25.04.2024 |
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Tuto se jubila

El exjugador y expresidente del racing dimite de su función como presidente de honor para disfrutar de su jubilación | El club esperará a que mejore la situación sanitaria para organizarle una despedida y homenaje a su altura

Tuto Sañudo. / Hardy
Tuto Sañudo. / Hardy
Tuto se jubila

Incluso los mitos se jubilan. Están en su derecho de disfrutar de un retiro tranquilo, sin horarios, sin obligaciones, ni compromisos. Tuto Sañudo ha llegado a ese momento. Tras toda una vida como futbolista, delegado, agente de seguros, presidente ejecutivo del club y, en el último lustro, presidente de honor, ha decidido echarse a un lado. Va a cumplir los 65 y quiere tomar aire, respirar tranquilo, reducir su agenda y tener la posibilidad, si le da la gana, de comprarse un rancho, destilar whisky en la parte de atrás, comprarse una mecedora y ver la vida pasar desde el porche. Sin que suene el despertador. Se lo ha ganado.

Fue en la mañana de ayer cuando el propio Tuto Sañudo, acompañado de su familia, acudió a las oficinas del club para encontrarse con el director general, Víctor Alonso. Allí le trasladó su decisión de jubilarse y dejar de ejercer como presidente de honor del Racing, un papel meramente representativo pero que conlleva un apretado calendario. Obviamente, a los dirigentes verdiblancos no les cogió por sorpresa la decisión porque ya estaba previamente hablada. Lo que hicieron ayer todas las partes fue iniciar la maquinaria burocrática para finiquitar la relación formal entre la entidad y el exfutbolista. La anímica seguirá siempre ahí porque nadie va a ser capaz de extirparle el racinguismo a quien fuera durante tanto tiempo el líder de la defensa del equipo primero y del club después.

Lo extraño fue el método elegido para comunicar la decisión de Sañudo. Antes de que lo hiciera el club, la noticia se expandió  a partir de una notificación de un despacho de abogados. Fue algo extraño porque cuando uno ve un abogado de por medio, ya intuye problemas entre las partes, pero no los hay. Como no podía ser de otra manera, la dimisión ha sido cordial y, de hecho, el club sí lanzó poco después su propio comunicado en el que destacó toda la labor realizada por Tuto como racinguista, tanto dentro del terreno de juego como fuera, durante prácticamente tres décadas. Por encima de todo, quiso destacar su «pasión, dedicación y profesionalidad» mostrada durante tanto tiempo.

«Soy y seré siempre racinguista. Todo lo que soy se lo debo a los aficionados, a una afición que ha estado y sé que está incondicionalmente conmigo, como así me demuestra día a día por todos los rincones de Cantabria desde el primer día que me enfundé la camiseta verdiblanca», aseguró Sañudo tras su paso por Los Campos de Sport para formalizar su dimisión. Afirmó que su «obsesión siempre fue devolver el enorme afecto y respeto» que el racinguismo le había mostrado en todo momento. Y es que, no se cansó de destacar que es precisamente esa masa social que tiene el equipo detrás «el gran activo que tiene el club independientemente de quien se encuentre de forma transitoria por los despachos».

Explicó el expresidente y exjugador que había llegado el momento de «la jubilación y de dar un paso a un lado». Echó una mirada atrás y se acordó del importante trabajo con la cantera, ya que destacó que sólo «gracias a una apuesta decidida» por ella, pudo él mismo alcanzar su «sueño de debutar y jugar en Primera División» con el club de su tierra. Por eso tiene claro que «el futuro» de la entidad no puede pasar por otro sitio que por esa apuesta firme y decida por La Albericia.

«He dado toda mi vida por este club, he intentado transmitir los valores que han regido mi vida, entre los que se encuentran la perseverancia y creer en uno mismo para alcanzar los objetivos que nos propongamos en la vida», subrayó Sañudo. Considera que son valores que pueden quedar «como legado para los más jóvenes» y también para «el propio club». Y es que, considera necesario tener bien claro que «nadie regala nada» y que «hay que luchar por aquello que ansiamos en la vida». «Me voy satisfecho porque lo he dado todo por un club que siempre llevaré en el corazón porque no sólo me esforcé dentro del terreno de juego, sino que también lo hice en la época más convulsa del club hace seis años, cuando más necesitaba la entidad de gente comprometida», recordó.

