Hoy puede ser un buen día, un gran día de fútbol y pasión porque hay partido gordo en El Sardinero. El Racing recibe al Sporting, un duelo ya de por sí atractivo pero que gana aún más poder de atracción teniendo en cuenta la necesidad con la que afrontarán ambos conjuntos el partido y del gran ambiente que se espera durante todo el día en las calles de Santander y a partir de las seis y media en el coliseo verdiblanco. Es fácil que acudan alrededor de 20.000 personas y que más de tres mil lleguen desde la comunidad vecina, por lo que el encuentro parece tener todos los ingredientes necesarios para disfrutar de una buena tarde y, quien pueda y se lo pueda permitir, de un gran día al completo que comience a primera hora de la mañana. El fútbol es mucho más de lo que sucede en un terreno de juego durante noventa minutos.

El aliciente más importante que tiene el envite previsto para hoy (18.30 h.) en Los Campos de Sport es la necesidad que ambos contendientes llevarán sobre su espalda. La del Racing es evidente porque, aunque viene de conseguir meritorios resultados en dos plazas complicadas como Cartagena y Las Palmas, su racha anterior fue tan nefasta que está sumido en el pozo. Recibirá al Sporting en posiciones de descenso y con una situación clasificatoria que da la sensación de que se puede romper en cualquier momento, de que los que están abajo se pueden quedar cortados y eso es muy peligroso. Hay que coger rueda cuanto antes y los jugadores verdiblancos lo saben.

El Sporting no está mejor teniendo en cuenta que el objetivo con el que inició el año es bien diferente al que partió su rival de hoy. El conjunto asturiano arrancó su propia historia con intención de pelear por el ascenso y ahora mismo está fuera de juego, en una situación intermedia en la que parece que ha de elegir si mirar hacia arriba o hacia abajo. Tan delicada es su situación que si hoy pierde en El Sardinero se quedará con sólo tres puntos de ventaja respecto al Racing. Eso obligaría a encender todas las alarmas y quizá comenzaría a cuestionarse la situación de Abelardo como entrenador. Perder hoy en Santander, en definitiva, supondría graves problemas para el equipo rojiblanco, por lo que está obligado a ganar.

En la necesidad está la mayor virtud de un partido que puede resultar dramático para quien salga con los pies por delante. Habrá, por lo tanto, una tensión propia de una final a la que pondrá banda sonora un graderío prácticamente al completo y con una notable representación de la hinchada visitante, lo que ayuda a generar un aún mejor ambiente de fútbol. Además, los seguidores locales no ven a su equipo desde hace más de un mes y tienen ganas. El Racing despidió el año con preocupantes actuaciones contra el Lugo y el Mirandés y entiende que ha llegado el momento de resarcirse, de lavar su imagen. Hay mucho que frotar porque sólo pudo brindar una victoria en casa a su público en toda la primera vuelta. Es momento de cambiar eso.

He ahí, quizá, el gran objetivo del conjunto cántabro para la segunda mitad del campeonato. Es, de largo, el peor anfitrión de toda la categoría y es algo que no se puede permitir un equipo con aspiraciones de permanencia y que, además, habitualmente presume de hinchada, de historia y de estadio. A ello intentará ayudar el nuevo entrenador, que se estrena en Los Campos de Sport en el banquillo local después de haber dirigido al equipo en Cartagena, Linares y Las Palmas. Está con ganas de demostrar a la afición cántabra que el cambio es de verdad y que ha llegado para confirmar que la plantilla que tiene entre manos puede dar mucho más.

Delante tendrá a un rival duro y bien diferente a lo que se ha encontrado previamente, ya que el Cartagena y Las Palmas son dos de los equipos más peloteros del campeonato. El Sporting no lo es tanto. De hecho, practica un fútbol mucho más vertical, de mucha intensidad y mucha presión. El Racing ya le sorprendió en El Molinón, donde, para colmo, logró sus primeros puntos de la temporada tras acumular cuatro derrotas consecutivas. Quizá por eso puede haber un cierto ánimo de revancha en el vestuario rojiblanco, pero en verdad es la necesidad de ambos contendientes el sentimiento que predominará en el césped.

El nuevo Racing llega con más gente al ataque, apuesta por laterales largos y quiere que tener el balón sirva para algo, que su equipo tenga capacidad de generar peligro con la posesión en su poder, algo que le venía costando horrores. En Cartagena no lo pudo demostrar apenas porque en seguida se puso 0-2 y, a partir de ahí, lo normal es que sea el rival quien más muestre la cara. En Las Palmas es siempre complicado por la facilidad de su equipo de someter con el balón a su oponente. De este modo, el Racing se pasó más tiempo sin él que con él. Aún así, en ambos encuentros ha habido chispazos que ya dieron algunas pistas de lo que quiere levantar José Alberto, para quien hoy será un día especial no sólo por debutar en El Sardinero como entrenador verdiblanco, sino también porque se enfrenta a un Sporting que, en definitiva, se lo dio todo.

EL BALÓN. Ante un rival con menos intención de acaparar posesión y jugando en casa, es probable que por fin se vea al Racing intentando elaborar desde atrás de verdad. Además, durante la semana se ha visto cómo el conjunto cántabro trabajaba la manera de enviar la pelota en largo lo menos posible sabiendo que el Sporting cuenta con una gran y contundente artillería en el medio campo, una colección de jugadores ganadores de duelos ante los que es difícil imponerse por ahí. Por eso es mejor ir superando líneas por bajo.

José Alberto no podrá repetir la alineación por la que apostó en Las Palmas porque Sekou se ha vuelto a lesionar. Probablemente, se pierda un mínimo de tres partidos, por lo que le queda Matheus para jugar de inicio a la espera de la reaparición de Cedric y de posibles fichajes invernales. El equipo necesita que los delanteros vean puerta y, aunque el brasileño ha demostrado ser un buen rematador, todavía no ha confirmado ser un goleador porque sólo suma uno. En Las Palmas dio al larguero. No es su primer disparo a la madera, por lo que falta ajustar la mira telescópica para aprovechar algunas de las situaciones que generen sus compañeros. Últimamente se está llegando más por banda, Mboula parece fortalecido y la presencia de Saúl por la izquierda le está dando mucho también por ese costado al conjunto cántabro. Quienes están en el área han de jugar con babero.

El entrenador pierde a la referencia ofensiva por la que apostó la semana pasada pero recupera para jugar de inicio a Iñigo Vicente. Por lo tanto, a Yeray, a quien ha adoptado José Alberto, le tocará esperar en el banquillo. El de Derio está en un gran momento y toca aprovecharlo. A buen seguro que en la agenda del entrenador estaba poder contar hoy un poco más con Juergen e incluso poder alinearle de titular, pero, salvo sorpresa, no podrá hacerlo por mucho que le haya incluido en la convocatoria. El colombiano se ha perdido los últimos tres entrenamientos de la semana y, en principio, no estará para gran cosa.

El Sporting llegará con 23 jugadores entre los que destacan, respecto a las últimas citas, los regresos de Cristian Rivera, ‘Cali’ Izquierdoz y Gio Zarfino, que es una pieza clave para Abelardo. El sancionado Djurdjevic y el lesionado Cote se han quedado fuera. Quien ha entrado finalmente, tras arrastrar problemas musculares, es Aitor García, uno de esos puñales que tiene el equipo rojiblanco por banda y a los que tendrá que tener especial cuidado hoy. El otro es Juan Otero. Hoy se pondrá a prueba la apuesta por dos laterales valientes pero, en definitiva, será El Sardinero al completo quien examine por fin en vivo y en directo la nueva apuesta que ha traído consigo José Alberto.