En una nueva ola de ataques, el Ejército de Rusia perpetró este martes agresiones contra la capital ucraniana, Kiev, y la ciudad de Járkov, en el este del país, según informaron las autoridades ucranianas. El fiscal general, Andri Kostin, ha confirmado la muerte de al menos cinco personas y más de 115 heridos, incluyendo niños y familias enteras. Los ataques provocaron daños en edificios residenciales, gasoductos e instalaciones energéticas en las regiones de Kiev, Járkov y Jersón.

"La guerra de Rusia contra los civiles es un acto flagrante de terrorismo. Este es un crudo recordatorio para el mundo: solo una acción decisiva puede impedir que los terroristas repitan sus atrocidades", expresó Kostin, subrayando la gravedad de los crímenes de guerra. Las labores de rescate están en marcha, y fiscales e investigadores documentan los hechos.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, lamentó la pérdida de cuatro vidas en los ataques y destacó el "increíble trabajo" de los sistemas de defensa aérea ante los constantes ataques rusos. Desde el 31 de diciembre, se reportaron 170 drones 'Shahed' y decenas de misiles rusos dirigidos a infraestructuras civiles, según Zelenski, quien agradeció a los socios internacionales por fortalecer el escudo aéreo de Ucrania.

En un comunicado, la Presidencia de Ucrania acusó a "salvajes rusos" de lanzar casi un centenar de misiles, de los cuales al menos 70 fueron derribados, con cerca de 60 interceptados en el área de Kiev. Zelenski prometió que Rusia rendirá cuentas por cada vida perdida.

El comandante de las Fuerzas Aéreas de Ucrania, Mikola Oleshchuk, informó sobre el derribo sin precedentes de 87 aviones no tripulados rusos en una sola noche, duplicando la cifra del 31 de diciembre de 2022. Este aumento en la agresión se suma a un ataque del pasado viernes que dejó 29 muertos y unos 30 heridos en ciudades como Leópolis y Odesa.