La decisión de Xavi Hernández de anunciar su dimisión al final de la temporada llegó tras una serie de acontecimientos adversos en enero. El mes comenzó con una ajustada victoria sobre Las Palmas, seguida de una angustiosa eliminatoria de Copa del Rey contra el Barbastro, un equipo de Segunda RFEF. A pesar de avanzar, el Barcelona sufrió para superar a un rival de menor categoría.

La Supercopa de España ofreció una oportunidad para revertir la situación, pero el equipo se enfrentó a una derrota abrumadora en la final ante el Real Madrid, lo que dejó un impacto significativo en la moral del equipo y su cuerpo técnico. El Barça no pudo levantarse después de este golpe y, en la Copa del Rey, necesitó remontar un marcador adverso contra Unionistas de Salamanca para avanzar a la siguiente fase.

En LaLiga, a pesar de una victoria convincente en el Villamarín contra el Real Betis, el equipo no pudo mantener la consistencia y sufrió otra derrota ante el Athletic Club en San Mamés. Estos resultados dejaron al Barcelona prácticamente fuera de la lucha por el título de LaLiga, con el Real Madrid tomando una ventaja significativa.

Finalmente, la derrota ante el Villarreal, que dejó al Barcelona a diez puntos del Real Madrid en LaLiga, precipitó el anuncio de la dimisión de Xavi. El entrenador, aunque destacó las opciones de competir en la Champions League, reveló que su etapa con el club culminará el 30 de junio. La decisión de Xavi marcó el fin de una etapa turbulenta para el FC Barcelona y plantea incertidumbres sobre el futuro del club y la dirección del equipo.