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El Diario de Cantabria

Soko quiere coger el tren

Tras dos titularidades consecutivas, es consciente de que está ante su oportunidad de asentarse en el Racing y cree que la está aprovechando |  «Sabía que iba a llegar mi momento», admite  | Destaca la «actitud increíble» del equipo

Patrick Soko, durante el entrenamiento de ayer en La Albericia. / Hardy
Patrick Soko, durante el entrenamiento de ayer en La Albericia. / Hardy
Soko quiere coger el tren

Patrick Soko es uno de los fichajes exóticos realizados por el Racing el pasado verano. Una apuesta de Pedro Menéndez que no resistía el término medio. O salía bien y el asturiano acababa manteado o era un fracaso. No es como los casos de Nana, Villapalos, Cedric o Maynau, que podrán salir mejor o peor pero que llegaron con un aval detrás, con una trayectoria que les respaldaba y que hacía poco probable que alguien se aventurara a decir en verano que alguno de ellos iba a resultar un fracaso. Los fichó el Racing como los habría fichado el noventa (o más) por ciento de los equipos de la categoría, pero al africano no. No le conocía nadie y su biografía resultaba sospechosa. Había salido de su Camerún natal patrocinado por un excompañero suyo para recalar en el fútbol de la República Dominicana. De allí, saltó a México y, un buen día, recibió la llamada del Racing. Quizá algún día explique el secretario técnico cómo llegó a conocer a Soko y cómo se mostró tan seguro de sus posibilidades como para ficharle.

El jugador llegó tarde, tras más de medio año sin competir y con la temporada ya comenzada. No es la mejor manera de iniciar una aventura que, a la fuerza, iba a necesitar un periodo de adaptación. De hecho, hasta la fecha ha mostrado maneras relacionadas con su innata velocidad porque corre lo mismo en América que en Europa, pero da la sensación de que le falta fútbol y, en el fondo, le falta hacer carrera en esta parte del mundo. Y para eso ha llegado al Racing. Como era de esperar, le costó asomar la cabeza, pero ya ha acumulado dos partidos consecutivos como titular.

A Soko le vino fatal la apuesta que tanto Rozada como Aritz Solabarrieta han realizado de manera periódica por jugar sin extremos y con carrileros. Porque el jugador africano no es un jugador polivalente. Es un extremo nato, con capacidad para hincar el cuchillo en cualquier defensa y convertir en una autopista cualquier banda, pero no sirve para ocuparse de todo un carril. Y no porque le falte potencia o velocidad, sino porque le faltan conceptos tácticos. De hecho, si uno se fija en sus aún contadas apariciones, concluirá que siempre lo hace un poco mejor cuando le toca correr frente a los banquillos, donde pueden corregir mejor sus movimientos, que en el lado opuesto del terreno de juego.

Solabarrieta le puso a jugar contra el Real Unión, cuando fue de más a menos porque, tras un par de buenas acciones en el inicio del partido, dio la impresión de haberse quedado asfixiado. El técnico vasco le dio continuidad en La Florida y allí fue de menos a más. De hecho, terminó siendo el gran protagonista de su equipo en el último cuarto de partido porque, con el Portugalete buscando el empate, le quedó mucho espacio para correr y presumir de su endiablada velocidad. Acabó con la lengua fuera y vacío. Era consciente de que no sólo era un partido importante para el equipo, sino también para él mismo, y volvió a casa con la sensación de haber cogido el tren.

«Desde el primer día que llegué me he sentido bien y cómodo aquí, pero también es verdad que no he jugado muchos partidos», recuerda el jugador camerunés. Durante todo ese tiempo que transcurrió entre que se comprometió con el Racing y pudo aterrizar en Santander, había soñado con cómo le irían las cosas y había construido sus propios cuentos de la lechera, pero las cosas no estaban yendo según lo presupuestado. Sin embargo, él tampoco bajó los brazos a la primera ni después de comprobar que no le tenían tanto en cuenta como se podía uno pensar después de que le hubieran ido a buscar hasta tan lejos. Con todo, él siguió «trabajando y esperando esa oportunidad que sabía que iba a llegar porque siempre llega». Con esa fe, tenía claro que «lo único que podía hacer» era seguir preparándose «para aprovechar la oportunidad cuando llegara». Y considera que por fin ha llegado. Suma dos titularidades consecutivas y percibe que puede haber tres después de que el nuevo entrenador haya conseguido por fin sus primera victoria, lo que hará más fácil que haya una continuidad.

