20.04.2024 |
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Toca pasar página

El Racing dispone de más tiempo que nunca para preparar su nuevo proyecto | Jugadores como Bustos, Cedric, Soko, Lucas Díaz o Villapalos mantienen contrato | La primera incógnita es saber si Amorrortu y Menéndez seguirán al frente

Álvaro Cejudo es uno de los jugadores que acaba contrato el próximo treinta de junio. / Hardy
Álvaro Cejudo es uno de los jugadores que acaba contrato el próximo treinta de junio. / Hardy
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Las matemáticas suelen ser el último reducto de los que se saben perdidos, de esos que están a ocho puntos de la permanencia a falta de tres jornadas y dicen que todavía hay alguna opción de salvación. También para quienes quieren evitar la relajación de su equipo en la recta final de la temporada, cuando son conscientes de que han alcanzado el objetivo pero no quieren dejarse ir y convertir los últimos partidos en partidos de la basura. Es lo que pretende Aritz Solabarrieta, que el pasado domingo en Zaragoza afirmó que no quiere que se acabe la temporada y que el miércoles, tras dibujar en la clasificación un panorama que dice claramente que el Racing jugará en Primera RFEF, recordó que matemáticamente no está hecho. Quizá porque quiere disfrutar todavía de partidos de verdad antes de que se produzca lo que seguramente sepa que va a suceder, que es su salida del equipo.

Es cierto que el Racing no ha conseguido aún matemáticamente ese objetivo secundario que no le quedó más remedio que marcarse tras fracasar en la primera fase, pero las matemáticas también dicen que es altísimamente improbable que no lo consiga. Quizá sea más fácil que le toque la lotería a todos los lectores de este periódico que la combinación de resultados que han de darse para que Osasuna B, que es el único que puede hacerlo, le robe la cartera. El filial navarro tendría que ganar los cuatro partidos que le quedan, el Racing perder los tres que le restan y, además, en el encuentro entre ambos pendiente en Tajonar, que los rojillos ganaran por dos goles o más. Imposible. El que no puede perder ningún punto ni siquiera ha ganado dos partidos seguidos en toda la temporada y el que lo tiene que perder todo sólo ha perdido uno de los trece últimos.

De esta manera, se puede decir que quedan los partidos de la basura. El Racing parece acostumbrado a tener que gestionar algunos de estos en los últimos tiempos. José Luis Oltra los aprovechó el pasado año para por fin poder dar entrada a jugadores como Martín Solar, Marco Camus, Miguel Goño o Javi Siverio. Esperó a que todo estuviera perdido para echar mano de unos jugadores que demostraron que podían haber ayudado. Ahora está por ver cómo lo afronta Solabarrieta. Éste dijo el pasado miércoles que iba a seguir igual, que no iba a regalar oportunidades para nadie y que alinearía a los que entienda mejores para conseguir la victoria. Las aspiraciones que pueda tener de continuar en el banquillo racinguista pasan por comportarse como una apisonadora en esta segunda vuelta en la que el equipo se está enfrentando a rivales que se están mostrando muy débiles.

Solabarrieta no va a afrontar los últimos partidos como si se estuviera jugando algo porque no se juega nada. No cabe duda de que va a dar todavía más presencia a la gente joven de casa, que es la que tiene que seguir fogueándose para dar aún más la próxima temporada. Por eso se está viendo más a Martín Solar después de tenerle al fondo del armario desde el partido de Portugalete y también tendrá la oportunidad de jugar Marco Camus, a quien las continuas lesiones, sumado también al bajo rendimiento que dio cada vez que apareció en escena, han dado por perdida una temporada que creía que podía ser la buena. Sin embargo, sabe que tendrá más oportunidades y querrá confirmar que pueden contar con él en estos últimos partidos como ya lo hiciera el curso pasado en las jornadas de la basura. Hay alguien que tendrá que tomar la decisión de quedárselo o cederlo el próximo curso.

No se sabe quién es. Sólo lo sabe Alfredo Pérez, que es un tipo que, recordando cómo ha funcionado en temporadas anteriores, a buen seguro que lleva tiempo trabajando en el próximo proyecto. El pasado curso mantuvo a Chuti Molina hasta el último día a pesar de que ya tenía atado a Amorrortu desde febrero. Él lo negaba pero también dio una pista al contratar a la mano derecha de éste, que es Cali Trueba. En esta ocasión, dicha pista de que algo puede cambiar es la contratación de César Anievas como director de la Fundación, entre cuyas funciones está la de responsabilizarse de las categorías inferiores. Es una función que, de partida, parece chocar con la de quien, oficialmente, es el responsable de estrategia deportiva del Racing. Nadie había sido antes algo así. En el fondo, ha sido el responsable de todo lo que ha pasado, deportivamente hablando, en el Racing en el último año.

