Al Racing no le queda otra que pasar página y comenzar a preparar y a pensar exclusivamente en el próximo partido. Y ha de encontrar la manera de hacerlo sin que la derrota ante un rival directo en un partido en el que había puestas muchas expectativas pese demasiado en la moral de la tropa. Y es que, los nueve puntos que aún quedan en juego de la primera fase son indispensables para mantener la fe en una posible remontada final y, a su vez, también lo son para pasar a la segunda fase con el pasaporte para la Primera RFEF del próximo curso ya encarrilado aunque sea sin haberse clasificado entre los tres primeros. El próximo en cruzarse en su camino será el Real Unión en Irún y hasta allí podrá ir Aritz Solabarrieta, en principio, con más efectivos de los que tuvo disponibles el pasado domingo.

El entrenador verdiblanco podrá contar tanto con Matic como con Lars Gerson. Al menos, si no sucede ningún contratiempo en los próximos días, ya que también confiaba en haber recuperado a ambos hace dos semanas, pero no pudo ser. Los dos se ejercitaron ayer con plena normalidad. El croata ya había elevado considerablemente la carga de trabajo con el grupo la semana pasada pero no así el luxemburgués. Sin embargo, ayer fue uno más. Completó el entrenamiento sin aparente problema junto a los jugadores que no habían sido titulares contra la Real Sociedad B. A partir de ahora, está por ver si el técnico verdiblanco decide meter a alguno de ellos o incluso a ambos para el encuentro del Stadium Gal.

Hubo varios jugadores que terminaron el encuentro ante el filial donostiarra muy tocados. Destacó, por encima de todos, Pablo Torre, que se tuvo que retirar ayudado por el cuerpo médico. Cayó al suelo derrotado después de una jugada en la que robó el balón en la línea de medios para avanzar con decisión hasta el área, donde no encontró línea de pase alguna y se la acabó jugando él solo. Se vio, de pronto, entre una maraña de defensores que le derribaron y ya no se pudo levantar. Se le había subido el gemelo y, según afirmó Aritz Solabarrieta tras el envite, incluso los isquiotibiales. En definitiva, su cuerpo le había dicho basta después de un enorme esfuerzo por estar tanto tiempo corriendo detrás del balón. 

Obviamente, ayer no entrenó pero no parece que vaya a tener problemas para incorporarse mañana al grupo y poder empezar a mirar al partido de Irún. Más de lo mismo se puede decir con Álvaro Bustos, que se tuvo que retirar con el depósito de gasolina vacío. Quien tampoco se ejercitó ayer con los compañeros fue Jon Ander, que entró en la media hora final del partido. Dio la impresión de haber terminado la contienda sin demasiados problemas pero lo cierto es que ayer no pudo estar con los demás sobre el campo de entrenamiento. Con todo, es otro futbolista cuya disponibilidad en Irún tampoco parece estar puesta en discusión.

De este modo, el único jugador que podría causar baja para jugar en el Stadium Gal podría ser Marco Camus, que sigue recuperándose de su rotura de fibras. Con todo, ya va cumpliendo los plazos y es posible que en los próximos días pueda ir incrementando la carga de trabajo. Resultará complicado que llegar para jugar en Irún pero lo bueno es que, desde el punto de vista de la salud, el equipo verdiblanco va a llegar con la gran mayoría de sus efectivos disponibles. A partir de ahí, queda por ver si Aritz Solabarrieta opta por dar continuidad a ese once reconocible que permitió al Racing levantar la delicada situación clasificatoria que llegó a tener en enero o si busca cosas nuevas. Lo que está claro es que va a tener más alternativas para jugar en el centro de la retaguardia.