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El Diario de Cantabria

El Racing gana altura

Alberto Villapalos y Adrián Balboa.
Alberto Villapalos y Adrián Balboa.
El Racing gana altura

El Racing anunció ayer fichajes a pares. Primero el de Alberto Villapalos y después el de Adrián ‘Rocky’ Balboa. Uno es un especialista defensivo y el otro es un especialista ofensivo, pero lo que les une a ambos es que dan envergadura al equipo, lo que no está de más teniendo en cuenta los campos donde se la va a tener que jugar el equipo santanderino en la primera fase. El español mide 191 centímetros y el uruguayo 186. Con ellos, confirma el club cántabro que va a acelerando la confección del proyecto y que el equipo que va a empezar a manejar Rozada se parecerá más a lo que finalmente tendrá durante el curso.

Villapalos firmó un contrato para las dos próximas temporadas. Su nombre venía sonando en los mentideros verdiblancos en los últimos dos días y en la mañana de ayer se confirmó una operación que va a permitir al equipo de Javier Rozada ganar altura con sus 191 centímetros y reforzar tanto la posición de central como la de medio centro de corte defensivo. Se trata de un futbolista que, aunque joven, cuenta ya con una dilatada trayectoria en la categoría a bordo del Atlético Baleares, con el que ha marcado el ritmo del grupo III en los últimos tiempos.

El nuevo futbolista del Racing es madrileño y se formó en las categorías inferiores del Atlético de Madrid. Llegó hasta categoría juvenil y, de hecho, participó en siete partidos de la Youth League, pero no tuvo progresión en el club colchonero. De este modo, hizo las maletas y se fue al Sevilla, en cuyo filial militó durante dos campañas en las que tampoco tuvo especial protagonismo. Casi ni jugó pero vivió el ascenso del equipo a Segunda División aportando un gol en poco más de cien minutos de juego y después vivió la experiencia de disfrutar de la categoría de plata y de todo lo que ello conlleva.

Fue en el verano del 2017 cuando el Atlético Baleares lo incorporó a su disciplina. Lo hizo tras haber jugado apenas dos partidos en los años anteriores y, aunque llegó por la puerta de atrás y de partida no se fijaron demasiado en él, terminó convirtiéndose en una figura primordial del equipo. Y hubo una persona que resultó fundamental en su explosión como jugador, que fue Manix Mandiola. Fue cuando el equipo mallorquín contrató al entrenador vasco como último recurso para no perder la categoría cuando el nuevo jugador del Racing se convirtió en un jugador capital para los suyos. El veterano entrenador le dio confianza, vio en él algo que los demás no habían visto antes y Villapalos respondió a lo grande.

Durante esos más de dos años y medio a las órdenes de Mandiola, el nuevo futbolista verdiblanco fue un fijo. Fue titular siempre que estuvo disponible consiguiendo primero una salvación que parecía imposible y después dos campeonatos en los dos cursos siguientes. Esto quiere decir que tiene una dilatada experiencia en fases de ascenso aunque en ninguna de ellas ha terminado triunfando. En la primera, de hecho, se encontró con el Racing de Iván Ania, que le impidió conseguir el salto directo al que aspiraba tras haber quedado primero del grupo III. También como primero acudió al raro playoff de hace unos meses pero ahí tampoco tuvo suerte.

Tan bueno considera Manix Mandiola a Villapalos que se lo quiso llevar al Burgos. Habría sido el segundo futbolista que se llevara del Atlético Baleares porque ya había hecho lo propio con Borja San Emeterio. El Racing se llegó a plantear la posibilidad de ofrecer también un contrato al cántabro, pero finalmente decidió no hacerlo porque buscaba un perfil de lateral derecho con una mayor capacidad ofensiva. De este modo, el nuevo futbolista del Racing ha tenido donde elegir porque, además de la burgalesa y la racinguista, contaba también con una oferta del Ibiza. Y lo curioso es que el club cántabro era el que menos dinero le ofrecía. Sin embargo, ha valorado otras variantes que siguen haciendo al Racing un club con cierto tirón en Segunda B por mucho que, según dicen desde el club, haya una docena de equipos moviéndose con un presupuesto mayor que ese millón y medio que, según detallaron en su día los máximos accionistas, tienen Amorrortu y Pedro Menéndez para construir el proyecto.

Villapalos ya sabe lo que es jugar con El Sardinero completamente lleno y a buen seguro que quiera volver a vivir esa experiencia, pero jugando como local. Esa vivencia ha podido ser clave y también la proyección que haya podido intuir en el proyecto. Los técnicos del Racing le han convencido y éstos ya saben que, con él, ganan tanto un central como un medio centro de corte defensivo. De hecho, cuando el equipo verdiblanco se jugó el ascenso contra el Atlético Baleares, su nuevo futbolista jugó la ida como medio centro y la vuelta como central. Y entonces ya transmitió unas enormes sensaciones. Lo cierto es que, a partir de aquella eliminatoria, ha habido una conexión entre ambos clubes porque apenas unas semanas después Nuha fichó por el Racing, después Óscar Gil salió cedido al equipo mallorquín, en donde recalaría Olaortua tras acabar su contrato en Santander. El nuevo episodio y por ahora último es la llegada de este futbolista que aporta un salto de calidad y que se mueve en ese margen de edad del que apenas se quieren mover los nuevos técnicos racinguistas.

Del Atlético Belgrano. Si Villapalos llega en propiedad, Balboa llega cedido. Lo hace por el Atlético Belgrano argentino por una temporada aunque el club cántabro se ha reservado una opción de compra por si acaso sucede que el jugador explota en el fútbol español. Su nombre completo es Adrián Martín Balboa Camacho y nació en Montevideo (Uruguay) el 19 de enero de 1994. Se formó en las categorías inferiores del Club Atlético Peñarol y se estrenó como profesional en el Club Deportivo Cerrito, que en aquel entonces (noviembre del 2012) competía en Segunda División. El ariete jugó 18 partidos, anotó seis goles y fue una pieza fundamental en la clasificación de su equipo para el play off de ascenso a la máxima categoría uruguaya.    

En 2013 Balboa se incorporó al Panathinaikos griego y el siguiente curso volvió a su país para defender la camiseta del Danubio, de Primera División, con el que debutó el 28 de septiembre de 2014 frente a Parque Capurro. Tras una campaña allí, el jugador de Montevideo (mide 1,86 y pesa 82 kilos) fichó por el Liverpool FC, también de la máxima categoría de Uruguay, con el que jugó seis partidos en el Torneo Apertura la temporada 2015-16. Con todo, terminaría cedido en el Club Atlético Villa Teresa (disputó los 15 encuentros del Torneo Clausura y convirtió seis dianas).

Balboa dio en 2016 el salto al fútbol argentino al comprometerse con el Club Atlético Sarmiento. Al año siguiente, el ariete defendió la camiseta del Club Atlético Patronato y se incorporó en verano de 2018 al Atlético Belgrano (disputó 12 encuentros la campaña 2018-19) aunque el curso pasado actuó en el Club de Deportes Antofagasta chileno y el Club Alianza de Lima peruano (en estos dos equipos jugó 31 partidos y marcó ocho goles en la máxima categoría de ambos países). Como se ve, es todo un trotamundos que ahora vuelve a saltar el charco en busca de un despegue quizá limitado por no ser, a pesar de ejercer como delantero, un goleador.

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