Obviamente, tras tantas emociones vividas, tanto dentro del campo como fuera y tras haber vivido años especialmente convulsos, tiene claro que pone fin a una «etapa muy apasionante». Y confiesa que en este adiós le vienen «a la cabeza grandes recuerdos y grandes personas» que llevará siempre «en el corazón». De ahí que dé las gracias a toda la afición verdiblanca, a los empleados del club y a la propia entidad por haberle permitido disfrutar de lo que siempre más le ha gustado, que es el fútbol.

El propio Racing, sabedor de que se trata de la despedida de un mito viviente para muchos racinguistas que ilustra una etapa bien diferente a la actual y de un fútbol que poco tiene que ver con el de hoy en día, comunicó en su nota de prensa su «firme propósito de organizar un acto público de despedida a la altura de uno de los mayores iconos del club de las últimas décadas». Éste se reservará para un momento más propicio sanitariamente hablando para no contar con tantas limitaciones y poder disfrutarla al máximo.

dentro y fuera. De hecho, se trata de un jugador con 346 partidos con la camiseta verdiblanca, cifra a la que es muy complicado llegar en estos tiempos en los que cualquier canterano que asoma por el primer equipo con un mínimo de cualidades se escapa hacia otros proyectos superiores en cuanto tiene la oportunidad. Él mismo también fichó por el Oviedo, con el que jugó cinco temporadas, un total de 170 partidos. De hecho, fue capaz de granjearse una tremenda simpatía tanto por las aficiones del Racing como por las del equipo de la capital de la comunidad vecina. En aquellos tiempos, ambas estaban hermanadas y el ‘enemigo’ era el Sporting, pero un buen día la cosa cambió y hoy es todo lo contrario.

La retirada de Tuto sucedió en 1993. Lo hizo a lo grande. No esperó a que sus virtudes futbolísticas le fallaran y le abandonaran, sino que lo dejó después de ser una parte importante del Racing que subió a Primera División de la mano de Paquito acumulando 41 partidos como titular. Aceptó entonces ejercer la función de delegado hasta que a finales de aquella década terminaría saliendo del club para emprender una labor profesional que poco tenía que ver con el fútbol.

Aquello no significó una desvinculación total con el Racing. Nunca se puso de lado y fue de cara cuando hubo que realizar labores de oposición. Su voz se hizo notar en la etapa de Piterman y, sobre todo, en los últimos y agitados coletazos de Pernía y durante la ‘presidencia’ de su títere. De hecho, fue el elegido para ejercer como presidente del consejo de administración que salió de aquella histórica junta de accionistas del 31 de enero del 2014 en la que se desalojó a Harry de la poltrona verdiblanca. Fue una directiva que duró bien poco y que pretendía ser de consenso entre hombres colocados por Gabriel Sainz de la Maza, cuyo despacho de abogados había logrado traer al liquidador de WGA que permitió utilizar las acciones de Ali Syed para expulsar a la herencia de Pernía, y los exjugadores. En el seno de esa directiva hubo de todo, hubo quien quiso también utilizar al propio Sañudo pero éste no se dejó burlar. Fueron meses intensos en los que se dio forma a una nueva transición con el equipo dirigente que lideraría la ampliación de capital que culminaría con la presidencia de Manuel Higuera.

Fue entonces cuando se creó la presidencia de honor para seguir contando con la figura de Tuto Sañudo a la vez que el presidente ejecutivo se libraba de los actos protolocarios y de representación de los que pretendía huir. Tampoco le gustan demasiado a Alfredo Pérez, el actual máximo dirigente de la entidad. Sin embargo, una vez que Tuto se ha echado a un lado, está por ver si el Racing busca a otra persona que ocupe ese puesto o no. Lo que está claro es que no sería sencillo encontrar a una figura que, por sí misma, ilustrara los valores y la historia que aglutina sobre sí mismo el propio Sañudo. Los hay, como podría ser otro mito como José Ceballos, pero no es fácil colocarle en primer plano.

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