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El Diario de Cantabria

Racing de Santander. La pareja de moda

La conexión Cedric - Pablo Torre desatascó el partido del domingo | «Que Pablo esté en el campo es una alegría para todos, especialmente para mí como delantero que soy, ya que me puedo aprovechar de su visión de juego», asegura el delantero


Cedric y Pablo Torre. / Hardy
Cedric y Pablo Torre. / Hardy
Racing de Santander. La pareja de moda

Guillermo Fernández Romo se ha pasado el verano buscando asociaciones, emparejando a diferentes futbolistas para ver cómo casan y si forman una buena pareja. Hay dos que ya sabían que sí lo eran, que se entienden bien, que hablan el mismo idioma y que tienen los mismos gustos. Son Pablo Torre y Cedric. Uno hace mejor al otro y el otro hace mejor al uno. El pasador necesita tener un rematador que meta el balón adentro para que sus pases se conviertan en asistencias y luzcan más y el delantero necesita sumar muchos goles para dormir a gusto y jugar con más confianza. El trabajo del ‘nueve’ se retroalimenta porque cuantos más tantos celebre mejor futbolista va a ser. Y Cedric ya lleva uno, el que desequilibró el pasado domingo un partido que iba encaminado a la nada. Y el pase, cómo no, se lo dio Pablo Torre. Son, a día de hoy, la pareja de moda.

El canterano fue duda hasta última hora porque sólo ocho días antes se había hecho un esguince que, en condiciones normales, le habría llevado diez días de recuperación. Una semana después, en cambio, estaba jugando. Su evolución fue buena, todavía es tremendamente joven y su cuerpo recupera rápido. Fernández Romo no le quiso descartar a pesar de no tener buenas sensaciones del todo en el entrenamiento del viernes y lo terminó convocando. Si las cosas hubieran ido bien, el de Soto de la Marina se habría quedado en el banquillo reservándose, pero como no fueron bien, el técnico preguntó a su media punta si estaba para jugar. Y a los 18 años se dice que sí a todo.

El partido de Cedric no estaba siendo bueno del todo. No había rematado ni una sola vez a portería y eso mina la moral de cualquier delantero enchufado, que es como ha llegado él al campeonato. No contar con un pasador detrás de él, alguien que le enviara balones al espacio, le hizo tener que retrasar su propia posición. Y ahí deja de ser un jugador determinante para ser sólo uno más. Sergio Marcos y Fausto Tienza jugaban demasiados metros por detrás y los extremos, ambos de la vieja escuela, estaban bien pegados a la banda. Por eso hubo un hueco que se encargó de llenar el goleador verdiblanco. Lo intentó durante esa primera hora en la que se sintió desasistido, pero cuando apareció su pareja de baile, comenzó a sonar la música.

«Ya sabemos cómo es Pablo y la calidad que tiene», recordó Cedric una vez terminado el encuentro, con la sonrisa que dan los goles y la satisfacción que aporta la victoria. «Nos entendemos muy bien desde el año pasado y el hecho de que él esté en el campo es una alegría para todos, especialmente para mí como delantero que soy, ya que me puedo aprovechar de su visión de juego», añadió el goleador de origen africano. No tiene reparos en regalar flores a su compañero porque, por otro lado, es evidente todo lo que aporta. Lo sabe ya hasta Fernández Romo, ya que el Racing ya demostró durante la pretemporada ser uno con Pablo Torre en el campo y otro sin él. Este último gusta menos, tiene menos fútbol de medio campo para adelante, le cuesta más sacar el balón y conecta menos con los de arriba. El juego es más pastoso sin él.

Reconoció Cedric ser un delantero al que le gusta «ir al espacio», pero también dijo sentirse cómodo «en la faceta de ir a recibir», que es lo que le tocó el domingo en la primera hora de partido. En lugar de Pablo Torre, el entrenador colocó supuestamente por detrás de él a Manu Justo, pero éste dejó claro que es un delantero. En cuanto cogía el balón, miraba a portería con descaro, por lo que terminó con un balón al palo y varios disparos a puerta. El equipo pasa a dibujar más un 4-4-2 que el habitual 4-2-3-1 por el que parece haber apostado Fernández Romo. Y eso tiene sus ventajas y sus desventajas.

El goleador verdiblanco es consciente de que, con Pablo Torre detrás, «no hace falta bajar a recibir» porque él mismo ayuda a trasladar el balón de campo propio al contrario. «Y yo me aprovecho de ello», confesó Cedric. Es como está más a gusto aunque reconoció que contra el Tudelano tuvo que poner en práctica las «dos versiones». «Al principio, tuve que jugar más de espaldas y bajar a recibir porque con Manu (Justo) podemos actuar cualquiera de los dos como referencia mientras que con Pablo me quedo con el último defensor», explicó el ariete verdiblanco. Éste, que ya completó todo el curso pasado junto al canterano, le conoce bien y sabe que será capaz de «superar en uno contra uno al medio centro defensivo porque tiene habilidad para salir de ahí y, a partir de ese momento, se puede aprovechar el de arriba». Con Pablo Torre pasan cosas y eso es fundamental para un equipo al que a menudo le van a conceder el balón.

