En medio de la intensificación de las hostilidades en Ucrania, las fuerzas ucranianas enfrentan notables desafíos en tierra debido a la escasez de municiones de artillería. Sin embargo, en una situación de marcado contraste, las operaciones en el mar y en el aire revelan un panorama diferente, con la Flota Rusa encontrándose en una posición comprometida en el Mar Negro.

En el teatro de operaciones aéreas, febrero ha resultado ser un mes crítico para la fuerza aérea rusa, especialmente en la segunda quincena. Durante el período comprendido entre el 17 y el 29 de febrero, Ucrania logró derribar un total de 12 aviones rusos, destacando la efectividad de sus operaciones. Entre las aeronaves derribadas se encuentran 8 bombarderos SU-34, 3 cazas SU-35 y 1 avión de alerta temprana A-50.

El desglose diario de estos eventos evidencia una notable sucesión de éxitos para Ucrania. El 17 de febrero, las fuerzas ucranianas lograron derribar dos SU-34 y un SU-35. El 18 de febrero, un SU-35 fue derribado, seguido por un SU-34 y un SU-35 el 19 de febrero. Destacando un acontecimiento significativo, el 21 de febrero presenció la destrucción de otro SU-34. Sin embargo, el punto álgido fue el 23 de febrero, cuando un avión de alerta temprana A-50 fue derribado, marcando una acción resonante en meses.

Los últimos días de febrero continuaron con la racha exitosa de Ucrania, con la caída de un SU-34 el 27 de febrero y tres más el 29 de febrero. Estas cifras, logradas en medio de las extremas dificultades que enfrenta Kiev, destacan las crecientes complicaciones de Rusia en los cielos ucranianos, situación que podría intensificarse con la inminente entrada en combate de los F-16.

El SU-34, un cazabombardero de última generación en servicio desde 2006, sigue siendo la joya de la corona de la fuerza aérea rusa, diseñado a partir del caza SU-27. Por otro lado, el SU-35, un caza polivalente en servicio desde 2014, diseñado para competir con los F-35 y F-22 estadounidenses. Asimismo, el A-50, un avión de alerta temprana equipado con radar, utilizado como avión de mando, fue derribado por Ucrania con un misil S-200.

En el transcurso de la guerra, según datos del Ministerio de Defensa ucraniano, se ha informado que las fuerzas de Kiev han derribado un total de 345 aviones de combate rusos. Este logro cobra relevancia considerando la pequeña magnitud de la fuerza aérea ucraniana, señalando la efectividad y la resistencia de las operaciones aéreas ucranianas en medio del conflicto.