes de que todo el trabajo de preparación que ha conllevado el curso que se abrirá el próximo mes de junio puede caer en saco roto.

«No descartamos ningún escenario», asegura Borja Rodrigo, el presidente de la ACT. Es normal. Han de trabajar en dibujar diferentes panoramas entre los que puede estar la suspensión de toda la temporada. No pueden negar esta realidad. Tampoco lo hacen en la ARC, que está celebrando esta semana dos asambleas cuyo plazo para lanzar propuestas o resolver dudas acaba hoy mientras que, entre mañana y el sábado, llegará el momento de la votación. Los dirigentes de la asociación, al proponer un calendario, ya han advertido a sus socios de que el mismo y, de este modo, la propia celebración de las ligas, «está condicionado al desarrollo de la pandemia y las recomendaciones de las autoridades sanitarias». «Confiemos en que podamos llevarlo a cabo, pero, de no ser así, cualquier otro escenario sería planteado a la asamblea de la ARC para su pronunciamiento», añade el equipo rector presidido por Eugenio Sánchez.

Si la asamblea de las categorías de plata y bronce de traineras se está celebrando a lo largo de toda esta semana, la de la ACT, la competición que debería acoger, una vez más, a las doce mejores embarcaciones del Cantábrico, entre las que, por segunda vez en su historia, no habrá ningún cántabro, está fechada para el cuatro de abril. Como advierte Rodrigo en una reciente entrevista a ‘Mundo Deportivo’, se trata de un cónclave «indemorable» y que, lógicamente, teniendo en cuenta la actual situación, deberán realizar de manera telemática, para lo que ya pueden recabar experiencia de la ARC.

Dentro de esa asamblea, se aprobará el calendario de competición que ya tiene un borrador y se hará lo propio con un presupuesto. En definitiva, harán más o menos lo mismo que están haciendo ahora en la ARC. Lo que sí harán es convocar una nueva reunión de socios a mediados del mes de mayo para, en función de cómo estén las cosas en ese momento, «comprobar cuál es la situación y tomar una decisión más clara sobre la temporada». Y es que, entiende que dibujar ahora posibles escenarios puede resultar precipitado y por eso tiene claro que, la disputa o no de la competición o que ésta se desarrolle de manera condicionada, «estará supeditado a la evolución de los acontecimientos». Obvio. Ni se puede dar por segura la disputa de la temporada y tampoco todo lo contrario. Al remero, a los entrenadores y a los organizadores del circo les toca seguir dando pasos hacia delante sin la certeza de que todo su trabajo vaya a tener recompensa. Y no es fácil.

La intención declarada del presidente de la ACT es «intentar salvar la temporada». Van a hacer lo posible por que se dispute y que no haya que abrir un paréntesis a la meteórica evolución de la competición que dirige en una fecha tan redonda como el 2020. Sin embargo, asegura también que, a día de hoy, «no se puede descartar ningún escenario». Y dibuja algunos posibles: «Empezar más tarde, que sea una temporada más corta de lo normal o incluso que no se pueda hacer». «Por desgracia, está ocurriendo en otras competiciones», añade. Tanto es así, que a día de hoy se puede decir que sólo el fútbol mantiene esperanzas de volver porque, además, es el único deporte que tiene el potencial económico suficiente como para dejar la maquinaria al ralentí durante todo este tiempo. El resto, aunque sin oficializar aún, es previsible que vayan cayendo uno detrás de otro.

Razones para el optimismo. En este caso, el remo es diferente porque empieza cuando terminan los demás. Sabe bien que el deporte de las traineras tiene sus ventajas en este sentido y la primera de ellas es que, aunque hay miedo a que se eche encima demasiado pronto y todos tengamos que echar por la borda un verano, el inicio de la competición no es, a día de hoy, «tan inmediato». En ese sentido, cuentan con «un margen» y una esperanza de que, cuando toque bajar la bandera y echar a andar las regatas, la situación sea diferente y se haya recuperado una dosis de normalidad que, por lo menos, permita celebrar buena parte de las pruebas previstas en el calendario que se someterá a votación durante los primeros días del próximo mes de abril.

Hay deportes, como recuerda Borja Rodrigo, a los que toda esta situación «les ha coincidido de lleno con su temporada disputándose». No es el caso de las traineras. A éstas le han dado algo más de tres meses que habrá que ver si es un tiempo suficiente o no. Con todo, también recordó el presidente de la ACT que la liga que organiza la asociación que preside «es una competición de carácter local», por lo que no tiene nada que ver con los Juegos Olímpicos o la Eurocopa, que son otras citas estivales que ya han sido suspendidas. En éstas, «se juntan equipos y aficiones de diferentes países y por ello hay que ampliar las restricciones». En el mundo del remo no sucede eso. Su alcance geográfico es muy limitado. Por eso Borja Rodrigo confía en que, «si se soluciona la situación en nuestro entorno, valdría para poder hacer la temporada».

Todo está escrito entre interrogantes. Lo que está tocando hacer estas semanas es avanzar con una venda en los ojos porque ni los equipos pueden seguir su plan de trabajo ni los dirigentes de los clubes o de las ligas pueden actuar con la certeza de que algún día de este año se va a abrir el telón. De hecho, recuerdo Borja Rodrigo que dar forma a la liga ACT «no es echar los botes al agua y que se pongan a remar». Así, subraya que «requiere de unos permisos que hay que negociar, de una organización logística y presupuestaria que lleva un tiempo y, lógicamente, en todos estos temas no se está pudiendo avanzar porque estos temas ahora mismo no son prioritarios». «No es el momento de ir ahora a ninguna institución a hablar de regatas», asume.

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