Rozada se marchó satisfecho con el empate tras haber jugado con diez todo el segundo tiempo. En su opinión, había sido «un partido competido como no podía ser de otra manera contra un equipo en una dinámica buenísima y con mucha hambre por su juventud». Lo mejor fue que también percibió el carácter que tanto echaba de menos en su equipo. Al menos, durante el segundo tiempo, cuando los suyos «demostraron lo que hay que tener al margen de lo futbolístico». Y es que, considera que el Racing «demostró el compromiso y la intensidad que precisa para que después pueda aparecer el talento».

Felicitó a los suyos por el buen grado de concentración y de intensidad con el que habían aparecido los suyos tras la reanudación porque tiene claro que son esos ingredientes los que permitirán al equipo «conseguir sus objetivos». No se estaban viendo hasta ahora y precisamente por eso se presentó el Racing en la preocupante situación que había arrastrado de Leioa y Mutilva. «Hemos jugado con diez y hemos tenido cuatro claras para habernos llevado el partido», resumió el entrenador ovetense.

Recordó Rozada que tienen pendientes «dos partidos aplazados» que le pueden permitir liderar la clasificación. Y eso es importante, pero, sobre todo, lo es su percepción de que «el equipo quiere» y que el grupo «está muy comprometido». «Los jugadores son responsables, saben que representan a un club que mueve mucha masa social y eso puede generar un bloqueo cuando se ve que las cosas no salen», explicó el entrenador verdiblanco justificando así la nula reacción a los golpes recibidos en los dos anteriores partidos.

Preguntado sobre qué había dicho a sus futbolistas para que mostraran en la reanudación una imagen tan diferente, respondió que simplemente les transmitió que iban a pasar a jugar 3-4-2 con Cejudo cerca de Siverio. «Fueron dos o tres cosas tácticas, pero, sobre todo, el tema emocional, ya que cuanto más difícil lo tienes, es cuando más ha de salir el orgullo de un equipo», resumió. «Este punto hay que hacerlo bueno ganando en Zubieta, cuando ya nos mediremos a un equipo con una dinámica diferente que viene de estar tiempo sin ganar y que puede ser un buen partido para imponernos y ponernos ya líderes o colíderes», subrayó.

No cree que el empate de ayer le permita salir reforzado porque, de hecho, entiende que no hay que focalizarlo todo en su persona. Sostuvo que él se siente «con fuerza» porque ve al equipo «responsable». «Si no lo viera así, yo me echaba a un lado porque todo lo demás sería pan para hoy y hambre para mañana», apuntó. Lo que sí llamó fue a tener «paciencia» porque es con ella con la que se logran los objetivos. Y a partir de ahí, soltó una frase de la que quizá se arrepienta algún día: «Entiendo a la afición, que está acostumbrada a lo máximo porque, por ejemplo, hace unos días se cumplieron unos pocos años de que se midiera al City. Es verdad que la gente estaba acostumbrada a otra cosa porque este club es más grande que el Oviedo, por lo que cuesta ver al Racing en Segunda B».

Explicó que había apostado por no hacer cambios porque cuando un equipo necesita remontar y además está con diez, «lo mejor es no molestar». Veía al equipo «muy bien». Sólo cambió a Siverio porque ya le veía «un poco tocado», lo que hacía que llegara «tarde» a las acciones y eso podría hacer, al final, que el equipo se echara para atrás. Además, entendía que no era sencillo saltar a jugar a Gobela, con el ritmo al que se estaba jugando, saliendo desde el banquillo, por lo que apostó por mover ficha lo menos posible.

Sobre Cejudo, aseguró estar «muy contento» con él. Reconoció que cuando llegó al Racing tenía «la imagen fija de él en Osasuna, cuando los reventaba a todos jugando por la derecha», pero considera que su actual situación es «complicada» al haber anunciado, además, que se retiraba. «A veces no es fácil gestionar eso para un entrenador, pero está claro que él ha demostrado que quiere. El otro día contra el Leioa, cuando salió, mostró mucho compromiso y hoy (por ayer) jugó todo el partido porque en cualquier opción de segunda jugada podía crear problemas», explicó. Admitió que había generado «muchísimas situaciones» aunque lo hizo cuando le colocó en la media punta. Afirmó que le había puesto en la banda «para dar amplitud y para que, a partir de ahí, se metiera hacia zonas interiores, más cerca de Balboa y de Siverio». Sin embargo, ahí apenas brilló.