En unos pocos años,  el grupo armado ISIS en Afganistán ha aprovechado la inestabilidad del país para convertirse en uno de los grupos terroristas más temidos de la región.

ISIS-K se ha atribuido la responsabilidad del ataque mortal con bombas fuera del aeropuerto de Kabul el jueves, que tuvo como objetivo una frenética operación de evacuación occidental y mató a 13 soldados estadounidenses y más de 90 afganos. El grupo no proporcionó evidencia para respaldar la afirmación, pero los funcionarios estadounidenses han dicho que probablemente estaba detrás de la atrocidad.

Fue la acción más importante a nivel mundial de ISIS-K hasta la fecha y generó una promesa de represalia por parte del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Pero el grupo, conocido en su totalidad como ISIS-Khorasan, ha sido responsable de miles de muertes desde su formación en 2015.

Sus miembros operan en Asia central y el nombre del grupo proviene de su terminología para el área que incluye Afganistán y Pakistán.

En 2018, fue clasificado como el cuarto grupo terrorista más mortífero del mundo, cobrando más de 1,000 vidas, principalmente en Afganistán, según el Instituto para la Economía y la Paz, que monitorea el terrorismo global anualmente.

Desde entonces, el crecimiento del grupo ha sido limitado y sus militantes han luchado contra los talibanes. Pero han capitalizado la incertidumbre en Afganistán en los últimos meses para lanzar ataques brutales, y la inminente retirada de tropas por parte de Estados Unidos amenaza con darles una ventana para recuperar fuerzas.

¿Cómo se formó ISIS-K?

El grupo es una rama de ISIS, el grupo terrorista que surgió por primera vez en Siria e Irak y, en su apogeo, controló una enorme extensión de territorio que se extiende desde el oeste de Siria hasta las afueras de la capital iraquí de Bagdad. El grupo original tuvo su autoproclamado califato terminado por fuerzas respaldadas por Estados Unidos en los últimos años.

Pero la conexión entre ISIS-K y su aparente grupo padre no está del todo clara; los afiliados comparten una ideología y tácticas, pero la profundidad de su relación con respecto a la organización y el mando y control nunca se ha establecido por completo.

Los funcionarios de inteligencia estadounidenses dijeron previamente a CNN que la membresía de ISIS-K incluye "un pequeño número de yihadistas veteranos de Siria y otros combatientes terroristas extranjeros", y dijeron que Estados Unidos había identificado a entre 10 y 15 de sus principales operativos en Afganistán.

Sus primeros miembros incluyeron militantes paquistaníes que surgieron en la provincia de Nangarhar de Afganistán hace aproximadamente una década, muchos de los cuales habían huido de Pakistán y desertaron de otros grupos terroristas, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

Los analistas antiterroristas estiman su fuerza ahora en alrededor de 1.500-2.000, pero ese número puede crecer pronto. Algunos combatientes de ISIS-K capturados estaban recluidos en prisiones cerca de Kabul, que los talibanes invadieron a medida que se aceleraba su ofensiva.

¿Qué quieren los terroristas?

Las figuras clave involucradas en la formación de ISIS-K incluyeron desertores talibanes, como el ex miembro talibán Abdul Rauf Aliza, quien estuvo brevemente detenido en la Bahía de Guantánamo y murió en un ataque con aviones no tripulados de Estados Unidos en 2015 después de unirse a ISIS.

Pero el grupo tiene un odio mutuo hacia los talibanes y atrae a quienes tienen puntos de vista incluso más radicales que los talibanes.

A diferencia del grupo militante que ha tomado el poder en Afganistán, ISIS y sus afiliados tienen poco interés en la gobernanza política.

"ISIS cree que sólo Dios puede gobernar. Y aunque los talibanes están intentando establecer un emirato islámico, eso no es suficiente para ISIS", Colin Clarke, autor de "After the Caliphate: The Islamic State and the Future of the Terrorist Diaspora", ", dijo a la CNN antes de que ocurrieran los ataques al aeropuerto de Kabul.

En cualquier lugar que controlen, dijo Clarke, ISIS-K "va a implementar la ley Sharia extremadamente dura. Y van a gobernar con mano de hierro. Quieren atraer y reclutar a los sociópatas más ardientes del país y la violencia desenfrenada". les ayuda a incorporar a la organización a otros combatientes que tienen una mentalidad similar ".

ISIS-K tiene intenciones que se extienden más allá de las fronteras de Afganistán y Pakistán; tienen la intención de "establecer un califato comenzando en el sur y centro de Asia, gobernado por la ley de la sharia, que se expandirá a medida que los musulmanes de toda la región y el mundo se unan", según CSIS.

Y su odio hacia Occidente, incluido Estados Unidos, también ocupa un lugar destacado en su agenda. ISIS-K "se ha burlado y amenazado a Estados Unidos en sus medios oficiales de comunicación y ha pedido ataques de lobos solitarios en Occidente", dijo la organización.

¿De qué ataques ha sido responsable el grupo?

Según cifras de la ONU, ISIS-K lanzó 77 ataques en los primeros cuatro meses de este año.

El grupo ha llevado a cabo algunos de los ataques más mortíferos contra civiles en Afganistán, con varios atentados suicidas con víctimas en masa en la capital, Kabul.

Se creía que ISIS-K estaba detrás de un horrible atentado con coche bomba en las afueras de una escuela secundaria de niñas en mayo que mató al menos a 85 personas.

El grupo estuvo particularmente activo durante su apogeo alrededor de 2018. En julio de ese año, un atacante suicida de ISIS-K mató a 128 personas en un mitin electoral en Mastung, Pakistán, uno de los ataques más sangrientos en cualquier parte del mundo en 2018.

Según un informe del Departamento de Estado de EE. UU. , El grupo se basó en gran medida en los atentados suicidas, la misma táctica utilizada en los atentados del aeropuerto de Kabul el jueves.

El informe encontró que en 2018, el grupo llevó a cabo 15 ataques en lugares públicos y mató a 393 personas. Incluyeron un atentado que mató a 68 personas en una gran manifestación pública en Nangarhar, Afganistán, en el aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001.

El grupo disminuyó en fuerza después de que Estados Unidos atacara a sus combatientes en toda la región. Pero en 2019, el general Joseph Votel, comandante del Comando Central de Estados Unidos, dijo a los periodistas durante una visita a Afganistán que aún representaban una gran amenaza tanto en la región como en el extranjero .

Y el Instituto para la Economía y la Paz advirtió que a pesar del declive del grupo, se "creía que todavía tenía células durmientes en ciudades como Kabul y Jalalabad", y sus militantes continuaban representando una amenaza para los talibanes.

El grupo ha construido una presencia en el este de Afganistán en los últimos años, especialmente en las provincias de Nangahar y Kunar. En agosto pasado, el grupo atacó la prisión principal de Jalalabad, la capital de Nangahar, en un esfuerzo por liberar a decenas de sus partidarios que habían sido capturados por el ejército y la policía afganos.

Este enero, la agencia de inteligencia de Afganistán dijo que frustró un intento del grupo de asesinar a un diplomático estadounidense clave, Ross Wilson, en Kabul. Y en junio, el grupo se atribuyó la responsabilidad de un ataque a una organización benéfica internacional de desminado, Halo Trust, que dejó 10 muertos y 16 heridos.