Solabarrieta. Una de esas decisiones, que ha terminado siendo decisiva, fue la de echar a Javi Rozada no porque el equipo tuviera pocos puntos, sino por las sensaciones que transmitía el equipo y porque decían que no le veían evolucionar. El asturiano era el hombre de confianza de Pedro Menéndez y lo cambiaron por el de confianza de Amorrortu, un Aritz Solabarrieta sin experiencia y que había recalado en la cantera del Alavés. Pasó de ahí a recibir una maquinaria de enorme cilindrada. Era una apuesta y los responsables del proyecto entendían que era bueno hacerla aprovechando el parón navideño para que tuviera tiempo de trabajar antes del primer partido. Lo que pasa es que el parón no lo fue tanto porque, con apenas una semana de entrenamiento, el nuevo entrenador tuvo ante sí tres partidos en diez días ante rivales directos. Y los perdió todos. Dando una imagen patética, además. Lo bueno que podía haber construido el técnico anterior quedó derruido quizá con la idea de comenzar de cero.

Solabarrieta presumió el pasado miércoles de haber conseguido la mejor segunda vuelta de los 102 equipos de la Segunda B, pero olvida que él también fue el entrenador de esos tres partidos en los que, en la práctica, se echó todo a perder. Incluso sacó pecho recordando que Cedric no llevaba ningún gol cuando él llegó y que ahora llevaba diez olvidando que la gran racha que lleva últimamente y que le ha permitido pasar de cuatro tantos a diez en apenas tres semanas la inició en Amorebieta, partido que comenzó en el banquillo mientras Luan Capanni era titular. También recordó que ha estado jugando con muchos chavales de la casa pero Ceballos, Íñigo y Pablo Torre ya eran titulares con Rozada. Mantilla lo fue el primer día pero estuvo tan mal que a partir de ahí estuvo unas semanas en el banquillo. Justo en su último partido, volvió a jugar de inicio e incluso marcó. En ese sentido, la gran apuesta personal habría sido sentar a Iván Crespo para poner a Lucas Díaz.

Con todo, se haría trampas al solitario Solabarrieta destacando el gran partido que hizo su equipo ante un débil Osasuna B o la buena primera parte de Zaragoza olvidando la patética imagen de Tarazona o la incapacidad que ha mostrado el Racing de mantener la portería a cero ni en sus mejores momentos. Los goles en contra se multiplicaron tras su llegada y así es difícil construir un armazón sólido con el que mirar lejos. De todas maneras, lo que más pone en cuestión la idoneidad del cambio de entrenador es que la maniobra se justificó buscando una evolución que cuesta ver. Cuando hubo que enseñarla no se dio y el equipo se vino abajo cuando se topó con un rival que le aguantó la mirada. Se hizo pequeño. Se encogió ante la Real Sociedad B y ganó en Irún de la misma manera que podría haber ganado Rozada: entregando el balón, jugando a equipo pequeño y fundamentándose en dos minutos de inspiración. Quedó marcado por su incapacidad para aportar soluciones cuando su equipo se apagó ante el filial donostiarra o el Arenas.

Es probable que Solabarrieta no entre en los planes del club para la próxima temporada pero hay muchos mimbres en el equipo que sí. De hecho, hay un buen número de jugadores que mantienen contrato y que, de cumplirse, limitarían el margen de actuación de quien se vaya a encargar de confeccionar el plantel.

Entre los que tienen una temporada más de contrato hay jugadores importantes como Lucas Díaz, Cedric, Álvaro Bustos y Soko, cuya continuidad es difícil poner en duda. También se comprometió a su llegada a Santander a una temporada más Alberto Villapalos, pero éste se ha quedado lejos de responder a las expectativas y está por ver si le dan una nueva oportunidad como verdiblanco o le dan vía libre para aceptar alguna de las muchas ofertas que seguro tendrá. En el caso de Lars Gerson, el flamante fichaje invernal verdiblanco, el club tiene una cláusula por la cual le puede renovar su contrato al clasificarse para jugar en Primera RFEF, pero a buen seguro que no lo hará. Por lo demás, Iván Crespo, Matic, Óscar Gil, Isma López, Pablo Andrade, Cejudo, Nana, Traver, Riki, Jon Ander y Capanni terminan su vinculación con el club cántabro el próximo treinta de junio. Por lo tanto, hay margen de actuación para que ese a quien se le encargue la confección de la próxima plantilla pueda dejar su marca. En principio, le van a obligar a contar con un buen número de jugadores sub 23 por normativa pero éstos los aportarán todos esos futbolistas de la casa que han dado un paso adelante esta temporada, además de los que están por venir ya sea por estar hoy en el Rayo o por estar cedidos.

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