25.04.2024 |
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RACING VS LUGO

Semana de pasión racinguista

El Racing inicia siete intensos días en los que se medirá a tres rivales directos que están por debajo en la tabla l Su primer rival será esta tarde (16.15) el Lugo, ante quien quiere romper su mala dinámica como local
Sekou y Jorge Pombo, que volverán a jugar juntos esta tarde tras muchas semanas sin poder hacerlo. / RRC
Sekou y Jorge Pombo, que volverán a jugar juntos esta tarde tras muchas semanas sin poder hacerlo. / RRC
Semana de pasión racinguista

A lo largo de la temporada, hay momentos más importantes que otros, momentos que no son como los demás. El Racing entra hoy de lleno a uno de éstos porque afronta una semana que puede resultar vital para su futuro más inmediato o, al menos, para la manera que pueda tener de afrontar la segunda vuelta del campeonato, ya que se mide en siete días a tres equipos que están por debajo de él en la clasificación. Es más, se enfrenta a tres equipos que van a comenzar este eterno puente de festivos en posiciones de descenso. Eso puede suponer una oportunidad para el Racing pero también un peligro. Si no le salen bien las cosas, puede terminar muy tocado porque, para colmo, viene de encajar dos derrotas de manera consecutiva. Cuidado. En cambio, si le van bien se puede ver catapultado en la clasificación. Parece un todo o nada pero, en verdad, no lo es. Sólo es un tramo importante del calendario.

Objetivamente hablando, es cierto aquello de que todos los puntos valen lo mismo, pero en realidad no es verdad. Los que se van a poner en juego hoy contra el Lugo, el próximo jueves contra el Ibiza y dentro de siete días contra el Mirandés valen más. Es cierto que si gana el Racing seguirá sumando tres pero, a su vez, dejará de sumarlos un rival directo. Teniendo en cuenta la ventaja con la que parte el conjunto cántabro respecto a estos equipos, el salto puede ser importante. Da la sensación de que el conjunto cántabro tiene en su mano comerse el turrón con una buena distancia respecto al pozo clasificatorio. Y las oportunidades hay que aprovecharlas.

El Racing ha demostrado en lo que se lleva desarrollado de campeonato su capacidad de competir ante los grandes de la categoría. Miró a los ojos al Alavés, al Eibar, al Sporting, al Huesca o a Las Palmas. Supo dañarles y conseguir que se sintieran incómodos, pero ahora toca conseguir lo mismo con los de abajo. Y no es lo mismo. Se requieren otras cosas que, a priori, le cuestan más al conjunto cántabro. Ya no se va a topar el equipo verdiblanco con contrarios que van a quedarse sin problemas con la posesión y que van a intentar dominar el partido a partir de ella, sino que igual le toca al equipo de Fernández Romo ejercer ese rol. Y eso le cuesta. Ya le tocó contra el Burgos y no fue capaz de conseguir sacar partido de ese reparto de papeles que dio el partido.

Lo cierto es que, independientemente de quién esté delante, al Racing le cuesta ganar en casa. Sólo lo ha hecho una vez hasta la fecha porque sólo ha marcado tres goles. Pobre bagaje. Así no se va demasiado lejos. Más allá de sentirse fuerte y arropado atrás, el conjunto cántabro precisa sentirse peligroso arriba. Sabe armar rápidos y verticales ataques tras robo pero es posible que hoy, ante un Lugo que quiere resolver los problemas clasificatorios en los que anda enfrascado, le toque construirlos desde el inicio de la historia. Es ahí cuando se ve atrapado en sus propios problemas, cuando le cuesta avanzar líneas ante una bien levantada retaguardia. Hace falta imaginación y talento pero también el atrevimiento que da la confianza.

Hoy seguirá sin estar Juergen por lesión y tampoco Fausto Tienza y Aldasoro, el doble pivote que jugó en Albacete, por sanción. Los dos terminaron expulsados. Volverá Íñigo, que vio la cartulina roja siete días antes, en la última aparición del Racing en Los Campos de Sport. El capitán, por lo tanto, no tiene un especialista junto al que jugar pero Fernández Romo ya le ha buscado una pareja de baile. Será Arturo Molina. Es una alternativa que ya había utilizado antes pero siempre en segundas partes, cuando había una necesidad de remontar o de buscar el gol. Y lo cierto es que al equipo no le fue mal. Hoy el invento será de inicio y eso suele cambiar las cosas.

En principio, con Molina debería ganar el centro del campo en fluidez con la pelota, en capacidad para mirar e incluso llegar arriba. Jorge Pombo debería encontrar un socio más directo para encontrar la pelota y dar a la misma otro ritmo. Podría ser un buen movimiento. Es cierto que, en principio, no tendrá la capacidad de abarcar terreno de juego ni de contención que sí tiene Tienza, pero el murciano siempre ha dado mucho trabajo. Por ahí no debería haber problema. El problema suele ser más con balón que sin balón.

El Lugo está en problemas. Comenzó bien, con dos victorias y un empate en las cuatro primeras jornadas y, por lo tanto, comenzando la temporada con siete puntos de ventaja respecto al Racing. Hoy tiene tres menos porque, desde entonces, ha conseguido un solo triunfo. Es por eso que decidió destituir al entrenador con el que salió a pelear. Fue Hernán Pérez quien pagó la dura derrota por cuatro a cero en Andorra y el club no eligió a un viejo sabio para intentar corregir su trayectoria, sino que apostó por un joven entrenador que estaba al frente de un equipo de Segunda Federación. Es decir, dos categorías por debajo. Fue una decisión valiente que, de partida, no comenzó mal. Se estrenó Fran Justo el pasado fin de semana recibiendo al Levante y su equipo comenzó ganando y el equipo valenciano, que iba como un tiro, sólo fue capaz de sacar un punto desde el punto de penalti. El conjunto lucense dio muestras de solvencia pero, sobre todo, de mayor sobriedad atrás.

La de hoy será la primera visita del nuevo entrenador y eso complica la preparación del encuentro. Casi es mejor conocer su trayectoria en otros equipos o saber qué venía haciendo en el Arenteiro que sacar demasiadas conclusiones de lo que hizo en su estreno liguero. Entonces jugó con un 4-1-4-1 pero Fernández Romo, que le conoce, sabe que a menudo juega con tres centrales, por lo que es algo que no descarta. Lo que debe tener claro Justo es que la reacción de los suyos ha de llegar desde atrás, ya que era el Lugo venía siendo uno de los equipos que más goles encajaba. Y es algo con lo que quiere acabar.

Por eso es fácil prever esta tarde en Los Campos de Sport, a una hora un tanto extraña (16.15 h.), que el bando gallego se va a presentar con líneas muy juntas y con intención de que pasen pocas cosas en su área. Esto quiere decir que es probable que sea el Racing quien deba llevar la iniciativa y, a partir de ahí, construir con paciencia pero también con verdadera capacidad de hacer daño. Es ahí donde se localiza el problema del conjunto cántabro hasta la fecha. Porque quiere ganar. Partidos como hoy los ha de ganar si de verdad quiere quedarse en la categoría. Y para ganar no hay que encajar, pero también hay que marcar. Hay que derribar la muralla que debe haber levantada en El Sardinero para que a su equipo le esté costando tanto ganar allí.

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