A Jon Ander le cogió el parón en pleno despegue, después de completar unos minutos contra el Alavés B que raro habría sido que no le hubieran valido para ser titular el fin de semana siguiente. La tendencia parecía ser similar a la que había llevado ese mismo día al once inicial a Balboa, que también había aprovechado al máximo, también con gol incluido, la media hora que tuvo en Lezama para estar entre los elegidos ocho días después en Los Campos de Sport contra el filial alavesista. Sin embargo, el delantero alavés no contó con otro partido a la semana siguiente, sino con un parón de veinte días. Cuando Rozada se siente a pensar a qué jugadores escoge para intentar llevarse todo el botín de San Lorenzo, si es que no lo ha hecho ya, todo lo que hizo Jon Ander aquel primer día de noviembre quedará muy lejos. Habrá otros factores encima de la mesa. Y eso le puede beneficiar o no.

Lo que es incuestionable también es que el parón ha tenido su parte positiva para el jugador vasco, ya que la semana pasada tuvo que estar ejercitándose en solitario al haberse tenido que retirar del entrenamiento del mismo día que el Racing tenía que haber jugado contra el Leioa. Lo bueno es que toda molestia ya ha quedado atrás y que desde el pasado lunes ya le ha enviado el mensaje a Rozada de que puede contar con él para lo que quiera. Está listo y dispuesto. Y con más hambre de lo habitual para jugar porque quiere confirmar lo enseñado en su última aparición y porque, en definitiva, la espera ha sido eterna.

«Se ha hecho muy largo», reconoce el ariete vitoriano cuando le preguntan sobre esa segunda parte de la pretemporada que han tenido que afrontar durante lo que llevamos de mes de noviembre. A este parón hay que sumar que los jugadores que estaban en el proyecto desde el principio ya realizaron «una pretemporada especialmente larga» y que, por lo tanto, tenían «más ganas de jugar» de lo habitual. Pero esas tres primeras jornadas les supieron a poco porque en seguida vieron la señal de stop. Hubo que apagar el motor para volverlo a arrancar estos días. «Éramos conscientes de que había una jornada en la que te tocaba descansar por ser impares y ya te haces a la idea de eso, pero después se sumó lo del Leioa y juntar dos semanas se ha hecho largo, pero bueno, ya se ha acabado y otra vez volvemos a lo bueno», explica Jon Ander. A ver cuánto dura.

Acepta el nueve verdiblanco que estos días sin competiciones les han servido para recuperar a jugadores como Camus y Bustos o también a él mismo, que, como cuenta, sufró una «molestia en el tendón», por lo que, desde ese punto de vista, les vino «bien el parón». Y no sólo eso, sino que también intuye que le ha venido bien al entrenador «para trabajar los diferentes aspectos que quizá con partidos una semana tras otra era complicado trabajar».

Igualar intensidad. La vuelta a la realidad de la competición será a lo grande, con un partido entre vecinos contra el Laredo. Eso siempre exige un poco más porque, como recuerda el propio Jon Ander, «un derbi siempre es diferente por mucho que no haya público». «Ya sabemos lo que son», recalca. Y también lo que exigen, como «disputar cada balón como si fuera el último» De esta manera, vaticina un encuentro «complicado» ante un rival que les va a poner «las cosas difíciles». Es difícil adivinar por qué dirección transcurrirá el encuentro pero sí tiene claro el delantero verdiblanco que «como mínimo, habrá que igualar en intensidad con ellos para poder ganar el partido».

Su buena actuación contra el Alavés B le permitió adquirir más boletos para el sorteo que repartirá puestos en el once de ese siempre apetecible derbi contra el Laredo. Sin embargo, la decisión final no es cosa suya, sino de Javi Rozada. Él, de partida, pone lo único que depende de él y asegura que trabaja «para que sea así». Lo que tiene claro es que, independientemente de que juegue «noventa, sesenta o treinta minutos», él está dispuesto a dar «lo mejor» de sí mismo para, por lo menos, seguir en esa carrera por la titularidad.

Lo que parece claro, más allá del dibujo por el que termine apostando Javi Rozada, es que habrá dos delanteros en punta. Y eso a Jon Ander le parece bien porque afirma encontrarse «mucho mejor con otro delantero al lado». «Si el entrenador cree que es la mejor opción... Yo me encuentro mucho más a gusto con otro al lado», insiste. Además, está funcionando porque recuerda que el equipo ya estuvo bien en Lezama y mejor aún contra el Alavés B. «Si las cosas salen bien, pues a seguir», resume.

Al Laredo le conoce porque ya se enfrentó a él en pretemporada y porque lo vio por televisión en el partido que jugó en Amorebieta, equipo desde el que llegó al Racing hace más de dos años. Intuye Jon Ander que el Charles «puede notar las ausencias de Saúl y de Goñi». De este último, recuerda que estuvo «muy bien» en Urritxe ganando «todos esos balones frontales que le llegaron». La percepción que tiene es la de que el equipo pilotado por Manu Calleja «encaja perfectamente en este grupo» y va a resultar «muy competitivo» en todo momento.

El paso previo a la disputa de la contienda fueron los tests de antígenos a los que se sometieron los jugadores en la mañana de ayer. Todos fueron negativos y, en opinión del nueve verdiblanco, fue «un respiro» teniendo en cuenta «cómo están las cosas» en cuanto a la crisis sanitaria se refiere. «En Cantabria también están creciendo los casos y siempre tienes esa duda porque, por mucho que te cuides, lleves mascarilla y demás, puedes caer», recuerda. En su caso, en el primer test que le hicieron antes de retomar la competición el curso pasado, le comunicaron que ya había pasado la enfermedad, lo que no le libra de repetir. Corren tiempos complicados para todos.