Se han impuesto cientos de multas y se han presentado decenas de cargos en Sídney después de que los manifestantes contra el bloqueo se manifestaran y se enfrentaran a la policía en lo que un comisario adjunto calificó de "comportamiento violento, sucio y arriesgado".

El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo el domingo que las protestas de la víspera -en las que miles de personas infringieron las medidas de coronación de la región para protestar- eran "egoístas y contraproducentes", y añadió: "No consigue ningún propósito. No acabará antes con el bloqueo".

La primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, se mostró "totalmente indignada" por las escenas, diciendo: "Me rompió el corazón que la gente tuviera tal desprecio por sus conciudadanos".

Los detectives están rastreando las redes sociales y las imágenes de las cámaras de seguridad y las cámaras corporales de la policía para identificar y castigar a todos los que desafiaron las órdenes de permanencia en casa, que ahora entran en su quinta semana.

La policía dijo el domingo que había puesto 510 multas en las últimas 24 horas, la "gran mayoría" procedentes de la protesta del sábado. Al menos 57 personas han sido acusadas por los disturbios, dos de ellas por golpear a un caballo de la policía.

El ministro de policía del estado, David Elliott, fue mordaz con los disturbios del sábado, diciendo: "Sydney no es inmune a los imbéciles".

Las autoridades de Victoria criticaron protestas similares en la capital del estado, Melbourne. El comandante de pruebas de Covid-19 del estado, Jeroen Weimar, describió a los que se lanzaron a las tensiones como una "pequeña minoría con una rabieta autocomplaciente", y el primer ministro victoriano, Daniel Andrews, advirtió que "no se puede vacunar contra el egoísmo".