25.04.2024 |
El tiempo

Ya queda menos

  • El Racing sumó en Fuenlabrada una nueva derrota  
  • La entrada de martín solar en el segundo tiempo aportó ideas a un juego ofensivo inexistente hasta entonces  
  • El gol llegó justo cuando mejor estaba el equipo de Oltra
Nkaka volvió a ser titular ayer en Fuenlabrada. / hardy
Nkaka volvió a ser titular ayer en Fuenlabrada. / hardy
Ya queda menos

A estas alturas y en estas circunstancias, no se puede pedir mucho más: un equipo digno, que dé la cara y salga a ganar. Es lo que hizo ayer el Racing, que ni siquiera cometió un error de bulto que le suicidara. Es cierto que el único gol del partido se podía haber defendido mejor, pero le cogió con el pie cambiado porque, precisamente, había olido sangre y había interpretado que quizá era su momento. Quiso ir a por la victoria pero, cuando se quiso dar cuenta, ya iba perdiendo. Ni una alegría se puede permitir el conjunto cántabro en una temporada que es mejor que termine cuanto antes.

Nadie le puede negar al Racing el espíritu competitivo y la intención de dar la cara incluso cuando ya se sabe perdido. Y tiene su lógica. Hay jugadores que han preferido borrarse y tirarse del barco en vez de seguir remando y quienes continúan al pie del cañón salen al campo con la intención de, al menos, mantener la dignidad. En el fondo, la mayoría de los jugadores del equipo se tienen que buscar un nuevo contrato para la próxima temporada y todo cuenta. Y estos partidos pueden servir para ir haciendo números.

Quien cada vez lo va a tener más complicado con este panorama es José Luis Oltra. Si ayer tuvo que afrontar el partido con nueve bajas, al cuarto de hora de partido ya tuvo que sumar una más. Alineó a un centro del campo con tres jugadores en la sala de máquinas donde repitieron Kitoko y Nkaka y donde la cara nueva la puso Mario Ortiz, que ocupó la plaza de un Sergio que ya parece tener la cabeza en otra parte. Sin embargo, el primero de ellos tuvo que pedir el cambio. Al forcejear por un balón, un rival cayó prácticamente sobre su brazo izquierdo y cabe la posibilidad de que se lo haya fracturado. Primero acudió a su auxilio el doctor Mantecón y, aunque le intentó colocar una protección, sólo sirvió para dar tiempo a Dani Toribio para que calentara.

Kitoko se tuvo que ir a los 19 minutos de juego. El consuelo que le queda es que, al menos, no fue un problema muscular lo que le retiró. De hecho, ha mantenido el tipo durante este apretado tramo de competición, lo que ya es un logro para un futbolista que, en sus dos temporadas como racinguista, nunca había podido estar disponible durante más de cuatro partidos consecutivos. Y haber superado este test del último mes quizá le hace coger las vacaciones con ánimos renovados con vistas a la próxima campaña, para la que mantiene contrato con el Racing.

Con las bajas de Olaortua, Alexis y Buñuel, Oltra se quedó sin la posibilidad de volver a alinear a tres centrales. Para ello, tendría que haber apostado de inicio por Miguel Goñi, pero no se quiso precipitar y volvió a una defensa de cuatro. A lo que dio continuidad es a un centro del campo con tres medio centros que había funcionado bien contra el Elche. Quiso reforzar a su equipo en la zona donde se crea todo para no quedarse en inferioridad ante un Fuenlabrada que mete a gente de peso por dentro. Y lo cierto es que el Racing se mantuvo en pie. No fue ningún muñeco roto en manos de un rival que sueña con el playoff, sino que dio la cara, no se dejó dominar e incluso mantuvo equilibrado el encuentro.

Lo malo fue que le costó generar fútbol. Esa ha sido una carencia que le ha perseguido desde el primer día de esta maldita temporada. Es algo que todavía se nota más sin Cejudo en el campo. El de Puente Genil insistió en entrar en la convocatoria de ayer a pesar de que el cuerpo técnico entendía que podía resultar precipitado y que no tenía sentido arriesgar pero él quería dejar claro que no se había tirado del barco. Ayer jugó sólo el tramo final pero a buen seguro que ya jugará de inicio el próximo sábado. Durante buena parte de la temporada tiró del equipo echándoselo a las espaldas y quiere estar también cuando todo está ya perdido.

Tan pocos argumentos creativos ha tenido el Racing en el medio campo durante la temporada que los entrenadores incluso han tenido que echar mano de Cejudo para encontrar un perfil diferente. Chuti Molina dejó a cinco medio centros con perfiles similares y nadie con capacidad de crear, de dar ritmo y de superar líneas filtrando pases. Todos los técnicos se han chocado contra esa carencia sin atreverse a romper esas limitaciones absurdamente impuestas por el director deportivo buscando en la cantera lo que no tenían en el primer equipo. Y una solución podía haber sido Martín Solar, que fue a quien recurrió ayer Oltra en el descanso para acabar con esas limitaciones con las que se encontraba el Racing cuando llegaba a zona de medios. El futbolista se colocó por delante de Toribio con posibilidad de incorporarse a zona de ataque y casar líneas y lo cierto es que tuvo éxito en ese sentido.

