20.04.2024 |
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Vía libre para Maynau

Pablo Andrade no volverá a estar disponible hasta después del parón navideño | El catalán, que parecía que iba a comenzar la temporada en desventaja,  tiene ahora un diciembre con muchos partidos para asentarse en el lateral

Joan Maynau confía en poder disfrutar de continuidad en las próximas semanas. / Hardy
Joan Maynau confía en poder disfrutar de continuidad en las próximas semanas. / Hardy
Vía libre para Maynau

En un principio, dio la impresión de que Joan Maynau iba a comenzar la temporada en desventaja. Su puesto daba la impresión de ser el que más competencia tenía por aspirar a él dos jugadores fichados de fuera y con una trayectoria ya a tener en cuenta en la categoría. Se anunciaba un duelo terrible y el catalán tuvo la desgracia de llegar un poco más tarde que su ‘contrincante’ y, sobre todo, de enlazar dos lesiones consecutivas que le dejaron sin pretemporada. Sin embargo, de pronto, la situación se ha dado la vuelta por completo. Ahora es él quien va a disponer de un puñado de semanas en las que, además, habrá un buen número de partidos acumulados. Pablo Andrade, que es quien le debe disputar el puesto del ‘tres’, está en la enfermería y todo apunta a que no va a salir de ella hasta enero.

Al inicio de la historia, dio la impresión de que quien estaba gafado con las lesiones era Maynau, pero ahora le ha pasado el testigo a su compañero brasileño, que sí que no está pudiendo levantar cabeza. Los dos llegaron al Racing sin haber competido desde marzo porque no disputaron playoff con sus equipos, lo que se tuvo que notar a la fuerza. El jugador americano aguantó algunas sesiones antes de caer en desgracia, algo que sucedió apenas unas horas antes del primer amistoso de la pretemporada. Se tragó lo más duro y cuando parecía que empezaba a salir el sol, tuvo que llamar a la ambulancia.

En el caso del catalán, ya se tuvo que retirar del primer entrenamiento y, tras algo más de dos semanas apartado, volvió a caer a las primeras de cambio. La transición no fue buena y lo pagó porque ya quedó condenado a comenzar la temporada oficial a remolque, sin haber jugado amistosos y sin ritmo. Mientras, Pablo Andrade pudo disputar sus primeros minutos oficiales contra el Portugalete. Parecía tenerlo todo a favor para afianzarse en el puesto hasta que el catalán se pusiera en forma, algo que parecía obvio que estaba muy lejos de suceder. Más aún, después de verle asfixiado en Lezama.

Lo malo es que el brasileño se volvió a romper y que, cuando parecía recuperarse, volvió a caer. Hay algo que no le deja levantar cabeza. Durante el parón parecía que volvía a ver la luz, pero de nuevo tuvo que parar. En un principio, no parecía gran cosa y sólo fruto de un esguince. De hecho, tras aquel fin de semana de descanso de tres días intentó volver al grupo pero no pudo. Aquello ya encendió las luces de los sanitarios, que le llevaron a realizar una resonancia magnética. Y entonces vieron que se había roto un ligamento del tobillo. Peor imposible. Los galenos tienen bastante asumido que hasta después de Navidad no va a poder estar disponible. Sin querer, se habrá perdido ya media temporada, ya que las cosas pasan muy deprisa en el presente curso. Mientras, quien da la sensación de que se ha puesto a tono es Maynau. Dispone de todo un mes con muchos partidos para alcanzar su mejor estado de forma y enseñar toda esa colección de virtudes que todos los que le vieron jugar en el Llagostera aseguran que tiene.

El catalán apareció por vez primera en Lezama y aquel día casi no llega a la meta, ya que se pegó una carrera nada más empezar que le dejó asfixiado. Contra el Alavés B ya jugó 45 minutos sustituyendo a un Marco Camus que no había logrado encontrarse bien y en Laredo ya fue titular. Y fue de lo más salvable de su equipo. Va a más y, además, ahora parece que va a encontrar mejor su sitio porque Rozada ha apostado por defensa de cuatro. No va a tener que ser carrilero, donde, además, encontraría mucha más competencia, sino que va a poder ejercer de lateral, que es lo que a él le gusta.

