17.05.2024 |
El tiempo

Racing de Santander. Un perjuicio de casi medio millón

No disfrutar del playoff en Los Campos de Sport deja al Racing y al resto de clubes que se clasifiquen sin una fuente de ingresos fundamental | Un partido que roce el lleno en El Sardinero supone más de 400.000 euros de taquilla

La última vez que se llenó El Sardinero fue en el partido de playoff ante el Atlético Baleares. / Hardy
La última vez que se llenó El Sardinero fue en el partido de playoff ante el Atlético Baleares. / Hardy
Racing de Santander. Un perjuicio de casi medio millón

Jugar en la categoría de bronce ha sido un castigo para el Racing a lo largo de su historia. Ha sido una rareza por mucho que últimamente se haya convertido en lo más habitual. Lo bueno era que, si las cosas iban medianamente bien, pasarse todo un año en el barro tenía una recompensa, que era disputar el playoff de ascenso, que suponía la oportunidad de disfrutar de partidos espaciales, de los que encienden al máximo la llama del racinguismo durante varias semanas y de los que se toman como lo que son: auténticas finales. Siempre se han disputado a ida y vuelta, por lo que permitía disfrutar de un siempre recordado desplazamiento para quien se lanzara a viajar y, sobre todo, de un encuentro en casa que hacía saltar todo por los aires. Es cierto que las últimas veces que se han llenado Los Campos de Sport no le ha ido bien al conjunto cántabro, pero vivirlo ha sido siempre una gozada. Lo malo es que la Federación Española ha terminado con todo eso sin que los clubes hayan hecho mucho ruido al respecto.

Desde el pasado año, se acabó con ese formato de playoff y se pasó a jugar todas las eliminatorias del mismo a partido único y en un campo teóricamente neutral. Esto último es una trampa porque, por ejemplo, el pasado curso se disputó la fase en tierras extremeñas y uno de los partidos decisivos se celebró en Badajoz con el equipo local jugándoselo todo. De pronto, hubo un equipo al que se le dio ventaja.

En un principio, los clubes pasaron por el aro en el 2020 por la situación pandémica y como mejor manera de salvar el curso y acelerar el proceso que pusiera punto y final a la temporada de la mejor manera posible, pero poco a poco se va volviendo a la normalidad y las cosas siguen igual. La Federación vio una puerta abierta, la ha cruzado y se ha llevado la llave. Ha dejado al aficionado sin lo mejor de la categoría, a los clubes sin la posibilidad de alimentar el sentimiento de sus colores más allá de sus fieles y, además, sin una fuente de ingresos capaz de arreglar varios presupuestos.

Uno de los más perjudicados es el Racing. Es uno de los históricos que se ha pasado la última década en la tercera división del fútbol español. Como tal, cuenta con una importante masa de aficionados detrás y con un campo que da cobijo a algo más de 20.000 seguidores. Éste prácticamente se ha llenado las últimas veces que ha acogido un partido de playoff. Era toda una fiesta de la que la Federación le ha privado al menos durante unos cuantos años. Como los abonos no suelen incluir el playoff ni en el Racing ni en ninguna otra entidad, todos los aficionados tienen que pasar por taquilla y se generan unos importantes ingresos fundamentales para tapar los agujeros que se crean en esta categoría por el simple hecho de participar.

La última vez que El Sardinero acogió un partido de playoff fue en la ida de la eliminatoria decisiva por el ascenso contra el Atlético Baleares. Redondeando, por aquel entonces tenía el Racing diez mil abonados, los cuales sólo debían pagar la mitad del precio estipulado para vivir el encuentro, que contó con más de 21.000 seguidores en el graderío. Los que no tenían carné debían pagar entre veinte y cincuenta euros y los que sí lo tenían entre 10 y 25. Realizando un promedio y teniendo en cuenta que incluso había más de los primeros que de los segundos, es fácil concluir que los ingresos del club santanderino aquel día, sólo por la taquilla, superaron los 400.000 euros.

