Al menos tres misiles rusos han alcanzado una planta de reparación de aeronaves en la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania, a 50 millas de la frontera con Polonia y un refugio seguro para cientos de miles de ucranianos desplazados internamente.

Se escucharon al menos tres explosiones alrededor de las 6 a.m. del viernes, precedidas por el sonido de las sirenas antiaéreas, mientras se podía ver una columna de humo en forma de hongo que se elevaba en el cielo.

El alcalde de Lviv, Andriy Sadovy, dijo que el aeropuerto civil no había sido atacado y que las autoridades estaban evaluando la situación y publicarían actualizaciones.

Los vehículos de emergencia corrieron al lugar, mientras que los automovilistas fueron rechazados en los puntos de control, informó la agencia de noticias Agence France-Presse.

Lviv, un sitio del patrimonio mundial de la Unesco, no había sido tocada en gran medida por los bombardeos hasta el viernes, aunque muchos de sus 700.000 habitantes temían que un ataque fuera cuestión de tiempo.

La ciudad ha sido descrita como el alma de Ucrania y un símbolo del nacionalismo ucraniano. Sus ciudadanos se encontraban entre los más firmes partidarios de la separación del país de la Unión Soviética.

Desde que comenzó la invasión rusa, Lviv se ha transformado rápidamente en una ciudad de guarnición. Es el centro del movimiento nacionalista del país y, con su aeropuerto civil y aeródromo militar, los residentes sabían que la ciudad habría estado en la mira de Rusia.

Durante el avance de las tropas rusas sobre Kiev, las embajadas extranjeras se trasladaron a Lviv, y la ciudad se convirtió en la nueva capital diplomática de Ucrania y el centro de la respuesta occidental.

Aquí, miles de desplazados que buscan refugio llegan cada día a la estación de tren desde las ciudades del este arrasadas por los ataques aéreos. Hay al menos 200.000 desplazados internos en Lviv, lo que lleva la capacidad de la ciudad al límite.