20.04.2024 |
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La tensión entre jugadores pone fin al trabajo antes de tiempo

Un jugador del Racing durante el entrenamiento.
La tensión entre jugadores pone fin al trabajo antes de tiempo

Esta semana no hay descanso y ayer volvieron a reunirse los jugadores verdiblancos en las instalaciones Nando Yosu para completar un entrenamiento, analizar la colección de errores cometidos el día anterior en el partido contra el Real Unión y preparar el duelo de mañana contra el Portugalete. Fue la típica sesión de trabajo posterior a un partido en la que la plantilla quedó dividida en dos. No duró demasiado y, de hecho, el entrenador la terminó antes de lo pensado porque percibió un grado de tensión entre algunos jugadores que no quiso que fuera a mayores.

Aquellos que habían jugado más de 45 minutos ante el equipo irundarra ni siquiera se dejaron ver por el exterior de las instalaciones. Quienes sí lo hicieron apenas estuvieron una hora realizando calentamiento, unos ejercicios de pase y después un partidillo con las porterías situadas en las frontales de las áreas. Y fue ahí cuando algunos jugadores se reprocharon ciertas cosas y Solabarrieta decidió poner punto y final a la sesión. Teniendo en cuenta que el equipo venía de firmar su tercer estropicio consecutivo y de que a esas horas todo apuntaba a que el técnico iba a ser cesado, se realizaron todo tipo de elucubraciones sobre el precipitado final del entrenamiento.

Tanto es así que Amorrortu tuvo que aclararlo durante su rueda de prensa posterior y tras consultarlo con alguien que, según dijo, no era el entrenador, ya que él no lo vio en directo. «Se paró a falta de tres minutos para terminar por una cuestión no habitual pero que sí se da en algunas situaciones cuando se produce un rifi rafe entre dos jugadores producto del entrenamiento», afirmó. Consideró el entrenador de Ondarroa que debía parar y así lo hizo. El equipo volverá a ejercitarse en la mañana de hoy. Lo hará por última vez antes del encuentro de mañana en Portugalete. Será un partido, aunque suene duro, entre dos equipos que están luchando por la supervivencia. De hecho, si ganan los locales, adelantarán a los cántabros.

La tensión entre jugadores pone fin al trabajo antes de tiempo
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