En medio del conflicto en curso en Gaza, la localidad palestina de Rafah, ubicada en el sur y cercana a la frontera con Egipto, se ha convertido en el último refugio para más de un millón de desplazados que huyen de los combates. Su posición estratégica se debe al único paso fronterizo con Egipto, utilizado de manera esporádica para el ingreso de ayuda humanitaria.

No obstante, Israel ha denunciado que Rafah también sirve como el bastión clave de Hamás en la franja, especialmente después de que el grupo perdió sus cuarteles generales en Gaza y Jan Yunis. Según los informes de los generales israelíes, la caída de Rafah podría significar la derrota de Hamás, y se especula que los rehenes israelíes podrían estar ocultos en la localidad.

El viernes, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó la evacuación de refugiados y civiles de Rafah como preparación para un inminente asalto a gran escala. Fuentes indican que hasta cuatro batallones de Hamás se han atrincherado en la zona, y se espera que el ataque israelí sea la confrontación decisiva en esta guerra en Gaza.

Según informa The Jerusalem Post, las operaciones israelíes de asfixia ya han comenzado en Rafah, y se teme una catástrofe si los civiles no son evacuados a tiempo. Esta estrategia recuerda a la empleada previamente en el norte de la franja de Gaza, sometido a intensos bombardeos antes de un asalto definitivo.

A pesar de la resistencia, al menos 25 personas perdieron la vida en una reciente campaña de bombardeos israelíes en Rafah, generando preocupaciones sobre el inicio del asalto a gran escala. El primer ministro Netanyahu afirmó que es crucial eliminar la presencia de Hamás en Rafah para alcanzar los objetivos de la guerra.