Un juez británico deberá pronunciarse el lunes sobre si el fundador de Wikileaks, Julian Assange, debe ser extraditado a los Estados Unidos para hacer frente a los cargos de violación de la Ley de Espionaje, en un caso que podría tener profundas implicaciones para la libertad de prensa.

Assange esta acusado de 18 delitos federales, incluyendo conspirar para obtener y revelar cientos de miles de paginas de documentos secretos del gobierno, incluyendo cables diplomáticos clasificados e informes militares sensibles de las guerras en Irak y Afganistan, que fueron liberados a través del sitio web de WikiLeaks y también directamente a los periodistas.

Los fiscales quieren Assange volado por los mariscales de EE.UU. al norte de Virginia para hacer frente a los cargos, que lo exponen a 175 años en una prisión de máxima seguridad.

En una serie de audiencias celebradas el año pasado, los abogados de Assange han argumentado ante la magistrada británica Vanessa Baraitser que la administración Trump tiene como objetivo a este australiano de 49 años por razones "puramente políticas".

El equipo jurídico de Assange y sus testigos sostienen que su enjuiciamiento altera las protecciones de los periodistas y los editores y que se le negaría un juicio justo en un tribunal de los Estados Unidos, en parte porque es extranjero y una figura antiautoritaria abierta.

Para contrarrestar la solicitud de extradición, los abogados británicos de Assange también presentaron testigos para declarar que su cliente sufre el síndrome de Asperger, que su salud mental es "frágil" y que tiene "un alto riesgo de suicidio".

Michael Kopelman, profesor de neuropsiquiatría del King's College de Londres, dijo al tribunal en septiembre que Assange sufre de ansiedad, depresión y alucinaciones auditivas, que ha planeado e imaginado quitarse la vida, y que ante una extradición inminente, "efectivamente encontraría la manera de suicidarse".

Desde que un Assange de barba gris fue expulsado de la embajada ecuatoriana en Londres en abril de 2019 y arrastrado por la policía británica, el cruzado antisecretismo ha languidecido tras los muros grises de la prisión de Belmarsh en las afueras de la capital. Se le ha negado la libertad bajo fianza mientras espera que se resuelva la solicitud de extradición.

Informes de la salud de Julian Assange sugieren que podría "morir en la cárcel", docenas de médicos afirman.