«La oportunidad ha llegado en este momento y creo que la estoy aprovechando», apunta Soko. Confía en ir a más y comenzar a romper de verdad como futbolista del Racing durante la segunda vuelta de la primera fase que queda por delante. Entiende que haya necesitado un periodo de adaptación porque desde el primer momento percibió que el fútbol español «es muy diferente» a lo que conocía tanto en África como en América. «Se juega con mucha intensidad, todos entran fuerte y todos corren. Me estoy adaptando a ese ritmo de juego», admite el extremo diestro .

El periodo de adaptación irá más rápido cuanto más juegue. Los entrenamientos se quedan cortos cuando uno tiene ese objetivo de ponerse a la altura de los demás. Lo que es indiscutible es que se trabaja mejor después de una victoria y por eso esta semana está siendo opuesta a la anterior. Soko reconoce que están «muy contentos y tranquilos» tras ganar al Portugalete. Tanto es así, que percibe «un ambiente diferente tras haber ganado un partido complicado y difícil».

con el míster. Las cosas le fueron bien al africano en La Florida tanto en lo personal como en lo colectivo. Admite que en la primera mitad del partido no tocó «mucho la pelota» y mantuvo un tono gris como, en general, lo mantuvo todo el equipo. Con todo, recuerda que intentó «hacer lo que podía» y, entre su aportación, destaca que fue suyo «el último pase a Jon Ander en la jugada del penalti» que terminó resultando decisiva. Por si acaso a alguien le pasó desapercibido el detalle, él lo recuerda. Con todo, cuando verdaderamente puso su firma al partido fue en la recta final del mismo. «En el segundo tiempo me habló el míster y yo también hablé con algunos compañeros diciéndoles que había que hacer algunas cosas», explica. Y esas cosas salieron bien.

Sostiene Soko que Solabarrieta no le está pidiendo cosas diferentes a las que antes le había pedido Rozada u otros entrenadores que había tenido previamente. «Sabe qué jugador soy y, como otros, me dice que tengo que ir al espacio», apunta. Es rompiendo líneas para encontrar las espaldas de las defensas como sale a relucir su mayor virtud como futbolista. Es, de hecho, el único especialista en su puesto que tiene el plantel y por eso se puede asentar ahí siempre que el técnico mantenga el dibujo y él rinda a un nivel aceptable, ya que todavía le falta mucho para que justifique haber ido tan lejos para buscarle.

Estos días predomina el ánimo dentro del vestuario de revertir la situación y de que la primera victoria del 2021 sirva como punto de inflexión hacia tiempos mejores que sirvan para recuperar el terreno perdido. Soko reconoce que, desde un punto de vista personal, lo ha pasado «mal» en las últimas semanas al ver que los resultados eran opuestos a los deseados. «Algunos de mis compañeros también lo han pasado mal porque es difícil perder tres partidos seguidos», añade el jugador camerunés. Con todo, éste precisa que con la victoria de Portugalete están «tranquilos, bien y unidos», que es como mejor se sale de los agujeros. «Si empezamos a ganar, seguro que vamos para arriba. Es cierto que en el partido contra el Real Unión perdimos, pero la actitud que tuvimos puede ser fundamental para mejorar porque no bajamos los brazos en ningún momento», recalca el extremo derecho. Dicha actitud tuvo continuidad en La Florida. Incluso mejoró porque el propio Soko califica de «increíble» el comportamiento del equipo allí.

A pesar de ser un recién llegado, al centrocampista camerunés no le ha sorprendido la presión que conlleva jugar en el Racing, ya que desde un principio ha tenido claro que es «un equipo histórico» donde sabía que había muchas obligaciones. «Tenemos un equipo para ascender y, aunque es cierto que lo estamos pasando mal, no debíamos estar donde estamos ahora», confiesa. Sin embargo, les ha venido así, son cosas propias del fútbol, «a veces se gana y a veces gana el rival», pero lo que deja claro es que, cuando él y sus compañeros entran «a cualquier campo, siempre es para ganar».

Y así lo harán el domingo, cuando visite Los Campos de Sport el Bilbao Athletic que dirige Joseba Etxeberria. Soko es consciente de que el filial rojiblanco tiene «jugadores jóvenes muy buenos» que, además, están completando una buena temporada. Aún así, advierte de que ellos mismos también están «preparados» para dar la cara y conseguir la victoria: «Creo que lo podemos conseguir si sacamos esa actitud de los últimos días y aprovechamos el buen ambiente de estos días en el vestuario». En lo personal, confía en seguir mejorando porque no duda de la filosofía que le acompaña: «Si estoy haciendo las cosas al cien por cien, hay que pasar a hacerlas al ciento cincuenta por cien y después al doscientos. Siempre hay que ir para arriba y nunca para abajo».

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