Recalcó Cedric que, a lo largo de la semana y cuando ya intuían que Pablo Torre no podría jugar, ni él ni sus compañeros sabían quién se iba a colocar en su habitual posición. Y eso también le impedía tener claro qué rol iba a desempeñar, ya que éste es «diferente» cuando juega el de Soto de la Marina que cuando no lo hace. «Si no jugaba él, tenía la mentalidad de saber que tenía que venir a recibirlas y jugar a veces en posiciones más retrasadas pero, si era necesario, también estaba dispuesto a ir al espacio para ayudar al equipo en la salida de balón, ya que no estaba ese jugador de tres cuartos por no estar Pablo», abundó el delantero verdiblanco. El domingo tocó jugar así pero el siguiente a buen seguro que será «diferente» porque, si todo sale bien, el canterano podrá jugar de inicio el sábado en Las Gaunas.

con fe. Lo cierto es que el inicio de campeonato está siendo bien diferente al del curso pasado, cuando Cedric llegó al estreno sin haber realizado una pretemporada en condiciones y recién salido de una lesión. En este caso, entiende que «el trabajo» realizado desde el doce de julio, que fue cuando se inició la nueva aventura, «está dando sus frutos». Ha comenzado marcando y, aunque es consciente de que sólo ha sido la primera jornada de un curso muy largo, bueno es siempre empezar con buen pie. Lo mejor es que su gol sirvió para que el Racing se quedara con los tres puntos, lo que les permitió terminar «muy contentos» porque, tras la contienda, en el vestuario tenían claro que habían «merecido» ese triunfo. «Tuvimos que mover el balón de lado a lado porque fue difícil encontrar espacios, ya que el Tudelano fue un equipo aguerrido y con experiencia», apuntó. Y considera que les salió «bien». «Creímos hasta el final y nos salió bien. Esperemos que la próxima vez consigamos la victoria un poco antes. Sobre todo, por el corazón de la gente», bromeó.

No es nuevo Cedric en el negocio del fútbol y por eso sabe que su propio rendimiento depende de los demás, tanto de sus compañeros como del entrenador. Sobre este último, recordó que quizá «cualquier otro» le habría quitado a los sesenta minutos «buscando meter a otro delantero que saliera más fresco y pudiera tener ocasiones». Sin embargo, Fernández Romo le dejó en el campo hasta el final y esa apuesta tuvo su recompensa. «La verdad es que estoy contento con eso porque yo me encuentro físicamente bien para ayudar al equipo y aguantar noventa minutos», subrayó.

Lo que dejó algunas dudas fue el juego creativo del equipo. Cedric admitió que hubo momentos en los que sí estuvieron «más o menos bien en la salida del balón» pero que luego sí les había «faltado dar ese último pase en zona de tres cuartos para finalizar las jugadas». «Nos habría gustado generar ocasiones más claras pero, evidentemente, los rivales también juegan», recordó el delantero verdiblanco. Y el Tudelano lo hizo bien: «Vinieron a hacer su partido, que era aguantar y buscar en algún momento una oportunidad». Y no la encontraron porque, como destacó el goleador de origen africano, el Racing se comportó bien «defensivamente sin conceder ocasiones de gol». Apenas una vez tuvo que intervenir Lucas Díaz. «Desde la portería a cero, el equipo ha ido madurando el partido y buscando su oportunidad y, al final, ha llegado», añadió.

La satisfacción es generalizada porque siempre resulta fundamental comenzar una nueva andadura con victoria. Y eso lo valoran dentro, donde están «contentos porque nunca es nada fácil empezar ganando». Preven que, tal y como ha quedado acreditado en la primera jornada, se viene «un campeonato igualado» donde va a costar ganar cada partido. Por eso admitió que el del pasado domingo «quizá no fue el mejor partido del Racing y que la afición, e incluso nosotros, pensemos que se puede jugar mejor o tener más ocasiones», pero él tiene claro que prefiere irse «con estos tres puntos a casa y, a partir de ahí, entrenar e intentar mejorar para el siguiente partido». Desde la victoria, siempre se evoluciona mejor y más rápido.

«Marcar al final y con la afición gritando ha sido lo más maravilloso desde que llegué»

La grada de El Sardinero no brilló como en los mejores días porque apenas acudieron cinco mil personas, pero fueron bastantes más de los que acudían el curso pasado. Y eso Cedric lo agradeció porque, además, se llevó el caramelo. «Como delantero, sueñas un poco con marcar goles en los últimos minutos. Y cuando lo metí y escuché a toda la afición gritando y demás... Desde que estoy aquí, ha sido lo más maravilloso», explicó el delantero. Éste se felicitó por haber podido ser «partícipe de esa imagen», la cual, según dijo, ya se la queda para él. «Todos estamos muy contentos, más allá del gol, porque lo que queremos es ganar y dar esas alegrías a la afición, algo que conseguimos contra el Tudelano», concluyó.

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