La Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH) concluyó el proyecto ‘Miera, conservación de la Montaña Cantábrico-Burgalesa’, con el que se han plantado más de 4.000 árboles autóctonos en la zona y se han recogido 300 kilos de basura de sus bosques, entre otras acciones.

Según informa FNYH en una nota de prensa, se trata de un plan desarrollado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y que da continuidad y amplia los logros del programa previo ‘LIFE+ Conservación de la Biodiversidad en el río Miera’, desarrollado con fondos de la Unión Europea.

Entre las especies autóctonas plantadas se encuentran serbales, abedules y hayas, que se suman a los 60.000 árboles que ya se habían plantado durante los cuatro años del LIFE Miera. El programa también ha incluido el fomento del uso de la ganadería autóctona, que ayuda a conservar los hábitats naturales y protege los propios árboles. Caballos como el hispano-bretón se suman a los losinos, los pottokas y las ovejas carranzanas, que minimizan el daño de los incendios forestales al comerse el pasto que actuaría como combustible, explica FNYH.

Otro de los focos de actuación ha sido el mantenimiento de las escalas para peces para evitar la obstrucción de las presas en Liérganes y que las especies que habitan el río puedan remontarlo cómodamente. También se ha restaurado el brezal costero en la Isla de Santa Marina, con la plantación de 500 ejemplares de brezo autóctono, lo que contribuye a la mejora y conservación de los hábitats naturales que son de interés comunitario.

Para garantizar el mantenimiento de las reservas entomológicas instaladas para el ciervo volante y el caballito del diablo, se han revisado y repuesto las doce pirámides para saproxílicos que favorecen la población de ciervo volante al imitar los tocones de los árboles que estos insectos usan para depositar sus larvas.