En un reciente evento en el Congreso de los Diputados, se vivió un momento de tensión que ha generado un amplio rechazo hacia la actitud censora mostrada por Íñigo Errejón, dirigente de la formación política Más Madrid, hacia el periodista Vito Quiles. La discusión, que se centró en las acusaciones sobre la intrusión de periodistas en la residencia de Isabel Díaz Ayuso, ha puesto de manifiesto preocupaciones serias sobre la libertad de expresión y la censura en el ámbito político.

El incidente comenzó cuando Errejón intentó desestimar las afirmaciones que sugerían un intento de violación de la privacidad de Ayuso por parte de "periodistas encapuchados" de cierto medio, calificándolas de "mentira". Sin embargo, cuando Vito Quiles, debidamente acreditado y ejerciendo su labor periodística, interpeló a Errejón sobre el fundamento de su negativa, dado que existen evidencias fotográficas que apoyan dichas acusaciones, la respuesta del político fue, cuanto menos, inapropiada.

Errejón, en un intento por evadir la pregunta, cortó de manera abrupta a Quiles, alegando que estaba respondiendo a otro periodista. Ante la insistencia de Quiles por ejercer su derecho a la información, Errejón lo etiquetó como "fascista", una acusación que ha resonado negativamente en el ámbito público y profesional, "Yo respondo a los periodistas, no a los fascistas", afirmó Errejón, exacerbando la situación.

Este comportamiento ha sido ampliamente condenado por quienes defienden la libertad de prensa y el diálogo respetuoso como pilares fundamentales de la democracia. La actitud de Errejón no solo constituye un acto de censura hacia Quiles, sino que también pone en entredicho la disposición de algunos políticos a enfrentarse a escrutinio y preguntas difíciles, esenciales para el ejercicio periodístico y la transparencia pública.

El caso ha generado un debate sobre la necesidad de proteger la libertad de expresión dentro del Congreso y en todas las esferas de la vida pública, destacando la importancia de garantizar que los periodistas puedan realizar su trabajo sin enfrentar censura o etiquetas peyorativas por parte de figuras políticas. Asimismo, subraya la urgencia de promover un entorno donde el disenso y la investigación periodística sean vistos como elementos constructivos de la democracia, en lugar de ser objeto de represión o descalificación.

En conclusión, este incidente entre Errejón y Quiles no solo refleja un momento de tensión política, sino que también llama la atención sobre la necesidad imperativa de defender los derechos de los periodistas y condenar cualquier forma de censura que busque silenciar voces críticas o incómodas en la sociedad.

Que @ierrejon llame "fascista" a @vitoquiles a la vez que condena que Miguel Ángel Rodríguez trate mal a los periodistas es muy grave, pero que sus compañeros de profesión no hagan nada e incluso le increpen, es repugnante. pic.twitter.com/BxZEyTYloA

— Mi otro yo 🇪🇸 (@Miotroyo2parte) March 20, 2024