04.05.2024 |
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Pasaporte covid. Italia ya lo ha introducido en medio de la resignación y Francia se prepara convertirlo en parte de la vida

Italia ya ha introducido el pasaporte covid que será parte de la vida para trabajar, socializar y viajar
Manifestación contra el Green Pass, en Turín, Italia, el 5 de agosto de 2021. En base a la legislación anterior, a partir del 06 de agosto será necesario el pasaporte vacunal Green Pass para comer en restaurantes de interior, ir a piscinas, gimnasios, spas, cines, museos, conciertos al aire libre y eventos deportivos, y ferias, festivales y congresos de interior. (Cine, Protestas, Italia) EFE/EPA/ALESSANDRO DI MARCO
Manifestación contra el Green Pass, en Turín, Italia, el 5 de agosto de 2021. EFE/EPA/ALESSANDRO DI MARCO
Pasaporte covid. Italia ya lo ha introducido en medio de la resignación y Francia se prepara convertirlo en parte de la vida

Un día después de que el Gobierno francés recibiera el aval para generalizar la implantación del certificado sanitario, el país se prepara para afrontar la obligatoriedad de ese pase, que desde el próximo lunes será exigido, entre otros lugares, para entrar en bares y restaurantes.

Sin embargo, los controles que se hagan durante la primera semana "no servirán para sancionar, sino para hacer pedagogía", suavizó este viernes en una rueda de prensa el portavoz del Ejecutivo, Gabriel Attal.

Este certificado consiste en un test negativo de coronavirus de menos de 48 horas para entrar en establecimientos y de menos de 72 horas para viajar; una pauta de vacunación completa o una prueba de haber pasado el virus en los últimos seis meses.

Su presentación será obligatoria para franceses y extranjeros. "Cuando lo anunciaron, turistas del norte de Europa regresaron a sus países y otros que solían venir prefirieron irse a Italia, Grecia, España o Portugal", señala a Efe la propietaria del Lézard Café.

Algunos negocios del centro de París, como su restaurante, han decidido echar la verja hasta septiembre ante la falta de clientes extranjeros esta temporada, ahora que los parisinos aprovechan sus vacaciones para abandonar la capital.

Muchos de quienes siguen abiertos reciben la nueva medida gubernamental con escepticismo. Para la encargada de Le Café, Aurélie Barbier, el certificado sanitario es una norma "ridícula" en el caso de las terrazas, ya que se trata de espacios al aire libre.

"Va a ser decepcionante. Creo que sí va impactar en el turismo", opina Richard Asero, un guía peruano que lleva once años en París, y que admite que por ahora las reservas se están manteniendo, "pero no sabemos cuánto va a durar".

Asero asegura que este año ha tenido más gente que el año pasado, un 50 % más, con grupos "considerables" de españoles y europeos, "pero no de América Latina, donde las fronteras están cerradas y muchos tienen problemas para volar".

PROTESTAS EN ITALIA. Es obligatorio mostrar el certificado sanitario del coronavirus para comer dentro de un restaurante, ir al cine, a un museo o practicar deporte en lugares cerrados, una medida polémica que entra en vigor un día después de que el Gobierno decidiese extenderla también a los profesores y a los medios de transporte de larga distancia, pero que muchos han aceptado sin problemas.

Con un teléfono móvil en la mano y la nueva aplicación proporcionada por el Gobierno para leer los certificados sanitarios, se ha recibido desde esta mañana a turistas y visitantes en los museos y sitios arqueológicos italianos.

Los mayores de 12 años con al menos una primera dosis de la vacuna del coronavirus, el certificado de que ya ha estado contagiado o un test de antígenos realizado en las últimas 48 horas pueden acceder, si no se posee pues se puede pedir la devolución de la entrada.

El mismo procedimiento lo deben realizar los gestores de restaurantes a las personas que deseen comer en su interior, así como en y cines y otros espacios culturales. La verificación se lleva a cabo a través de una aplicación especialmente creada, "Verificationc19", que lee el código QR y en el caso de infracciones se cobrarán multas de entre 400 y 1.000 euros tanto al operador como al usuario y el cierre del negocio de 1 a 10 días si las infracciones se encuentran tres veces en tres días diferentes.

TURISTAS CON EL CERTIFICADO EN MANO

La gran mayoría de turistas accede sin problemas a los Museos Vaticanos, los más visitados de Italia, aunque hay algún despiste, como el de Theresa, una joven checa cuya prueba negativa de coronavirus ha excedido las 48 horas: "Tenemos el test, pero lo hicimos en la República Checa y ya no es válido, así que tendríamos que ir a la farmacia a hacernos uno nuevo", explica, antes de solicitar la devolución de la entrada.

Para Ernesto, un turista de Valencia, es "muy rápido todo, muy ágil el tema del QR", pues tiene la pauta completa de la vacuna y su certificado descargado en el móvil. También Pierre, un francés que viaja con su familia, vacunado y con la documentación en orden, pero que quería "estar seguro" de que no iba a tener ningún problema y se hizo además un test de antígenos en la farmacia.

Para facilitar las pruebas de antígenos a los no vacunados, el Gobierno acordó que se puedan realizar los test en farmacia a 8 euros para los menores de 12 a 18 años y a 15 euros para los adultos, respecto a los 22 euros actuales.

La trattoria "Da Romolo alla Mole Adriana" en el centro histórico de la capital italiana vuelve a contar con presencia de turistas y el responsable, Luigi, se muestra bastante a favor del uso del certificado digital, que obliga a mostrar a los comensales, aunque opina que el control no debería corresponder a los hosteleros: "Creo que sería más justo que hubieran adoptado una política de autocertificación con controles aleatorios de la policía", expresa.

Aunque la mayoría de las asociaciones de restauradores y del sector del ocio, los más castigados por la pandemia, se han mostrado contrarios a esta obligatoriedad y se espera que comiencen a llegar demandas a la Justicia contra la ley.

Por ello, en algunas cafeterías y restaurantes se avisa a los consumidores que es necesario poseer el certificado, pero nadie controla.

Por el momento, el Gobierno del tecnócrata Mario Draghi, que apoya la mayoría de las fuerzas políticas, ha decidido no aplicar la obligatoriedad a los hoteles para intentar salvar la temporada de verano.

EN SEPTIEMBRE SE EXTENDERA A PROFESORES Y EN LOS TRANSPORTES

Sin embargo, sí que se obligará desde septiembre a tener un certificado sanitario a los profesores de todos los cursos educativos y los estudiantes universitarios y los docentes que no se presenten a las aulas por no tener este requerimiento en tres ocasiones serán suspendidos de sueldo.

El documento será obligatorio también para viajar en avión dentro de Italia y para usar las naves y barcos que conecten regiones de la península, excepto los que unen el estrecho que separa Calabria, la punta de "la bota italiana", con Messina, en la isla de Sicilia (sur).

También se pedirá el certificado en los trenes de larga distancia entre ciudades, en los trenes cama y en los autobuses que crucen más de dos regiones, informó por su parte el ministro de Transportes e Infraestructuras italianos, Enrico Giovannini.

"Si el país ahora puede evitar los cierres, si la gran parte de países europeos, a pesar de los números significativos de contagios, como los de España o Francia, no estamos cerrando, es simplemente porque tenemos la vacuna", alegó el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, al anunciar las medidas.

Con más de 70 millones de dosis suministradas, en Italia 33,6 millones de personas ya han completado la pauta de la vacuna, es decir, el 62,23 % de la población mayor de los 12 años de edad, según cifras actualizadas del Ejecutivo.

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