En una ceremonia sin precedentes, el domingo 14 de enero de 2024, Dinamarca fue testigo de un cambio trascendental en su monarquía con la abdicación de la longeva soberana Margarita II y la proclamación de su hijo, Federico X, como el nuevo monarca del Reino de Dinamarca. El evento, que tuvo lugar en el emblemático Palacio de Christiansborg en Copenhague, marcó el fin de un reinado de 52 años y el inicio de una nueva era bajo la dirección de un monarca más joven.

La jornada comenzó con la Reina Margarita II siendo escoltada desde el Palacio de Amalienborg hasta Christiansborg en un recorrido de dos kilómetros. Acompañada por la imponente presencia de la Guardia Real danesa, su despedida fue recibida con muestras de afecto y respeto por parte de los ciudadanos que se congregaron a lo largo de la ruta para expresar su aprecio por una soberana que ha desempeñado un papel destacado en la historia reciente del país.

El Consejo de Estado que se llevó a cabo en Christiansborg fue el escenario formal donde la Reina Margarita II firmó su abdicación, un acto de suma relevancia que marcó el fin de su reinado. La ceremonia, caracterizada por su solemnidad y austeridad, contó con la presencia de su hijo mayor, el Príncipe Heredero Christian, de 18 años, quien ahora asume la responsabilidad de ser el próximo monarca en la línea sucesoria.

La proclamación de Federico X como Rey de Dinamarca fue llevada a cabo por la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, desde el balcón de Christiansborg. En un gesto tradicional, la primera ministra exclamó tres veces: "Su Majestad Margarita II ha abdicado. Larga vida a Su Majestad el Rey Federico X", recibiendo como respuesta los aclamados vivas de los presentes que se congregaron para atestiguar este momento histórico.

Tras el acto oficial, los nuevos monarcas, Federico X y su consorte, la ahora Reina Mary de Dinamarca, protagonizaron una pequeña recepción en el mismo palacio. Entre los distinguidos invitados se encontraban la primera ministra Mette Frederiksen, así como los presidentes de los territorios autónomos de Groenlandia y las Islas Feroe.

En medio de la solemnidad que caracterizó la jornada, el nuevo Rey Federico X expresó su agradecimiento al pueblo danés con un gesto simbólico, colocando su mano sobre el corazón. Además, dejó entrever su compromiso con la unidad del reino al proclamar: "Espero ser un rey unificador". El Príncipe Heredero Christian, asumiendo un papel relevante en la nueva etapa monárquica, también estuvo presente en este emotivo momento.

Cabe destacar que el nuevo lema de Federico X para su reinado, "Unidos, comprometidos por el reino de Dinamarca", refleja su aspiración de consolidar la cohesión nacional y mantener una conexión cercana con sus súbditos. Además, durante el saludo en el balcón de Christiansborg, se produjo un gesto inusual pero significativo: un beso en la boca entre los ahora Reyes Federico X y Mary de Dinamarca, que rompió momentáneamente con la contención del protocolo real.

En resumen, este día marcará un hito en la historia danesa, con la transición de una soberana icónica a un nuevo capítulo encabezado por el Rey Federico X y la Reina Mary. La unidad, el compromiso y la tradición se entrelazan en este momento significativo para la monarquía danesa.