Las autoridades ucranianas han reportado un incremento en el balance de víctimas mortales, elevándose a cinco, luego del ataque masivo con drones y misiles lanzado por Rusia en varias provincias de Ucrania. Los informes indican cortes en el suministro eléctrico en diversas áreas del país.

El ministro del Interior ucraniano, Igor Klimenko, comunicó que dos personas perdieron la vida en la provincia de Jmelnitski, en el oeste de Ucrania, mientras Rusia ha atacado infraestructuras y edificios residenciales en al menos nueve provincias, dejando además ocho heridos en Jmelnitski y afectaciones en provincias como Zaporiyia, Odesa, Dnipró, Poltava, Mikolaiv, Vinitsia, Leópolis e Ivano-Frankivsk.

Según el gobernador de Zaporiyia, Ivan Fedorov, al menos tres personas murieron y ocho resultaron heridas en la provincia debido al impacto de proyectiles dirigidos a infraestructuras críticas pero que alcanzaron objetivos civiles. Los ataques han causado la destrucción y daño de instalaciones de infraestructuras, así como el bloqueo del tráfico en una presa en Zaporiyia.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha denunciado el empleo de más de 60 drones kamikaze de fabricación iraní y cerca de 90 misiles por parte del Ejército de Rusia, calificando los actos como "terrorismo" y solicitando un aumento en la ayuda militar a Ucrania para enfrentar la invasión rusa.

En respuesta, socios como Moldavia y Lituania han instado a otros aliados de Ucrania a satisfacer sus demandas armamentísticas para contrarrestar los ataques rusos, destacando la necesidad urgente de defensa aérea y apoyo para proteger a la población y la infraestructura de Ucrania.