Su primera experiencia jugando noventa minutos se saldó de manera satisfactoria. Contó de manera inesperada con una mini pretemporada de tres semanas para afinar su puesta a punto y la respuesta fue positiva. «Me encontré bastante mejor de lo que esperaba de pulmón». Tanto es así, que cree que está muy cerca de poder ser el jugador que siempre ha sido. Es decir, uno que está «todo el partido o gran parte del partido de arriba para abajo».

Es consciente de que la ausencia de Pablo Andrade y la apuesta por jugar con laterales le abre el camino durante un mes de diciembre con muchos partidos e, incluso, con dos miércoles señalados en rojo por tener que recuperar en uno de ellos el encuentro aplazado en Leioa y por la primera eliminatoria copera el segundo de ellos. Va a ser un mes importante para el Racing y, sobre todo, para dejar bien lleno el depósito de confianza, algo que luego no se pierde.

«Buenas expectativas». La primera piedra que se van a encontrar en el camino será el Barakaldo, un equipo que está «en la zona peligrosa de la tabla», lo que cree que puede tener su trampa. Es obvio que no le están saliendo las cosas como esperaba porque sólo hay que ver los números que tiene para corroborarlo, pero también tienen todos claro que es un rival que va a despertar en cualquier momento. Con todo, el Racing sabe que está ante una buena posibilidad para dar un paso hacia delante porque, aunque uno nunca se pueda fiar, lo cierto es que se va a medir a los dos últimos en apenas cuatro días. Por eso Maynau reconoce que afrontan esta semana con tres partidos «con bastantes buenas expectativas» empezando por mañana: «Esperemos hacer un buen resultado y hacer así bueno el empate de Laredo».

Sabe bien el defensor catalán que en esta temporada tan extraña, cada punto cuenta y nunca va a bastar con verse arriba en la clasificación o entre los tres primeros, ya que hay que estar siempre mirando a lo que sucede en el otro subgrupo del grupo. De partida, intuye que van a ser «cuatro o cinco» los equipos que luchen por las tres primeras plazas, lo que también les va a prohibir «aflojar». «Sabemos que el juego no está siendo todo lo bueno que queremos, pero esperamos que en los próximos partidos entremos en buena sincronía con los compañeros, juguemos mejor y consigamos también buenos resultados», explica.

Ayer tuvieron los jugadores verdiblancos su segunda experiencia con los tests de antígenos, que de nuevo se saldaron con un pleno de negativos. Maynau reconoce que siempre se afrontan con la «incertidumbre de ver si alguien que tienes al lado da positivo», pero ya saben que no fue así. Además, recuerda que siempre respetan las normas habituales aunque, en cuanto a su profesión se refiere, el peligro siempre está ahí. «Pero bueno, hemos dado todos negativo, así que sin problema», señala.

Los test los realizaron antes del entrenamiento de ayer, que fue en Los Campos de Sport, un campo que no pisaban desde hace prácticamente un mes. Y reconoce que ya tenían ganas porque jugar en el coliseo verdiblanco «siempre se echa en falta» por ser «un buen estadio y tener un césped perfecto». Recuerda Maynau que, hasta la fecha, sólo ha podido «disfrutar de él 45 minutos» pero también que «queda mucho por delante». Si todo va bien y no sufre un nuevo imprevisto en forma de lesión, va a tener tiempo para asentarse y hacer suyo el lateral izquierdo. Al menos, hasta que Pablo Andrade se recupere, coja la forma adecuada y esté en disposición de disputarle el puesto al catalán. Pero que tenga cuidado porque en el club verdiblanco está instalado una especie de mal fario con el lateral izquierdo porque en los últimos tiempos sólo Julen Castañeda se ha asentado ahí.  El historial del puesto en la última década deja multitud de cadáveres en el camino. De hecho, ninguno de los que fichó Chuti Molina, que fueron cinco, dio la talla.

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