24.04.2024 |
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Los últimos coletazos de Harry

Ayer se celebró la vista por el recurso que presentó a su condena de prisión | Testificaron Antonio Corino, un representante de Blue sistemas e Iñaki Urquijo

Higuera, atento a la declaración del testigo. / Hardy
Higuera, atento a la declaración del testigo. / Hardy
Los últimos coletazos de Harry

Harry volvió ayer a escena para recordar al racinguismo lo mal que estaban las cosas hace poco más de un lustro, cuando él estuvo en la poltrona. No hace tanto de aquello, pero se ve lejano porque se quiere olvidar y en el fútbol los tiempos van siempre más rápido. Los malos tiempos siguen cerca y, de hecho, todavía hay que pagarlos. Ayer, el expresidente que estuvo a punto de llevar al club a su liquidación volvió a las Salesas. En esta ocasión, lo hizo para celebrar la vista sobre el recurso que había presentado a la sentencia que le ha condenado a tres años y medio de prisión por administración desleal del club, a quien, además, deberá indemnizar con casi 250.000 euros.

Fue una vista ágil porque simplemente declararon tres testigos y no hubo que valorar de nuevo las pruebas ni llamar a declarar a todos aquellos que se pusieron a disposición de las partes durante el juicio. Quienes lo hicieron ayer fueron el exdirector general del club Antonio Corino, el excoordinador de las categorías inferiores Iñaki Urquijo y  un representante de la supuesta empresa llamada Blue Sistemas, Marco Antonio Puente. Ésta había firmado un contrato de 170.000 euros por unos trabajos que nadie sabe en qué consistían. Ni siquiera el propio Antonio Corino.

El representante de Blue Sistemas no había acudido al juicio porque por aquel entonces estaba «fugado de la justicia». Y ayer defendió que su empresa había prestado los servicios por los que había sido contratado. Sin embargo, en varios momentos de su declaración cayó en contradicciones sobre la duración del contrato o el estado de sus cuentas. Uno de los momentos que generó mayor vergüenza ajena de la vista de ayer fue cuando, entre las funciones contratadas, Puente afirmó que estaba levantar el cartelón de los cambios. Sin embargo, la acusación le recordó que, según la normativa, eso sólo lo puede hacer el delegado del equipo local o bien el cuarto árbitro. En ese momento, no supo ni dónde meterse.

Para intentar salir del aprieto sin quedar tan señalado, el representante de Blue Sistemas recordó que ni siquiera cobró, finalmente, los 170.000 euros que se habían establecido en el contrato como contraprestación de los servicios prestados. Fue menos pero, en el fondo, no estuvo nada mal por acometer durante seis meses unos trabajos etéreos que nadie pudo comprobar, ni siquiera el director general.

Harry se presentó con un abogado nuevo y diferente al que le representó durante el juicio que le condenó. A saber cuántos lleva ya. El de ayer llegó de Madrid y mostró una actitud desafiante dando a entender que el auto que había condenado a su cliente era una barbaridad. Como era previsible, mantuvo un intenso duelo con Manuel Higuera, que es quien llevó la voz cantante de la acusación como ha sucedido en todos los procesos abiertos no sólo contra Harry, sino también contra Francisco Pernía y todos los que les rodearon y han tenido que ponerse frente a un tribunal.

Gasto excesivo. Antonio Corino, por su parte, señaló que el gasto que se realizó en Blue Sistemas fue «excesivo» porque, de partida, ni siquiera supo nunca qué servicios prestaba más allá de lo que ponía en el papel, ya que no acudía a los partidos. En respuesta a preguntas de la acusación, Corino señaló también que no le consta que el salario de Ángel Lavín fuera aprobado por el consejo de administración. Respecto a este salario de 72.000 euros, que la sentencia consideró que Lavín se adjudicó, la defensa alegó que sí se aprobó en una junta de accionistas, a lo que Higuera remarcó que, aunque ésta se celebró, el único accionista presente era el propio Ángel Lavín.

Por último, también declaró de nuevo el que fuera técnico de las secciones inferiores del Racing durante 2012 y 2013, Iñaki Urquijo, cuyo contrato se consideró también fraudulento por la sentencia. Éste no aportó nada nuevo a lo que había declarado previamente. La defensa intentó demostrar, al igual que en el caso de Blue Sistemas, que el contrato fue efectivo y se prestaron los servicios dispuestos, mientras que las acusaciones alegaron que su declaración no alteraba lo que ya había declarado con anterioridad.

La sentencia, dictada por el Juzgado de lo Penal número 1 en marzo de 2019, condenó a tres años y medio de prisión a Ángel Lavín por un delito continuado de administración desleal. El expresidente del Racing agradeció las declaraciones de los testigos en su alocución final y afirmó que, con éstas, «se clarifica su inocencia». Habrá que verlo. Ahora pueden pasar meses hasta que se conozca el nuevo auto y, en función del tipo de sentencia que se realice, Harry podrá recurrir a una instancia superior o no. De no ser así, le espera un tiempo de prisión estimable que le permitirá conocer qué se cuece tras las rejas durante tres años y medio.

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