El entrenador encontró en él lo que buscó, se posicionó bien entre líneas, soltó con agilidad el balón, pensó rápido, generó y se le vio mucho en las inmediaciones del área. Incluso podría haber tenido una buena ocasión de marcar si Guillermo le hubiera dejado el rechace que generó el portero al intentar alejar el balón tras un centro raso de Nico Hidalgo. Él venía de cara y el ariete lo intentó a la media vuelta, pero un ‘nueve’ no suele dejar nada a nadie. Menos aún, cuando eres un zagal que está debutando.

Ayer le tocó a Martín Solar tomar la alternativa y debutar mientras que Marco Camus, que fue quien lo había hecho una semana antes, tuvo la oportunidad de ser titular. Este último lo intentó mucho pero lo cierto es que apenas le salieron cosas. Fue quien intentó cambiar el ritmo de un primer tiempo que resultó demasiado aplatanado y en el que el Racing se tuvo que conformar con no salir herido, ya que su única aportación ofensiva seria fue un lanzamiento intencionado y lejano de Abraham que se fue muy cruzado.

Mucho mejores fueron las ocasiones de marcar del Fuenlabrada en ese primer tiempo en el que demostró tomarse el partido con calma y sin caer en la tentación de la precipitación. Obviamente, se tomaba el partido contra el colista como una gran oportunidad de certificar su candidatura para el playoff y el paso del tiempo podía correr en su contra, ya que su indudable favoritismo y su mayor necesidad le podía generar ansiedad, pero nada de eso. Era consciente de que iba a llegar su oportunidad y, cuando llegó, la aprovechó bien.

Antes de romper la igualada en el segundo tiempo, el Fuenlabrada ya había rondado el gol en un par de ocasiones en el primer tiempo. La primera llegó pronto, a los seis minutos, cuando Cristóbal robó un balón en el medio campo al que, gracias a una pared con Caye Quintana, dio continuidad presentándose en el área completamente solo. Se abrió un agujero en la retaguardia racinguista que él quiso hacer aún más escandaloso con una finalización con clase. Quiso superar a Iván Crespo con una vaselina pero el meta atrapó sin problemas. Más peligroso acabó siendo un remate en el segundo palo de Iribas tras una gran acción por banda izquierda entre Caye (otra vez) y Anderson, pero el balón acabó estampándose contra el lateral de la red.

Lo cierto es que prácticamente todo pasó en el segundo tiempo. Empezaron a suceder cosas porque ambos entrenadores realizaron cambios con los que quisieron ir a por el partido. La entrada de Martín Solar dio otro aire al Racing. Éste se fue creciendo y, de hecho, llegó a conseguir que el partido se desarrollara casi por completo en las inmediaciones de la portería madrileña. Apenas hizo trabajar al portero, pero se sentía superior. El canterano se movió bien entre líneas y aprovechó ese paso hacia delante que también quiso dar el Fuenlabrada. Sin embargo, aquello fue una trampa.

El conjunto cántabro pareció tocar a rebato. Es siempre más fácil cuando ya no hay nada que perder. Y Figueras también salió de la cueva para pelear un balón en el centro del campo que no ganó. Lo malo es que llegó hasta el veloz Jeisson, que encontró una puerta abierta en banda derecha porque tampoco Abraham estaba en su sitio. También él estaba soñando con un gol. Junto al veloz atacante azulón corrió Nkaka pero no fue suficiente. Tan a contrapié le cogió la acción al Racing que, en el momento en el que el delantero fue a centrar, había más jugadores del Fuenlabrada en el área verdiblanca que del equipo cántabro. Por eso Oriel Riera, recién entrado al campo, pudo rematar sin oposición. Iván Crespo estaba bien colocado pero se le coló un balón que terminó resultando decisivo.

Aquello fue un mazazo para el equipo de Oltra. Éste es capaz de competir y de mostrarse ambicioso con la contienda empatada pero es difícil sacar la voracidad a relucir cuando de nuevo se ve por debajo. Reaccionó el entrenador metiendo a Cejudo y a Siverio primero y a Jon Ander después. Y, al mismo tiempo que el Racing sumaba jugadores de ataque, el Fuenlabrada sumaba hombres de contención hasta terminar dibujando una línea de cinco atrás. Los de Sandoval dieron un paso atrás y eso transmitió la impresión de dominio verdiblanco, pero ya se le había escapado el momento. La tuvo Siverio con una acción que enseñó al delantero que lleva dentro, pero se fue alta. Y fue la última a pesar de que quedaban veinte minutos.

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