Es una cantidad incluso superior a la que recibirá de la Federación este año en concepto de derechos televisivos, márketing o ayudas directas. Y se ha quedado sin ella. Tanto es así, que en la reunión mantenida el pasado martes, Luis Rubiales incluso precisó, a pregunta de uno de los presentes, que los equipos que se clasifiquen para disputar la fase de ascenso no recibirán más dinero por conseguir dicho logro. Por ser protagonistas, en definitiva, de los envites que, en principio, más audiencia y seguimiento tendrán. Ni siquiera se les contabilizarán en forma de puntos extra a la hora de hacerse con otro pequeño trozo del pastel a repartir. «El premio es estar ya en el playoff», llegó a decir el presidente de la Federación para cortar el tema por lo sano y huir del tema.

Lo cierto es que da la sensación de que los clubes han pasado por el aro de esta cuestión sin hacer mucho ruido. Y es fácil entenderlo teniendo en cuenta cómo trató Rubiales el pasado martes al presidente del Linares, que fue el único que puso en cuestión buena parte de lo que aquel planteó. El dirigente andaluz reconoció que con la Primera RFEF se aumentaban los ingresos fijos (el playoff no lo es) pero más aún aumentaban los gastos. Es algo que puede ratificar cualquier club, pero recibió un auténtico rapapolvo. «Algunos clubes estáis tensando la cuerda demasiado. Vamos a poner en valor lo que tenemos y lo que había antes. Vais a crear un estrés tremendo con ese discurso peligroso. Estamos ayudando más de lo que hacemos, nos estamos volcando con los clubes y lo que damos no lo tiene ninguna tercera categoría del mundo», respondió Rubiales. Quedó claro que quien no comulgara con él, lo único que hacía, en su opinión, era estorbar.

El Racing no es de los valientes que ha alzado la voz por mucho que sepa que es de los máximos perjudicados de que el playoff se aleje de los aficionados. De hecho, forma parte de la Comisión de Primera RFEF y los representantes que envió el pasado martes, que fueron Víctor Diego y Víctor Alonso, siguieron la reunión sin llamar la atención. Con todo, el primero de ellos sí había mostrado ya su desacuerdo y, por consiguiente, también el del club, sobre este nuevo formato de playoff que priva al equipo santanderino del apoyo de su gran masa de aficionados y de una importante fuente de ingresos por taquillas.

«Intransigentes». Lo hizo, en concreto, cuando se presentó la campaña de abonos. «Nos perjudica bastante», reconoció. Y explicó que la Federación ni siquiera había dado pie al debate. Que había tomado esa decisión sin consultar a nadie y que había que comérsela así. «Hemos intentado mover esto para que no sea así, pero se han mostrado intransigentes», afirmó el director de Relaciones Institucionales del Racing. Descubrió éste que el objetivo que vendía el ente federativo era ganar en igualdad para que no haya un equipo que tiene 20.000 personas apoyándole en la grada y otro que tiene 2.000. Habrá quien se crea que es eso lo que les mueve y otros que no. Si fuera a sí, habrían hecho lo posible para que un Badajoz - Amorebieta decisivo no se hubiera celebrado en el campo del primero, capital de provincia y con una masa de seguidores mucho mayor que la del segundo.

Con todo, Víctor Diego fue positivo al respecto porque entendía que el tiempo iba a ir en contra de esa ocurrencia de la Federación que, por otro lado, le permitirá conseguir dinero de la comunidad, la provincia o la ciudad que acoja la fase de ascenso. Entendía el dirigente verdiblanco que si se enfrentan en el playoff «dos equipos medianos que habitualmente llevan dos mil o tres mil personas al campo, no van a llevar diez mil a un lugar que esté a cientos de kilómetros por mucho que sea el playoff». Eso hará, en definitiva, que «la grada tenga un aspecto que parecerá vacío». Y eso, en teoría, no le beneficia a nadie. «Creemos que hay que dar la posibilidad de que toda tu afición pueda disfrutar del playoff y no sólo los que se puedan trasladar», concluyó aquel día Diego. Con el actual formato, sólo unos pocos privilegiados podrán hacerlo.

Racing de Santander. Un perjuicio de casi medio millón
Comentarios